- ¿Y que hacemos ahora?- Le pregunto sentada en su cama, su habitacion era varonil jamas me la habia imaginado, y para mi parecer es muy bonita, tiene unos colores masculinos como gris y verde, no es la tipica habitacion, tiene sus trofeos, tambien un enorme televisor pegado a la pared, consolas, y un estante lleno de videojuegos. Toma uno de los controles y me lo lanza y torpemente lo tomo.
- ¿Fifa o combate?- Alza una ceja esperando mi respuesta.
- Combate.- Camina hacia el estante y de una de las repisas toma un disco, no puedo leerle el nombre. Pero cuando aparece en la patalla puedo leer.
Mortal kombat X
- Es un poco sangriento, hace casi dos meses Luke lo compro y el desgraciado es muy bueno, pero no tanto como yo.- Rio ante su comentario.
- Perdon si te decepciono, no juego mucho a esto.- No me esta mirando pero se que me escucha, el solo esta atento a poner el menu y comenzar el juego.
- Lo haras bien.- Dice y se sienta aun lado de mi - ¿Lista?
- No del todo pero...- No me deja terminar y pone el juego.
- Escoge a tu guerrero.
No entiendo absolutamete nada pero eligo a una chica una tal Kitana, mientras que Owen a un tal Johnny Cage.
- ¿Pizza o comida china?- Pregunta sin aun terminar de jugar.
- No, yo ya debo irme, es tarde.- Pone el juego en pausa y me mira.
- Solo son las.- Mira el reloj de su movil - ¡Wow! Casi son las once, contigo se va el tiempo en un suspiro, pero vamos es solo cenar y listo.
- Te lo agradezco, pero por esta vez paso.- Me levanto de aquella cama y le entrego el control.
- Te acompaño.- Asiento, en segundos apaga todo y bajamos, pense que solo me acompañaria a su puerta, pero no.
- No se porque dejamos de hablarnos.- Se pone las manos detras de la cabeza y suelta un suspiro.
- Es solo que... crecimos, tu encontraste a tus verdaderos amigos y yo a los mios, aun que ya solo tengo uno.
- ¿Uno?
- Si, esta mañana Khloe me a dicho que ya no seriamos amigas, aun no comprendo porque, pero no la cuestionare, sus razones son ciertas.- Ya llegan otra vez las ganas de llorar al recordar sus palabras.
- ¿Cuales razones?- Al fin llegamos a la puerta de mi casa.
- Solo a dicho la verdad, ¿Quien la voltearia a ver, juntandose con alguien como yo?- Siempre que estoy triste me castigo a mi misma, me ofendo, pero es cierto, ¿quien va a querer a una gorda como yo?
- ¿De que hablas?- La puerta de mi casa se abre y deja ver a mi madre ebria y con un vaso de wisky en la mano.
- Buenas noches.- Dice indiferente.
- Señora Wells.- Extiende su mano para saludar a mi madre y ella se le queda mirando por unos segundos y la ignora, apenado Owen baja la mano - Ya me voy, que descansen.
- Disculpala, esta un poco ebria.- Le susurro, me sonrie con su sonrisa mas perfecta y me tranquilizo.
- Hasta mañana.- No nos damos un abrazo de despedida ni nada por el estilo. Ya que esta un poco alejado entro a casa.
- De verdad te pasas.- Le digo mas que furiosa.
- Me quieres explicar que hacias con ese muchachito.- No grita pero su tono es demasiado molesto.
- Es mi amigo.- Digo tajante.
- Hoy entre a tu habitacion y encontro el frasco sin abrir, ¿Quieres explicarme por que no te has tomado las pastillas?- Dijo lo ultimo gritandome en la cara.
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El amor no se mide por tallas (EDITANDO)
Подростковая литература¿Alguna vez has llegado a medir el amor? Porque si es asi, dejame te digo que eres un(a) completo(a) demente. ¿Quien dijo que el amor tiene que ser talla CERO?, o tener un peso de cincuenta y cinco kilos o menos. El mundo esta hecho a la medida que...