Capítulo 40

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Detengo la moto en la entrada de la casa de Gwen. Ella se baja y se gira a verme.

—¿Te vas para tu casa? —pregunta y creo que se ha dado cuenta de la tensión en mí.

—Necesito que hablemos —le digo.

Ella asiente e intenta ocultar de mí su mueca de preocupación detrás de una sonrisa esquiva.

—Subamos.

La sigo en completo silencio. Los nervios comienzan a invadirme a medida que nos acercamos a su departamento.

Un absurdo miedo me llega.

¿Y si ella no me perdona la mentira? ¿Y si me deja?

Cuando abre la puerta e ingresa, estoy por dar media vuelta y salir corriendo de allí. Gwen deja su cartera sobre la mesada de la cocina y busca jugo en la heladera. Me siento junto a la mesada y la observo.

Ya no hay una sonrisa intentando ocultar su preocupación. Ahora está seria y es muy extraño para mí verla así, que estoy tan acostumbrado a su bonita sonrisa.

—Bueno, dime que sucede —se gira a verme mientras se lleva un vaso a los labios y bebe.

La tensión es palpable en el aire. No estoy seguro de lo que debe estar pensando de lo que voy a decirle.

—Sin dudas esta tarde ha sido muy profunda —le digo y fijo la mirada en la fría superficie de la mesada —Conocer a Verónica ha sido muy importante. Realmente ahora entiendo por qué has hecho todo lo que hiciste por ella.

—Ella ha sufrido mucho —asiente y toma asiento frente a mí.

No me gusta esta situación, la mesada entre nosotras y la tensión. Debo terminar de una vez y atenerme a las consecuencias.

—Sí, es increíble lo mucho parece haber mejorado.

—Lo sé —asiente y un brillo de orgullo se asoma en su mirada

—Y lo ha hecho por ti —agrego y sé que estoy retrasando el tema importante.

Ella suelta un resoplido de cansancio y me mira con reproche.

—¿Qué quieres decirme, Caden? Deja de dar vueltas.

—Es un poco difícil, amor —me rasco la nuca y tomo una profunda respiración.

—¿Me voy a enojar? —inquiere y pestañea seguidamente. Ese gesto significa que ella está realmente nerviosa.

—Quizás —carraspeo y me armo de valor —Tiene que ver con mi madre.

La preocupación en su expresión cambia. Parece bastante sorprendida.

—Bueno, dime.

Abro la boca dispuesto a decirle todo y tolerar las consecuencias. Pero mi teléfono comienza a sonar. Me disculpo con Gwen y miro la pantalla. Me sorprende un poco ver el nombre de mi abuela.

—¿Abuela? —contesto.

—Hola, ¿Caden? —la voz del otro lado no es la de mi abuela.

—¿Jenn? —digo al reconocer su voz —Hola, ¿Cómo estás?

—Disculpa que te moleste —su voz se quiebra un poco, y parece llorar. La alarma se enciende en mí —La abuela está en el hospital de Brookhaven. Ella tuvo un infarto.

La información tarda solo un segundo en ser procesada por mi mente.

—Voy para allá —le digo y cuelgo.

—¿Qué pasó? —pregunta Gwen alarmada.

Me pongo de pie y miro a mi alrededor un tanto confundido.

Peligrosa Obsesión (Remake) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora