24. Se me hace raro

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- Lorena - sonrio -

- Jesús... - dije sorprendida -

Cuando salga de aquí iré a darle una charla a mi madre.

¿Cómo me puede hacer esto?

Vale Lorena, para de pensar y reacciona.

- ¿Te ha contratado mi madre?

- ¿Tú que crees?

- Imbécil... - susurré -

- Cuidado con lo que le dices a tu jefe - sonrio victorioso a la vez que puse los ojos em blanco - , necesito hacerte una entrevista

- Como si no me conocieras - le miré fijamente -

- Lo sé, pero hace tiempo que no hablamos

- ¿Podemos empezar?

Se levantó. Desabrochó su americana. Me quedé embobada mirando sus perfectos pechos toníficados destrás de esa camisa blanca. Me mordí el labio mirandolo.

- No se muerda el labio - sonrio -

- Lo siento - agaché la cabeza avergonzada -

Apoyó una mano en la mesa y empezó a hablar.

- ¿Trabaja bien?

- Soy una de las mejores

- Serás mi secretaria - me miró sonriente, asentí - ¿pareja?

- Estoy prometida

- Sales en todos lados

- Lo que tiene la fama, creia que tu ya lo sabias

- Lo dejé, a los 6 meses cuando te fuistes

- Lo sé - le miré entristecida -

- No tengo nada más que preguntar, trabajaras en este mismo despacho.

- ¿Dónde? ¿en el aire?

- Pondré una mesa

- Lo que digas, ¿me puedo ir ya?

- Sí, pero a casa

- Perfecto

Me levanté. Se me quedó mirando. Me di la vuelta. Llegué a la puerta y ví como se mordía el labio mientras me miraba el culo. Es Oviedo.

- Deja de morderte el labio - sonreí y le guiñe un ojo -

- Aquí el que manda soy yo señorita - se acercó a mí -

- La que tiene el mayor poder soy yo

- Ahoramismo no - pasó su lemgua húmeda por los labios - mañana cuando vengas ven a aquí

- No tengo más remedio, tengo mi despacho aquí

- ¿No se alegra? - puso los brazos en la puerta, quedando acorralada - pareces nerviosa

- No...no lo estoy - se me había notado -

- Pues a mi me parece que sí - se acercó más rozando su nariz con mi cuello, dejó un beso en él-

Me ponía nerviosa. Muy nerviosa.
Giró su cara. Yo mantenía los ojos cerrados. Me moría por que me besara. Pero no fué así, se separó y abrí rápidamente la puerta.

Al salir respiré hondo con los ojos cerrados. Me relajé. Al abrirlos me encontré con mi futuro marido.
Había venido a recogerme.

- Hola cariño - se acercó y me agarró de la cintura - ¿qué tal el nuevo jefe?

- Bien - sonreí - ¿vamos a comer?

- Sí, tengo hambre - me dió la mano -

- Se te olvida algo - me puse delante suya, me puse de puntillas y le dí un beso que se alargó bastante - ahora sí - dije a centímetros de sus labios -

Me separé de él. Mire hacía atrás y ví a Jesús mirandonos. Con odio, furia y celos muchos celos.

- Vamonos porfavor

- Vamos nena - agarró mi cintura y me pegó a él -

Se me hacía raro ahora no estar con él. Ha pasado tanto tiempo, llega él y cambia todos mis esquemas. Estoy liada. Antes casi nos besamos. Dios no puedo más. Pero no tengo más remedio que verlo todos los día en su mismo despacho, es lo que hay.

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¿Me quieres? {gemeliers}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora