Capitulo 3

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—¿Y como te fue en tu primer día de trabajo?

Cuando llego a casa mi madre literalmente me jala hasta la sala, donde mi familia se encuentra allí sonriendo y felicitándome por mi primer día de trabajo. ¡Es tan lindo y estúpido! Todos están allí, mi abuela, mis tíos, mis primos, mis hermanos y mi madre ¡Que horror! La verdad mi madre no es de felicitaciones o es muy entusiasta, pero por alguna extraña razón está haciendo esto.

—Bien— contesto

—¿Bien?— pregunta mi madre.—¿Solo bien?

—Solo bien mamá— pongo los ojos en blanco.

—¿Hiciste algunos amigos Vannia?— pregunta mi abue.

En ese instante pienso en la chica con sonrisa bonita ¿Podría ser mi amiga? Espero y si, todas se ven unas amargadas.

—Aun no, abue.

—¿Qué se siente trabajar Vannia?— pregunta mi prima mayor, Nuriko.

—Pues es algo aaamm... Nuevo. Y agotador.

¡Dios! Me están atacando con tantas preguntas. Como si trabajar fuera cosa del otro mundo.

—¿Y para quien trabajas?— pregunta mi tío.

—Para el señor Firtz.

—¿Y quien es ese?

—Es un abogado y supervisor de la empresa. Viene de España creo.

En ese instante todas las mujeres de mi familia empiezan a llenarme de preguntas como: ¿es guapo? ¿es casado? ¿Cuántos años tiene? ¿Cuánto gana al mes? ¿te gusta? ¿te acostarías con él? ¡Por Dios! esa última pregunta es tan... específica. Por suerte el sexo masculino de mi familia entra en la conversación y evita que responda a todas esas preguntas. Mi familia es agradable y graciosa pero también son muy metiches, eso es malo.

Después de todo el día llenándome de preguntas, platicando de cosas triviales y de cenar me despido de todos inventando una excusa y me encierro en mi habitación. Ha sido un día pesado y mi mente no deja de pensar en todo lo que ha pasado en un día. Conseguí un trabajo, mi cuerpo y mente están agotados, pero en lo particular no puedo dejar de pensar en esos ojos avellana tan hermosos y provocadores, en esos labios carnosos y deseables, en ese cabello claro y suave, en ese rostro cautivador y ese cuerpo tan...

Un sonido agudo me saca de mis pensamientos, es mi celular, lo tomo y miro la pantalla sintiendo una extraña sensación de desilusión.

—Hola amor— dice mi novio Luis del otro lado del auricular.

—Hola.

—¿Cómo te fue en tu primer día de trabajo?

—Pues bien amor, normal ya sabes— contesto con toda la indiferencia que puedo.

— Que bien. ¿Y que te asignó Marcial?

—Soy secretaria.

—Ah, Wow. Que bien, ¿Y para quien trabajas?

Me muerden labio. Luis es algo celoso y tal vez empiece a darme su sermón de ser cuidadosa y bla bla bla.

—Para un abogado. El señor Firtz.

—Ah, ¿Y cuantos años tiene? ¿Te trata bien?

Y allí esta, el novio celoso. Que horror.

—Me trata bien Luis, no empieces con tu papel de novio celoso.

—Ok ok niña. Solo ten mucho cuidado. Y no uses faldas tan cortas, pueden ser unos pervertidos.

El sabor del PlacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora