Me despierto de repente y lo primero que me llega es pánico al ver que estoy solo en mi habitación. Salgo de la cama rápido, tropezándome con mis propios pies a causa de la desesperación.
No pude haber soñado todo aquello con Gwen.
Cuando llego a la cocina, me detengo de manera abrupta en la puerta y veo allí parada. Respiro aliviado y mi corazón se calma.
Gwen me mira sobre su hombre, me da una suave sonrisa mientras termina de lavar los vasos. Entonces me doy cuenta que todo huele a limpio y que el departamento ya no está frío.
—¿Por qué me miras así? —me pregunta divertida.
—Creí que...
—Creíste que me había ido —termina la oración por mí.
—En realidad creí que nunca habías llegado.
Cierra la canilla y se seca las manos, gira y se apoya contra el borde de la mesada.
—No quería despertarte, yo no estaba cansada y me puse a limpiar un poco. También prendí la calefacción. Esto era un congelador.
—Lo siento.
—¿Por qué? —pregunta mientras vuelve su atención al microondas.
—Porque el lugar estaba hecho un desastre... —sacudo la cabeza, sintiéndome repentinamente nervioso —No tenías que limpiar, Gwen. Yo podía hacerlo.
Gira y me mira con el ceño fruncido. Da unos cuantos pasos hasta detenerse frente a mí y los nervios se vuelven mortales en mi interior. El miedo todavía está allí, esperando el momento indicado para atacar.
—No debes pedirme perdón, principalmente porque solemos estar mucho aquí y es mi deber cooperar.
Toda la oración mantuve la mirada fija en su boca. No estoy muy seguro de qué fue lo que dijo.
Dejo de pensar tanto y me inclino hacia su rostro. Tomo sus labios en un beso suave. Mantengo los brazos inertes a los costados. Gwen suspira, su boca se abre despacio y me devuelve el beso con extrema delicadeza.
Mis manos se cierran en puños conteniendo el impulso de agarrarla y tumbarla en el suelo de la cocina. Siento su mano, tibia y suave, metiéndose debajo de mi camiseta. Tiemblo por su toque, por lo cerca que he estado de perderla.
El beso comienza a ponerse un poco más intenso. Y yo sigo conteniéndome. Entonces me doy cuenta que estoy asustado.
—Necesito que sepas algo —le digo soltando sus labios. Ella abre los ojos, se ve confundida.
—¿Qué pasa? —murmura y lentamente su mano se desliza sobre mi abdomen.
—Cuando estoy contigo no es simplemente por follar, y no es lo único que quiero de ti o que quiero darte —todavía esas palabras se repiten en mi mente, deseo que deje de creer que es así —Sé que no soy muy romántico o que no soy muy expresivo con mis sentimientos, pero debes saber que cuando estamos juntos todo el amor que siento por ti, está ahí.
—Es por lo que dije, ¿verdad? —inquiere y retrocede un paso, sacando su mano debajo de mi camiseta y haciéndome maldecir —Nada de eso es realmente lo que quise decir. Hablé por hablar... yo amo cuando estamos juntos porque sé que es tu forma favorita de amarme. Y me amas mucho.
—Mucho —asiento.
Sonríe, vuelve a acercarse y me da un beso corto y desesperanzador. Soy un maldito bocón.
—¿Quieres comer algo? —ofrece entonces. Al instante mi estómago gruñe.
—Sí, muero de hambre.
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Peligrosa Obsesión (Remake) EDITANDO
RomanceCaden está seguro que confiar en los demás es una pérdida de valioso tiempo, que las mujeres sólo sirven para polvos ocasionales, y que el amor es un invento de las grandes corporaciones para vender películas. Está por recibirse e iniciar el...