Veinte

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No corregí errores ortográficos.


Marcus se culpaba por lo sucedido, había pasado ya casi una semana y el cerebro de Nat no se desinflamaba, los primeros días no nos dejaban entrar a verla pero después por fin los doctores cedieron, la mayor parte del día Marcus y yo estábamos ahí.

- ¿Cómo esta? ¿Ya despertó? - Era Marcus, hace cinco minutos había hablado preguntando lo mismo.

- Descansa Marcus, cualquier cosa yo te hablo - Todos estábamos preocupados por él, tenía unas horribles ojeras en el rostro, estaba más delgado de lo común y eso que sólo había sido una semana, no quería imaginarme los demás días.

- No puedo, sólo doy vueltas en la cama.

- Descansa, te colgaré y no vuelvas a marcar porque no responderé - Termine la llamada.

Dejé el móvil aun lado del mueble y cerre los ojos, en silencio ore y pedí por que mi amiga despertará. Llamaron a la puerta.

- Pase - Me sorprendió ver a una de las amigas de Khloe.

- Hola - Venía con un pantalón ajustado, sandalias y una blusa morada con el busto muy destapado para mi gusto.

- Hey - Saludé.

- Sólo traigo un mensaje de parte de Khloe para ti.

- ¿Así? - Me sorprendió demasiado.

- Sólo dijo que te alejes de los Cole, o podría pasar otro accidente - Apuntó a mi amiga.

Quede en estado de shock y cuando reaccione ella ya no estaba, ¿Qué demonios había pasado realmente?, ¿Khloe había causado todo esto?. Tomé el móvil y marque a Marcus que tardó un poco en contestar.

- ¿Charlie, ya despertó? - Sono sorprendido.

- No - Me apresure a decir antes de que se hiciera falsas esperanzas.

- Estaba quedándome dormido - Bufo.
- Marcus, tengo una pregunta para ti. ¿Cuando sucedió lo de Nat, quien estaba con ustedes? - Tardó en responder.

- Sólo yo... y... No, espera, también una amigo de Khloe, ¿Porque?

- ¿Sabes cuál de sus amigos?

- No, bueno creo que era el de cabello rubio.

- ¿Seguro?

- Si, era el, ¿Porque lo preguntas?

- Sólo quería saber, descansa - Termine la llamada.

Dios, ¿como alguien podía llegar hacer algo así? ¿Solo por los Cole?

No podía decir nada, no tenía las pruebas suficientes para acusarla.

Faltaba una semana para regresar a clase, los padres de Nat, Marcus y yo no nos habíamos alejado de ella ni un sólo momento, de vez en cuando Owen, Dawson, y otros compañeros venían a visitarla. Verla haci, tan frágil y pálida, nos rompía el corazon a todos, los medicos solo daban esperanzas pero sólo eso.

- Charlie - Sentí un apretón en mi hombro, giré mi cabeza para ver a Marcus detrás de mi.

- ¿Qué? - Ya estaba oscuro afuera.

- Deberías de ir a dormir, yo me quedaré aquí está noche - Negue, se que debia descansar - Tienes unas horribles ojeras, anda ve a descansar - Insistió.

- No quiero dejarla, ¿Y si despierta cuando me vaya? Quiero que me vea aquí.

- Yo te avisaré, ve - Estaba agotada, quedarse a dormir en un hospital no es tan agradable como parece, enfermeras entran y salen gran parte del día y noche.

- Te veo en la mañana - Me puse de pie y le di un beso en la frente a Nat y otro en la mejilla a Marcus.

Salí a la calle, ya estaba oscuro.

Gracias a Dios era un pueblo no muy grande así que podía caminar tranquila hasta casa, mi estómago empezó a gruñir ya llevaba casi ocho horas sin comer, así que decidí ir por un sándwich y una malteada a Marry's, era un nuevo local de la zona, camine un par de cuadras y llegue, había varios carros afuera y conocí a uno en particular, el de Khloe.

La campanilla sono cuando entre en el lugar, había una música de fondo que me era familiar, entre sin mirar a mi alrededor no quería verle la cara a esa maldita.

- Buenas noches, ¿Qué va a ordenar? - La chica detrás del mostrador era bonita, tenía frenillos y anteojos violeta.

- Un sándwich de jamón y queso y una malteada de chocolate, por favor - Presionó unos botones en la pantalla.

- Once con cincuenta - Saque mi monedero y pague - En quince minutos estará listo.

Tomé asiento en la barra y saqué mi móvil, mi padre no había marcado en todo el día y eso era raro, él siempre que salía fuera me hablaba tres veces por día, decidí dejarle un mensaje.

"Te amo pá"

No sabía que más decirle, hace mucho no tenemos una conversación de padre a hija y hablar con el sólo son monosilabas, ¿gran cosa, no?.

Mientras mi podido salía decidí ir al sanitario, el sueño estaba acabando con todos mis sentido así que tenía que resfrecarme, bosteze un par de veces antes de llegar y abrir la llave de agua fria. Escuché unos ruidos en uno de los cubiculos por el espejo mire y habían dos personas en uno sólo.

- Shh... - Escuché que se decían y algunas risitas de por medio, decidí salir del lugar, realmente era incómodo.

- Gracias, vuelve pronto - Se despidió la chica.

Antes de cruzar la puerta de salida me quedé estática, ¿Daw... son? Salía del baño de chicas arreglandose el cabello y la camisa, y me miraba con el ceño fruncido, apreté la bolsa de papel con las cosas dentro y salí del lugar. Mi cabeza no dejabade dar vueltas, ¿el auto de Khloe, Dawson?.

Si Owen se enterara quedaría destrozado, su propio hermano con su novia, pobre de mi Owen, ¿Cómo Dawson fue capaz? Si ya lo odiaba ahora con más razón.

Perdón la tardanza, es que esto en blanco últimamente.

Espero y les guste.

El amor no se mide por tallas (EDITANDO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora