¿Me quieres? {gemeliers}

6. Lo siento

La reconocia a la perfección.
Era Laura.
Parece ser que se han caido muy bien por lo que veo.
Están sentados debajo del ábol que hay en el jardín, los dos bastante pegados.
Creo que es hora de hacer una de las mías.
Ví como se iban acercando y corrí con todas mis ganas hasta quedae en frente de ellos.

- Hola - sonreí como si hubiera ganado algo - ¿qué hacíais? - me crucé de brazos y alcé las cejas -

- Ohh venga ya - soltó aire por la boca mirandome como si me fuera a matar - hermanita siempre jodiendo las cosas - se pasó la mano por el pelo -

- ¿Y qué se supene que he estropeado?
Vale, ahí me había pasado.
Sé que Dani es muy vergonzoso y nunca se ha atrevido ni se atreverá a decir delante de una chica lo que pensaba hacer.
Pero a la vez es bastante orgulloso y eso jode.

- Solo estábamos hablando - dijo está, nerviosa -

- Anda que lo paseis bien - levanté una mano para despedirme de ellos -

Volví dentro y me tumbé en el sofá.
Estaba muy bien.
Con el aire acondicionado, es la salvación de mi vida a veces pienso que es mejor hasta que un hombre por lo menos hace algo productivo.
Llamadme rara o algo parecido pero, me hicieron muchísimo daño emocionalmente pero lo pasado, pasado está...o no.
Aun sigo recordando eso como si fuera ayer.
Y encima el causante de todo eso está aquí, y me quedaré los 3 meses de verano conviviendo con él.
Me di cuenta como alguién me observaba.
Me pegué un pequeño susto ya que Jesús estaba sentado muy cerca de mí y claro yo estando en mis pensamientos es como soñar con mi ídolo.

- Lo que faltaba - pensé mirandolo con asco pero desvié la mirada rápidamente -

- Como sigas mirandome así durante los tres meses creo que voy a acabar muerto - rió pero yo me mordí el labio inferior para evitar reirme -

No me atrevía a mirarle.
No mientras sonria, podría volver a caer.

- ¿Qué tal estás? - notaba su mirada en mí -

- Bien, supongo - le miré - ¿y tú? - dije seca -

- Bien, ¿estás...? ¿que si tú...? ¿tienes...? - se rascó la nuca, nervioso -

- No, no estoy con nadie - miré hacia la tele - hace tiempo hice una promesa conmigo misma y no pienso romperla.

- ¿Y qué es?

- No volver a enamorarme

- ¿Estabas enamorada?

- Sí - agaché la cabeza - por eso fuí una tonta, me enamoré de alguién que no sentía nada por mí

- Eso lo dirás por tí - se levantó y se sentó más cerca -

- Jesús me mentistes todo este tiempo

- Nunca lo hice

- Si, si lo hicistes - le miré a los ojos -

- Solo te hice daño y ...

- Y la cagastes ¿sabes? te veia diferente a los demás, pero solo querias hacerme daño, ser una más de tu lista

- ¡Perdí los nervios joder! - gritó enfadado -

- ¡Podrias dejar de ser tan orgulloso! -me levanté al igual que él -

Me agarró de las muñecas y ¡pum!
Todos los momentos junto a él pero último fué el día de la pelea.

- Sueltame porfavor - dije en un susurro asustada -

- No podemos seguir así, como si nada hubiera pasado

Intentaba soltarme de su agarré pero con eso solo conseguí que me apretara más.

- Jesús...porfavor - contenía las ganas de llorar ya que todos los recuerdos de ese día pasó como un pasa tiempo por mi cabeza -

- Necesito hablar contigo, es lo único que quiero, nunca he dejado de quererte

- Pues si tanto me quieres te estarás dando cuenta que me estás haciendo daño - subí la cabeza para encontrarme con su mirada inundadas de lágrimas -

Me soltó de inmediato.
Tenía las muñecas rojas por la fuerza que habia echo sobre ellas.

- No vuelvas a derijirme la palabra

- Pero Lorena

- Te odio

Subí a mi habitación tras una "pelea"
con Jesús.
Me tumbé en la cama y para no escuchar mis llantos estanpé mi cara con la almohada.

Seré dura con él pero en el fondo, le quiero.
Volveria con el aunque sea un error pero sigo completamente enamorada de un imebécil.

La puerta de mi habitación se abrió, no me atreví a mirar.
Noté como la cama se hundía y se tumbó alguién a mi lado miré.

Era él.

El mismo con el que me habia peleado hace minutos.

Acarició mi mejilla y puso un mechón que cubria mi cara en la oreja.

- Lo siento - fue lo único que pudo decir por su parte.

Me derrumbé aun más y un impulso hizo que le abrazara.

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