Tres

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No corregí errores ortográficos





Una semana habia pasado desde que Dawson ya no estaba en la escuela y sinceramente se estaba convirtiendo en un infierno, por alguna extraña razon Khloe estaba actuando indiferente conmigo, me evitaba y no hacia equipo conmigo, ahora Jessenia se estaba convirtiendo en su mejor amiga o eso creo. No eran celos de amiga... espero y que no, solo que ella es mi mejor amiga y no me gustaria perderla.

- Khlo.- La tomo delicadamente por el ante brazo y la arrastro hacia la mesa donde soliamos sentarnos.

- Charly.- Me sonrie pero se que es una sonrisa falsa, por Dios, la conozco desde prescolar y se cuando miente.

- Yo... solo queria saber porque te estas comportando asi, es que es algo desconcertante.

- Yo, ¿comportandome de que forma?- Me sonrie de nuevo.

- Tu indiferencia y sabes que te conozco desde prescolar, y se cuando odias a alguien y la tratas como... a mi, ¿hice algo malo?- No era una rogona, pero ella es mi amiga y la queria demasiado como para perderla sin ni siquiera saber el porque.

- Es solo que... mirate, estas gorda, no se como pudimos ser amigas.- Dios, sus palabras dolian aun mas que las de mi madre y el mundo entero, era la unica que siempre me habia aceptado fisicamente y que ahora me tratara asi dolia como nunca - Necesito cambiar de aires, ya sabes nuevos amigos, por que sinceramente seguirme juntando contigo no me llevara a ningun lado, por tu culpa los chicos ni me voltean a ver y ahora que me junto con Jess... bueno es muy diferente, he conseguido la direccion de Dawson y el y yo nos hemos mandado cartas.

- Me alegro por ti.- No puedo hablar mas por que el nudo en la garganta no me deja, me levanto de aquella mesa que compartia con mi ex mejor amiga y corro hacia los baños mas cercanos.

Decidi irme, como iba a seguir si a cada segundo recordaba las hirientes paralabras de la que pensaba habia sido mi amiga, no pude ir a casa, de seguro mi madre estaria ahi. Camino bajo los rayos de sol que penetran mi piel y la queman lentamente, se a donde ir, aquel parque donde hace unos dias habia estado.

- Te escabulles.- Esa voz hizo que me sobresaltara, ni siquiera habia escuchado venir aquella motocicleta.

- N-No... yo solo - Suelto un suspiro, no pude mentirle, al final de cuentas es lo que hacia - Si, la verdad si.

- Pues ya somos dos, ven sube.- Lo mire incredula, ¿estaba bromeando?

- ¿Estas de broma, no?- El niega un par de veces con la cabeza - ¿Como pienzas que subire? ¿No me ves? - Me señalo a mi misma, ¿no miraba mi cuerpo?

- Por Dios, claro que cabes.

- No, yo prefiero caminar, de todas formas ya casi llego.

- Tu casa todavia queda aun kilomentro de aqui.

- Es que no voy a mi casa.

- ¿A no?- Alza una ceja con sensualidad.

- No, voy al parque que esta a unas dos cuadras.

- Dejame te acompaño, yo tampoco iba a casa.

- ¿Y a donde pensabas llevarme?- Ahora yo alzo una ceja retadora.

- A tu casa y despues me iria por ahi.- Se encoje de hombros restando importancia.

- Pues puedes irte por ahi.- Hago una edeman con la mano.

- No, mejor me quedo contigo... digo t-te acompaño.- Tartamudea un poco y eso me saca una sonrisa.

- Esta bien.- Retomo mi camino al parque, y el va aun lado de mi pero en su motocicleta, cuando llegamos tomamos asiento de bajo de aquel arbol y yo empiezo a inhalar el aire fresco que corre a estas horas del medio dia.

El amor no se mide por tallas (EDITANDO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora