No corregí errores ortográficos
El bendito lunes al fin llego, no tengo problema al despertar, pues la noche anterior dormi como un bebe, me visto como siempre, jean, blusa violeta, mis zapatillas, recogo mi cabello en una coleta alta. Cuando estoy lista bajo a desayunar.
- Buenos dias.- Le doy un beso a mi padre en la mejilla.
- Que hermosa estas.- Su comentario proboca que me sonroje un poco.
- Gracias.- Me hacerco al refrigerador y tomo todo lo necesario para prepararme un sandwich de jamon.
- Tengo que salir fuera dos semana.- Dice mi padre antes de que me vaya.
- Te extrañare.- Camino hacia el y lo abrazo.
- Y yo a ti mi cielo.- Besa la coronilla de mi cabeza.
- Me tengo que ir.- Susurro.
- ¿Quieres que te lleve?.- Niego con la cabeza.
- Quiero caminar.- Asiente y nos damos un ultimo abrazo.
- Te veo en dos semanas.- Le grito desde la puerta principal. No escucho lo que me dice.
El dia va a estar caluroso, no hay viento ni ninguna nube. Bonito dia para empezar la escuela. Quede que cuando llegara a la escuela me encontraria con Nat en la oficina. Tengo tantos nervios, mis palmas sudan y siento que por mas que camino no abanzo nada.
Camino por el enorme estacionamiento que tiene el instituto. A unos metros de la puerta un idiota pasa y tumba mi mochila, me pongo en cuclillas y la tomo. Siento un golpe por detras que casi hace que caiga al suelo.
- ¡Hey!.- Digo molesta - Fijate por donde vas - Creo que hoy no es mi dia, me vuelvo a poner en pie y sigo con mi ruta.
- Charly.- Chilla de alegria Nat, como si tubieramos miles de años sin vernos.
- Nat.- La abrazo levemente y despues nos separamos.
- ¿Ya tomaste tu horario?.- Niega con la cabeza.
- Okay, vamos por ellos.- Obvio tengo que ir por el mio, si no, ni mierda voy a saber que clases tengo.
- Juntas en casi todas las clases.- Dio saltos de alegria por el pasillo, algunos nos estaban viendo y otros ni se percataban de nuestra presensia.
- Al fin me cambiaron el casillero, casi siempre me toca serca de los baños.- Murmuro leyendo mi nuevo numero de casillero.
- ¿Que numero es?
- Ochenta y siete, y ¿el tuyo?
- Cuarenta.- Gruñe.
- Bueno, nos vemos en un rato, tengo que acomodar el nuevo casillero.- Nos despedimos, mi celular vibra.
Mensaje de Marcus.
¿Donde estas?.- Decido llamerle.
- Charly, ¿Que no sabes que estamos en la escuela? No puedes marcarme.
- Hay por Dios, no es hora de clase, voy al casillero ochenta y siete.
- He, genial, ochenta y ocho.
- Te veo en dos segundos.- Also mi mano para saludarlo, sonreimos y los dos bajamos al mismo tiempo el movil.
- Te quiero presentar a una amiga que conoci en el campamento.- Abro mi nuevo casillero.
- ¿Es linda?.- Entorno los ojos en el.
- ¿Solo en eso pienzan ustedes?.- Ruedo los ojos.
- Sabes que es broma.- Levanta las manos en señal de paz.
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El amor no se mide por tallas (EDITANDO)
Ficção Adolescente¿Alguna vez has llegado a medir el amor? Porque si es asi, dejame te digo que eres un(a) completo(a) demente. ¿Quien dijo que el amor tiene que ser talla CERO?, o tener un peso de cincuenta y cinco kilos o menos. El mundo esta hecho a la medida que...