Ahora estoy en mi habitación, sola y llorando. Llorando por ser una estúpida egoísta que no deja abrir su corazón, por miedo. ¡Por puto miedo! ¿A qué? A que me vuelvan a utilizar, que me digan "oye ¿sabes qué? Solo te quería para sexo. Ya no jodas y vete con tus estúpidos sentimientos" las mismas palabras de mi padre y del que creí el amor de mi vida. Dos personas que me han utilizado solo por sexo. No crean que no me afectó. Me dolió mucho, y por un tiempo me abstuve de sexo y de chicos. Hasta que decidí cerrar mi corazón y lastimar a todo hombre que me jodiera. Cuando conocí a Luis, obviamente tuvo que lidiar con mi mal carácter, pero después mostró ser un chico dulce y divertido. Creí que tal vez me enamoraría y seria feliz con él. Hasta que empezaron los celos estúpidos y las peleas continuas. Eso lo cago todo, y mi "amor" por él se desvaneció.
Trate de detenerlo. Cuando se fue después de unos minutos tratando de poner mi cabeza en orden salí a buscarlo, lo busque por toda la habitación, hasta que llegue a la salida y pude ver como entraba a su auto y se iba como alma que lleva el diablo. Tuve que regresarme en taxi y lo primero que hice al llegar a casa fue subir directamente a mi habitación. Pero vean ahora estoy aquí, en mi cama, acostada, llorando como tonta. Mi celular está al lado mío, y anhelo con todas mis fuerzas que Jonathan me llame, que me diga que entiende por qué dije eso, que me pida ser su novia, que... ¡Joder! Ahora mismo debe de estar sentado en su cama odiándome. Odiándome con todo su ser.
La puerta de mi habitación se abre. Me callo al instante, limpiándome las mejillas. Alguien se sienta al lado mío y acaricia mi cabello.
—No te esfuerces, desde mi habitación se escucha tu dolor— dice mi madre.
—Lo fastidie todo mamá— digo llorando. — Lo quiero.
—Vannia, es mayor que tú...
—¡No me interesa! — me giro para quedar de frente a ella. — Lo quiero mamá, es lindo, celoso, cariñoso, es todo lo bueno que quiero. Pero lo jodí todo.
—¿Qué paso?
—Me dijo que me quería, que quería estar conmigo y yo entre en pánico y le dije las mismas palabras que Elías me dijo cuando me violo por última vez.
—Ay Vannia.
Niega con la cabeza y me abraza. Recargo mi cabeza en su pecho y lloro. Mi madre solo se encarga de consolarme, acariciando mi cabello. Odio esto, lo odio por completo. Jamás me ha gustado llorar, y menos enfrente de alguien. Porque tengo que ser tan idiota a veces. Respiro hondo y trato de calmarme, a este paso llorare hasta el día siguiente. Me separo de mi madre y paso mis manos por la cabeza, dejando de llorar. Le sonrío un poco a mi madre y me recuesto boca arriba en la cama.
—Debo de hablar con él— digo.
—Vannia, sé que lo quieres. Pero no puedes volver a verlo.
Frunzo el ceño. ¿No volver a verle?
—Mamá, sé que no te agrada, pero...
—No es eso. Eres una niña, y el un hombre. Eres menor de edad, él no. No le encuentro ningún beneficio en estar con alguien mayor y menos a tu edad.
—Eso ya paso de moda— digo incorporándome. — Eso no importa si las dos personas se aman...
—Pero ustedes no se aman— me calla. — Así que no Vannia. Aun te quedan muchas cosas por delante. Entiendo por lo que estas pasando, pero tienes prohibido andar con él.
—No puedes prohibirme eso— digo molesta.
—Soy tu madre y eres menor de edad, por supuesto que puedo. Vives bajo mi techo.Que estupidez. Me giro dándole la espalda. Si sigo esta platica se extenderá y sin duda terminaremos peleando.
Mi madre capta mi molestia por que se levanta y sale de mi habitación. Me lleva la chingada ¡¿Hoy es día de joder a Vannia o qué?! Me urge cumplir la mayoría de edad.
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El sabor del Placer
Teen FictionVannia, una chica de 17 años extrovertida, inteligente, inmadura y alocada entra a una gran empresa de ayuda judicial. Ahí conocerá lo que es la pasión, el sexo y el amor. Pero no todo es color rosa para la historia de Vannia. Oscuros secretos y un...