52. Mi felicidad es él

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Volví a tumbarme encima de sus piernas mirando la televisión.

-Jesús... - susurré haciendo capatar toda su atención - ¿me quieres? - dije toqueteando mis dedos nerviosa -

- No, - dejé de juguetar con mis manos -

Ha sonado tan frío, tan sincero que me ha dolido más de lo que puedo aparentar en esta situación.

- Te amo Lorena - acarició mi mejilla sabiendo que me había puesta nerviosa - no te imaginas las cosas que siento por tí

Sonreí tal loca enamorada y me acurruqué sobre su pierna no antes de haber alcanzado a la manta que tenia al lado y cubrirme con ella.

La película seguía puesta. No estaba prestando nada de atención, no me interesaba la película, tenía otras cosas más importante que pensar como en nuestra boda. Aún no tenemos apenas nada preparado.
Quedan excasos meses para pasar a ser su mujer y él mi marido, que bien suena. Me encanta estar así con él, no pensaba que volveríamos a tener algo después de todo lo ocurrido. A pasado todo a su tiempo, y eso me gusta. Cada cosa a tiene su tiempo, sin prisas si no saldrá algo mal.

Noto como me acaricia el pelo, sé que intenta salvarse del royo de película de amor que he decidido poner y no estoy prestando atención.

- Cariño... - susurró haciendome sonreir - ¿y tú?

- ¿Yo qué? - me senté a su altura -

- ¿Me quieres? - asentí sonriendo -

Una gran sonrisa iluminó su rostro haciendo que mi sonrisa creciera al tiempo de las milésimas de segundo.

Pasó su brazo por mi cuello y con toda su fuerza me atrajo hacía él y me besó repetidas veces por todos los lugares a su disposición.

- ¡Para! - ordené entre un ataque de risa - ¡me vas a desgastar tonto!

Una vez paró, consiguió despeinarme sabien lo mucho que odio que me haga eso, no lo soporto pero ese gesto en él a veces me parece tan tierno.

- Estás preciosa así cariño

- Te odio

- ¿Odias a tu futuro marido?

- No, odio sus manias de hacerme enfadar

- Me encanta verte enfadada, estás preciosa cuando te ries - admitió -

- Me haces reir bobo - me acerqué a él  -

- Supongo que eso es bueno ¿no? - asentí sonriendo -

Reí débil y me volvió a abrazar esta vez cariñosamente. Rozó su nariz con mi mejilla y llevó sus labios hasta mi cuello cerca de la oreja.

- No me dejes nunca, porfavor - rogó, dejó un pequeño beso detrás de la oreja -

- No lo haré, eres algo que necesito

Es cuando me doy cuenta de lo enamorada que estoy de este hombre. Lo mucho que me gusta estar a su lado, que me haga reir...es increíble.

Y no os lo creais pero; hasta mis días negros los convierte en color.

Es perfecto la forma que tiene de hacerme feliz, se supone que en esta vida la clave es la felicidad y con él ya no quiero más nada.

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¡Hola bellas flores! He vuelto, estaba muy ocupada con los examenes y no podia con esto.
Espero que sigais leyendola, os quiero muchísimo. ¡Mañana subiré otro!

¿Me quieres? {gemeliers}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora