33. Principe azul

3K 134 14
                                    

Los besos no faltaban. Habían pasado solo dos días, pero se notaba lo mucho que nos echabamos de menos.

Se abre la puerta de la cocina dejando ver a Eva. Estaba tan centrada en Jesús que me olvidé hasta que nuestros padres estaban aquí.

Nos quedamos paralizados pero Jesús fué el que reaccionó. Me estrechó entre sus brazos asi no podiendo ver nada.

- Mamá ¿puedes irte? - dijo este avergonzado -

- Claro, voy a coger agua y me subo

Abrió la nevera. Estaba nerviosa. Mi respiración estaba agitada de los mismos nervios. Me miró y al verme así acarció mis brazos lentamente.
Se fué acercando a mi oido lentamente.

- Tranquila - alcé mi mirada hacía la suya - ya se va - sonrió -

- Oye antes de irme - le miramos - la gomita no quiero ser abuela tan pronto - reímos -

- ¡Mamá! - le regaño -

- Que sí, que ya me voy - dijo saliendo mientras se reía -

Nos quedamos mirandonos. Yo solté un suspiro al igual que él, pero fué un suspiro de alivio.

- Pasame la camiseta - me miró con las cejas encarnadas - nos ha pillado tu madre, ya no voy a hacer nada

- Pero...

- Quedate a dormir - le atraje hacía mí rodenadole la cadera con mis finas piernas -

- Esta bien - acarció mi pelo - duermo contigo ¿no?

Alcé las cejas y reí.

- ¡Claro que sí! - dije dandole un toquecito en el pecho - ¿qué no has entendido de quedate a dormir? - reí -

- No has expecificado - me sacó la lengua -

- Te voy a cortar esa lengua que la tienes muy larga - rió -

Me miró con cara de perversión y le saqué el dedo corazón. Parecía que le había leido la mente o algo. Sabía que iba a decir alguna tonteria.

Estaba tan despistado mirando su pecho bien trabajado que no me esperba para nada lo que acababa de hacer.

- ¡Jesús! - dije riendome -

Salió de la cocina y me llevó al sofá. Quedé encima de él. Examiné cada parte de su rostro, cada centímetro de su imagen era perfecto. Levanté la mano calmada hasta acarciarle la cara. Estaba tranquilo, estabamos tranquilo. Nos sentiamos cómodos.

- Después de todo lo que te he echo ¿por qué te comportas así conmigo?

- Cuando estás enamorada de alguién esa persona ea irresistible

- Me gusta ser irresistible - sonrió enseñando sus perfectísimos dientes - pero solo para tí - solté una pequeña risita -

- Vamos a la habitación - asintió -

Intenté levantarme pero sus fuertes brazos me lo impidian. Le miré encarnando una ceja y cruzandome de brazos. Él rió ante mi gesto.
Estiré mis brazos y agarré su cuello.
Me acerqué a él y le besé. Al separarme me lo agardeció con una sonrisa, los dos lo necesitabamos.

- Agarraté - asentí -

Se levantó agarrandome por la zona baja de mi cadera. Escondí mi cabeza entre su cuello y el hombro. Abosriví su colonia. Abrió la puerta, entró y me tumbó en la cama.

- Te quiero, te quiero - me besó repetidas veces - no volveré a fallarte ni una vez más - sonreí -

Volví a agarrar su cuello con suavidad. Dejaba caricias a cada milímetro de su piel.

- No hagas eso - sonrió pillando el labio entre los dientes -

- ¿Por qué?

- Me pones nervioso - admitió tranquilo -

- No será por...

Me calló con un dulce beso sobre los labios. Se alargó bastante. Se tumbó a mi lado no antes de haberme agarrado de la cintura quedando mi cabeza apoyada en su pecho.

No podía dormir. Hacía demasiada calor. Me levanté y me quité la ropa quedando un ropa interior. Desperté a Jesús tumbandome sobre él. Abrió los ojos pero al verme así lo abrió aun más.

- ¿Qué haces así nena? - sonrió aun dormido -

- Tenía calor

- ¿Vas a dormir así? - sonrió pervertidamente -

- ¡Bingo! - salte encima suya -

Me volví a poner en el mismo sitio. Me abracé a su cintura hasta quedarme dormida.

(...)

Me desperté. Miré la hora. Era demasiado temprano para despertarse un sábado.

Me levanté y bajé a la cocina no antes de ponerme la camiseta que anoche se quitó Jesús. Estaba haciendo unas tostadas cuando noto unas manos en mi cintura. Me sobresalto asustada, soy uma asustona la verdad.

- Te queda relamente bien mi camiseta - acarció mi pierna con la yema de sus dedos - ¿qué haces?

- Tostadas - sonreí al notar su boca impactar contra mi moflete, dió un beso sonoro - así nunca terminaré de hacer el desayuno

- No quiero que termines, esta camiseta te queda lo suficiente corta como para alegrarme las vistas - reí a carcajadas -

Seguía de espaldas y con Jesús trás de mí. Me sentía cómoda. Abrí el bote de mermelada y metí el dedo. Lo acerqué a su boca la cual abrió rapidamente y chupó lo que había de mermelada.

- Fresa - la saboreó y asentí -

- ¿Quieres más?

- Te quiero a tí - me abrazó contra él -

Empezó a rozar su nariz contra mi cuello sabiendo lo mucho que me hacía reir eso. Empecé a removerme sobre él ya que queria que me soltara, me iba a dar un ataque de la risa.

- ¡Jesús la vas a violar! ¿o que? - dijo mi padre entrando por la puerta -

Vale, ahi me muero de verguenza. Joder que tu padre te pille. ¿Cómo le voy a mirar a la cara? Empecé a tener calor, eso significa que estaba roja a no poder más.
Me dí la vuelta y ví a mi padre sonriendonos. Siempre ha sido un hombre cachondo, nada serio.

- En esta casa no se puede tener intimidad - dijo Jesús con tranquilidad -

- Cuidado con lo que le haces a mi hija que te castro

- Papá... - reí - si ya sabes que soy muy buena

- A saber lo que haces tú con este atontao - lo señalo - de buen royo Jesús - reimos -

- Lo que tú haces con mi madre

- ¿Qué hago yo con él hijo?

Dijo Eva entrando por la puerta.

- Nada mamá, nada

(...)

- ¿Le tienes miedo a tu madre Oviedo?

- A veces - reí sin parar -

- Eres un bebé - le acaricié la mejilla -

- Mira quién fue a hablar la que esta viendo La cenicienta - dijo con voz burlona -

Estaba de perfil viendo la pelicula. Concentrado. Apoyé mi cabeza sobre sus piernas y así terminé de ver la película, imaginandome que estaba al lado de mi principe azul.

Votar y comentar


¿Me quieres? {gemeliers}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora