No corregí errores ortográficos.
Madre mía, ¿una cita con Dawson?
No quería que las clases terminarán, pero desgraciadamente sólo quedaban cinco minutos de mi última clase en la que también Dawson estaba junto con Owen y la zorra, ninguno de mis amigos estaba aquí, sentía que estaba sudando.
- ¿Lista? - Quería decir que no.
- Si - Caminamos por el estacionamiento, su auto no quedaba muy lejos - No es necesario que hagas esto - Dije cuando me abrió la puerta, estaba demasiado nerviosa.
- Soy un caballero - Hizo una reverencia y no pude evitar reír.
- Si, ajá - Me burle.
- Oye, es en serio - Se cruzó de brazos.
- Claro, te creo - Rodó los ojos y se subió al auto.
- Me imagino que tienes hambre - Dijo mientras entendía el auto.
- Pues la verdad imaginas bien.
- ¿A donde quieres ir?
- Donde tu gustes.
- ¿Segura?
- Ajá - Dije mientras observaba por la ventana. Los nervios no me dejaban tranquila.
- ¿En serio vas a comer eso? - Miraba mi ensalada, en realidad lo hice a propósito, no paraba de decir que con las chicas que salía siempre comían una tonta ensalada.
- Si, oh, se me olvidó mi soda dietética - Le saque la lengua.
- Bueno, pues la pizza esta deliciosa - Quería pizza, maldita ensalada.
- ¿Siempres traes a chicas aquí? - No se porque salió esa pregunta de mi boca.
- ¿Celos? - ¿Celos de Dawson? Quería reír en su cara.
- Claro que no - Rodé los ojos.
- ¿Te gustó? - Su pregunta me tomo desprevenida.
- ¿Co-Como?
- La ensalada.
- Si, pero he comido mejores - Me encogi de hombros. Tomó un enorme pesado de Pizza y lo hacerco a mis labios.
- Come - Negué pero insistió, no me quedo más remedio que darle una buena mordida, por unos momentos me sentí en la gloria.
- Me gustó esta cita de amigos - Dije cuando caminábamos al auto.
- Pero si esto a penas comienza - Me quedé quieta, tenía un montón de tarea por hacer, ¿como que esto apenas comenzaba? - ¿Qué pasa?
- Es sólo que dejaron muchos trabajos y si no los empiezo no los terminaré ni aun que dure toda la noche en ellos.
- No seas aburrida, yo también tengo trabajos por hacer, vamos al boliche y después de que yo te gane la hacemos.
- ¿Qué tu me ganes? - Alze una ceja - Okay, si yo te ganó me deberás el favor que yo quiera pedirte.- Y si yo gano harás lo que yo quiera - Estiró la mano.
- Esta bien - No presumo de que soy buena, pero si lo soy.
- Creo que alguien me va a deber un favor - Le saque la lengua.
- Sólo me ganas por una niña - Íbamos tres a dos, creo que no le gustaba perder.
- Si, si como digas - Me senté. No dijo nada y tomó una de las bolas, movió su mano hacia atrás y luego lanzó la pelota.
- ¡SI! - Gritó, había echo una chuza.
- Empates - Tomé una bola Blanca y me preparé para lanzar. Maldita sea, sólo había tirado tres pinos. Vaya suerte.
- Compermiso - Me hizo aun lado y se puso en posición de lanzar.
- ¿Sigues enojada? - Enojada, ¿YO?, no.
- No - Bueno un poco, había perdido.
- Mala perdedora - Me despeino.
- Cuidado con tu lengua - Ya era demasiado tarde faltaban cinco minutos para las siete - ¿Puedes llevarme a mi casa? - ¿Porque existe la tarea?
- Vamos a ir primero a la mia - Lo mire de reojo.
- ¿Porque? - Mi voz sonó más preocupada de lo que estaba.
- No haremos nada que no quieras - Me guiño un ojo, entre cerre mis ojos y le di un buen golpe en el hombro - Es broma, Charlotte - Se río, pero para mi no daba nada de risa.
- Eres tan idiota.
- Anda bajate, sólo vamos hacer la tarea - Rodé los ojos y me baje.
- ¿Así que si divido este por este, lo sumo con este y lo multiplicó por cuatro me va a dar la respuesta? - Le había explicado a Dawson el mismo problema seis veces, respire profundo.
- Si, ahora has lo - Ordene, no tardó ni diez segundos en hacerlo, creo que era un mentiroso de primera y sabía bien hacer los ejercicios de matemáticas.
- ¿Quieres algo de tomar?
- Agua por favor - Empecé a guardar mis cosas, ya eran casi las once, gracias a Dios mi padre no estaba.
- Toma - Le di un trago y devolví el vaso.
- Gracias por lo de hoy, me divertí mucho - Caminamos hasta la puerta.
- Aún me debes algo.
- ¿Qué... - Jamás me hubiera esperado esto, me quedé quieta por unos segundos.
Sus labios estaban sobre los míos, intenté quejarme pero él tomó mi nuca y me pego más hacia él. Cerré los ojos y me perdí en lo suave que era sus labios, en cada uno de los movimientos, eran amables y cuidadosos, era mi primer beso y no sabía si lo estaba haciendo bien, jamás había practicado, ni delante de un espejo. Yo jamas habia planeado un beso con él o con cualquier otra persona, siempre pensé que Owen sería el primero.
Después del beso, me abrazó. Y nos quedamos haci por varios segundos, no me podía mover, no podía decir ninguna palabra.
- Tengo... Que irme - Pude decir con la voz temblando.
- ¿Esta bien? - No quería mirarlo a los ojos, me daba vergüenza y sentía que había engañado a alguien.
- Si, te veo luego - Abrí la puerta y salí corriendo, no mire atrás.
Llegué a mi casa y me encerre en mi habitación, las lágrimas comenzaron a caer, no se lo que sentía pero no podía dejar de llorar.
Capítulo corto, si lo sé.
¿Qué les pareció el beso? Ya se que no lo describi.
¿Quien se imaginan ustedes para Khloe y Elliot?
M. Cañez
Bye.
ESTÁS LEYENDO
El amor no se mide por tallas (EDITANDO)
Teen Fiction¿Alguna vez has llegado a medir el amor? Porque si es asi, dejame te digo que eres un(a) completo(a) demente. ¿Quien dijo que el amor tiene que ser talla CERO?, o tener un peso de cincuenta y cinco kilos o menos. El mundo esta hecho a la medida que...