No corregí errores ortográficos.
- ¿No te dan nervios? - Pregunté a Dawson cuando íbamos a la escuela.
- ¿Qué? - Mire como Fruncia el ceño.
- El partido de hoy.
- Pues no, si perdemos o ganamos me da igual, sabes que haré hoy por ti.
- ¿Qué?
- Un towchdown.
- Pues gracias - Bese su mejilla antes de bajar pero me tomo por el brazo.
- Por favor, Charlie, ya tienen que enterarse, no quiero estar lejos de ti en los tiempos libres ni en el almuerzo.
- Pero...
- Por favor, me importa una mierda si alguien acepta o no que estamos juntos.
- Esta bien - Fingi una sonrisa.
Estaciono el auto, bajamos y me tomo de la mano para empezar a caminar, no exagerare, pero demasiados chicos no miraban.
- Oye - Dawson llamó mi atención y cuando lo mire estampó nuestros labios.
- No era necesario que lo hicieras - Él sonrió y me guiño un ojo.
- Para que les quedé claro - Sonrio y negué.
*
- Te veo en el almuerzo - Dejó un casto beso en mis labios.- Esta bien - Como hoy había partido tenían que entrenar un poco.
La mañana paso aburrida, como siempre, ya íbamos camino a la cafetería y la mayoría en el pasillo hablaba y me miraba a mi, traté de ignorar, sabía que esto iba a pasar.
- Te tengo una sorpresa - Le dije a Nat mientras me colgaba de su brazo.
- ¡Así!, ¿Qué es? - Me miró con una enorme sonrisa.
- Mañana, por la noche, te esperaré en el restaurante de comida española.
- ¿En serio?, moría por ir a comer ahí - Aplaudió.
- A las siete y media, por favor, no me dejes plantada - Ella negó.
Ahora solo faltaba Marcus, le había mandado un texto que lo vería a la hora del almuerzo en la biblioteca, Nat no podía verme con él.
Las clases por extraño que sea de fueron rápidas, le mandé un texto a Dawson que lo vería diez minutos después de que empezará el almuerzo, respondió con un simple okay, camine apresurada entre la gente hasta la bibliote, encontré a Marcus con los ojos metidos en algún libro de ciencia.
- Hola - Le di un corto abrazo y me senté a su lado.
- Hey.
- ¿Qué lees?
- Los mitos de la ciencia - Lo sabía, es un amante de la ciencia - Charlie, me han dado una beca para estudiar Ciencias - Casi grito de la alegría, me puse de pie y lo volví abrazar.
- Eso es grandioso, en verdad me da mucho gusto.
- Gracias, eres la primera a la que se lo digo.
- ¿Y tus padres? - Negó.
- Se los diré dentro de poco, la universidad esta en boston y los gastos serán muchos - Dios, eso era cierto.
- Aún falta, así que no te preocupes por eso, puedes conseguir un trabajo y ayudar a tu padre con los gastos, también esta el crédito estudiantil.
- Ya empecé el trámite para el crédito, no se cien do llegar a la respuesta.
- Apuesto a que te lo dan - Ambos sonreían - Bueno, a lo que vine, mañana, por la tarde en eso de las siete con treinta te espero en el restaurante de comida española, ¿sabes cuál, no? - Él asintió - Promete que estarás ahí.
- Si, lo estaré.
- Gracias, eres el mejor - Beso su mejilla y salió dejándolo con la palabra en la boca.
*
- Enana, ¿dónde estabas? - Dawson me esperaba en una de las mesas vacías de la cafetería.
¿Enana?
- ¿Por que me dices así? - Sólo se encogió de hombros.
- A veces te digo asi en mi mente - Se encogió de hombros restando importancia.
- Estas loco - Di un sorbo a mi soda de limón.
- Acercate, tienes algo aquí - Apuntó una parte de mi rostro, me acerqué a él, pero lo único que hizo fue besarme, quería golpearlo, estábamos frente a casi toda la escuela.
- ¿Podrías abstenerte de hacer esto en público? - Negó riendo - ¿Qué es tan gracioso? - Me crucé de brazos.
- Tu mejillas rojas - Le golpee el hombro.
- Tonto - Gire mi cara hacia otro lado.
El resto del almuerzo no paso diferente, Dawson lograba hacerme enojar en tan sólo diez segundos, pero era increíblemente dulce y cursi cuando se lo proponía, me acompañó a clases y se despidió con un beso en la mejilla, la parte de atrás de mi libreta se empezaba a llenar con Charlotte&Dawson o corazones, me estaba volviendo una cursi al igual que él, la hora del partido llegó, no lo pude ver hasta que salio al campo, Nat estaba aun lado de mi, estábamos en las gradas de la mitad.
- ¿Qué se siente ser la novia del mariscal?
- Nada, él es sólo uno más de ese juego.
- Muchas desearían estar en tu pellejo - Negué y reí.
- Lo sé.
El partido comenzó, las primeras entradas fueron malas, los visitantes eran buenos, pero a casi más de media hora de ver comenzando los de casa empezaron ha anotar, en poco tiempo los alcanzaron.
- Esto se pone bueno, estamos a nada de que esto termine y si los visitantes anotan, ganan, pero no se olviden que tenemos a Dawson Cole como mariscal - Dijo uno de los que narraba el partido. Los chicos y chicas que veíamos el partido abuchearon el nombre del equipo en señal de darles ánimo.
El marcador estaba cincuenta y cincuenta, un minuto para que terminará, casi me acaba las uñas de las manos, no es que fuera una fan del americano, pero este era el partido más interesante que había visto nunca. Todos nos levantamos y gritamos.
- Towchdown - Dawson lo habia logrado, sólo cinco segundos quedaron de juego cuando ganamos.
El equipo se puso a festejar aventandose unos a otros, abrazandose o corriendo como locos por el campo, el partido había sido uno de los más intensos en años decían los comentaristas. Las animadoras rodearon al equipo y empezaron a hacer sus movimientos de zorras. Una lágrima resbaló por mi mejilla.
- Charlie - Nat me miró con pena, otra vez Khloe había echo de las suyas, estaba con los brazos al rededor del cuello de mi novio y unía sus labios con los de él. Dawson la tomo por las muñecas y la empujó, claro que no podía escuchar lo que le decía pero me imaginé que algo feo, a Khloe le cambió la cara drásticamente.
De al algún modo eso me hizo sentir bien, si lo que esa zorra quería logar era que él y yo terminaremos pues no lo lograría, me regañe a mi misma por ser tan tonta y sonreí de nuevo, esa estúpida no me volvería humillar.
No me dijeron nada ha cerca de la portada, así que ahora se los preguntó.
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Comenten, por favor.
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M. Cañez
Bye.
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El amor no se mide por tallas (EDITANDO)
Подростковая литература¿Alguna vez has llegado a medir el amor? Porque si es asi, dejame te digo que eres un(a) completo(a) demente. ¿Quien dijo que el amor tiene que ser talla CERO?, o tener un peso de cincuenta y cinco kilos o menos. El mundo esta hecho a la medida que...