No corregí errores ortográficos.
Los días pasaban, por fin mi amiga había salido del hospital y ya venía a la escuela, Marcus y ella eran prácticamente inseparables, aun no se como se odiaban antes. Sempre les daba su espacio, pero sólo fuera de la escuela.
Yo estaba echa un lío emocionalmente, mirar a Dawson con otras chicas me daban ganas de golpearlo y también a ellas, pero por otro lado Owen seguía presente en mis pensamientos, gran parte de los días que habían pasado hablamos, era increíble estar junto a él, en las pocas clases que teníamos juntos nos sentabamos uno al lado del otro, no mentire, si me ponía muy nerviosa, tanto tiempo esperando que él se fijará en mi, y no se si lo estaba haciendo pero todo lo que estaba pasando era increíble.
- Charlotte, Charlotte - Me detuve antes de llegar a la puerta de la escuela.
- ¿Si? - Me giré para verlo.
- ¿Vas a tu casa? - Me encogi de hombros.
- Si, ¿Porque? - Estaba tan guapo, y su olor era lo más delicioso pero también estaba el de él, su maldito y hermoso olor no salía de mi olfato.
- ¿Quieres ir a mi casa? - Lo mire sorprendida - Compraré una pizza y no quiero comer sólo, mi hermano saldrá y...
- ¿Saldrá? - ¿Qué me estaba pasando?
- Si, mmm, tiene una especie de cita - Intenté sonreír lo más natural posible.
- Oh, me alegra - Y la verdad era que no.
- ¿Entonces vas? - Asenti.
- Uff, muero de hambre - Tomó dos platos rojos y los puso en la barra - ¿Cuántos?
- Dos - Miraba las escaleras, sabía que Dawson estaba ahí porque su auto estaba estacionado afuera.
- ¿Cuál es tu comida favorita? - Dio una gran mordida a la pizza.
- ¿General?
- Si.
- Cuando era pequeña mi... mi madre nos preparaba a mi hermano y a mi pastel de carne, y recuerdo que al final de esa comida nos daba una rebanada de tarta de frutillas, siempre de comer ese pastel de carne venía lo mejor, esa tarta - Recordar eso me hacía sentir un nudo en la garganta, sentí la mano de Owen en mi mejilla, no me di cuenta que un par de lagrimas se me habian escapado - Lo siento, no fue mi intención - Me limpie el rostro.
- Esta bien, lo debes de extrañas muchísimo.
- Daría mi vida por que él estuviera aquí - Baje la mirada, ya no quería hablar de él porque en mi corazón se volvería abrir esa herida.
Sentí unos brazos cálidos a mi alrededor que me confortaban, era tan valioso ese pequeño gesto para mi.
Después de un rato todo volvió a la normalidad, Owen me hacía reír, era bueno con los chistes.
- Eres un maldito idiota - Escuchamos la voz de una chica y ambos nos quedamos en silencio.
- No fue mi... - El sonido de un golpe, la chica empezó a bajar las escaleras todabia arreglandose la blusa, quería arañarle la cara y darle otro par de bofetadas al infeliz de Dawson.
- Y no me vuelvas a buscar, idiota - Owen y yo sólo nos miramos y volvimos nuestras vista a las escaleras, Dawson bajaba con los pantalones a medio abrochar y desnudo del trozo.
¿Que era lo que estaba sintiendo? ¿Celos? ¿Rabia? ¿Odio? ¿Dolor?, que alguien me diga porque esto me estaba destrozando, estaba tan confundida.
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El amor no se mide por tallas (EDITANDO)
Teen Fiction¿Alguna vez has llegado a medir el amor? Porque si es asi, dejame te digo que eres un(a) completo(a) demente. ¿Quien dijo que el amor tiene que ser talla CERO?, o tener un peso de cincuenta y cinco kilos o menos. El mundo esta hecho a la medida que...