Veintisiete

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No corregí errores ortográficos.

- No lo puedo superar aun - Chillaba de la alegría Nat.

- Por Dios, basta, muchos se nos quedan viendo - Hablé entre dientes.

- Me valen los demás, aun que no fue la gran cosa, esperaba algo más con... - Chasqueo los dedos - Lengua - Volque los ojos.

- Parece que a ti fue la que besaron - Me di la vuelta para abrir mi casillero.

- Mira quién viene ahí - Me dio un leve golpe en el hombro derecho, de reojo observé como Owen se acercaba a mi, al rededor de la espina del labio tenía un morete y el labio partido - Te veo en el salón - Me susurró por último Natalia.

- Buenos días - Aun no me daba la vuelta para verlo, tomé un poco de aire y tomé el valor para verlo a los ojos.

- ¡Hey! hola - Lo saludé con una sonrisa.

- Te vez hermosa - No se porque ahora sus cumplidos no provocaban ese sonrojo en mi.

- Gracias, ¿una pelea? - Señalé su golpe.

- Algo así - Por el pasillo venía entrando Dawson con algunos del equipo de americano, nuestras miradas chocaron y no se separaron hasta que lo perdí de vista - ¿Y bien? - Pestañe un par de veces.

- ¿Qué?

- ¿Te acompañó a tu primera clase?

- Claro, gracias.

- El golpe me lo dio mi hermano - Me detuve a medio pasillo.

- ¿Po-Porque? - Frunci el entrecejo.

- Cosas, pero no se fue limpio - Sonrió de medio lado - Anda, se hará tarde - Me tomó de la mano. Y para colmo de todo él estaba parado en la puerta del salón que me tocaba.

- Te veo después - Owen me jaló de la mano y me dio la vuelta quiso darme un beso en los labios pero puse la mejilla, ¿qué diablos era todo esto?

Me solté y camine lo poco que me faltaba sin mirar atrás.

- Compermiso - Dije mirando su ancho pecho. Sin decir nada sólo se quitó de ahí.

La clase estaba llenado tranquila y aburrida, de un momento a otro la puerta se abrió.

- Lo siento profesor - Marcus estaba agitado - Charlie te necesito, corre - ¿Qué demonios estaba pasando? - Ahora, su clase es la mejor profesor Albín - Sin pensarlo dos veces salí corriendo del salón.

- Albino - Sólo escuché que dijo eso.

- ¿Qué? ¿Porque corremos? - Apenas y podía hablar.

- Nat, esta peleando.

- ¿Es en serio? - Llegamos al campus de americano - Nat, Natalia - Empecé a gritarle, estaba en plena pelea con una animadora.

- Zorra - Nat la tomo por los cabellos y le azotó una bofetada, otra del equipo se lanzó sobre mi amiga no me podía quedar de brazos cruzados corrí a "ayudar" la jale de los hombros y la hice caer al pasto.

- No te metas - La amenace con un dedo - Maldita sea, Marcus separalas - Grité frustrada. Dos profesores que uno era el profesor Albín, Albino o como se llame y otro que creo era el de equipo de béisbol las separó.

- Todos los que estén viendo el espectáculo a dirección - Gritó uno de los profesores, muchos salieron corriendo.

- ¿Ustedes seis armaron este escándalo? - Yo tenía la mirada en el suelo, la directora tenía una voz gruesa e imponente.

- Esta zorra empezó - Nat apuntó a la pelinegra.

- Zorra tu, estúpida.

- ¿Quien le coquetea al chico que ya tiene novia? - La reto. La otra abrió y cerró la boca porque no tenía nada en defensa.

- Basta - Gritó la directora y se puso de pie - En hora de almuerzo se pondrán a armar el escenario de teatro y también se quedarán después de la hora de salida a ver si a si aprenden a llevarse bien - Otro castigo más a la lista.

Salimos por partes, primero se fueron las provistas y después nosotros.

- Y tu - Natalia apuntó a Marcus - No me dirijas la palabra que ya no somos nada - Mi amigo apenas y pestañeo, ¿era en verdad lo que decía Nat?

- Nat, necesitas calmarte - Me miro y nego.

- Estoy calmada - Gritó y salió corriendo.

- ¿Qué demonios hiciste? - Me crucé de brazos.

- ¿Yo? - Rodé los ojos.

- Si, tu.

- La chica me pidió el número y se lo di, empezamos a textear y Nat vio los mensajes.

- ¿Eran comprometedores?

- Departe de la chica yo siempre me negué - Alze una ceja - Esta bien, sólo una vez pero me arrepentí y le dije que no.

- Idiota - Era mi amigo y lo amaba pero era igual que todos - Estoy casi igual de molesta que Nat, así que te veo luego.

- Charlie, por favor habla con ella - Negué.

- Tu lo arruinaste tu lo arreglas.

- Nat, ¿qué estas haciendo? - Estaba sacando cosas de su casillero.

- Me voy, no soporto estarlo viendo.

-¿Vas a dejar que esto te arruine?

- Es que lo único que quiero es darle en las bolas.

- Esta bien dale en las bolas pero basta de estar haciendo berrinches, tienes 17 años comportará como tal.

- Me duele okay, pensé que me quería y ve con lo que sale - Sus ojos estaban llenos de lagrimas.

- Tal vez esta arrepentido.

- Lo defiendes porque es tu amigo.

- No lo defiendo, estoy de tu parte, pero hacer esto de irte, ¿Y mañana que? ¿Quieres que los demás se burlen de ti? - Quería hacerla entender de algun modo que no se fuera.

- Tu no sabes lo que siento, y a la mierda todos ellos me importan un pepino.

- Okay, vete si es lo que quieres - Sin volver a dirigirme la palabra cerró de un portado su casillero y se fue.

Si ella quería pensar que estaba de parte de él pues adelante, a Nat no había forma de hacerla entender pues tenía un orgullo como ningún otro.

Espero y les guste, ya no se cuando volveré actualizar, comenten y voten.

Les dejo estos cuatro capítulos porque ayer precisamente estaba demasiado inspirada.

M. Cañez

El amor no se mide por tallas (EDITANDO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora