Capítulo 21

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Frank Bowman, mi abogado, está sentado frente a mí y no logro leer la expresión en su rostro. Nos dieron un lugar para poder charlar en privado en la comisaría. Han pasado unas ocho horas desde que todo sucedió, y estoy por llegar a mi límite. No he dormido, no he comido, no logro calmar la angustia que me invade. Espero que Frank abra la boca y suelte la noticia que mi mente ha estado repitiendo una y otra vez: Matt Lancaster, está muerto.

—No está muerto —dice Frank al fin. Me dejo caer contra el respaldo de la silla, agradeciendo entre dientes —Pero la situación está algo complicada. Levantó cargos por agresión y tú estabas condicionado… lo que significa que…

—Puede hundirme —termino la frase por él —Lo sé.

Se forma un silencio entre nosotros. Frank coloca sus manos entrelazadas sobre la mesa y espera a que le cuente cómo ha sido todo. Le digo todo, detalle por detalle y espero a que diga algo alentador.

—Veremos que se puede hacer —me dice en tono monótono —Quizás logro el acuerdo de alguna fianza para que estés fuera esperando cualquier tipo de sentencia.

—Donald, ¿ya lo sabe?

—Sí —asiente. Siento un sudor frío bajar por mi espalda —No ha dicho nada, sólo que lo mantenga al tanto.

—Bien. Gracias, Frank.

—Vendré en cuanto tenga noticias.

Arrastro mis pasos hacia la celda que me han asignado. Me siento en el borde de la vieja y pequeña cama que está en el fondo, me inclino hacia delante cubriendo mi rostro con ambas manos. Calmo mis pensamientos, repitiéndome una y otra vez que por lo menos no lo maté a golpes.

Un suave golpe sobre los barrotes me hace levantar la vista. Michael y Joey están ahí, y ambos me sonríen levemente.

—¿Qué hay, sucias? —pregunto sonando más calmado de lo que me siento.

—No tan sucias como tú —asegura Michael —¿Cómo te sientes?

—Bien… creo.

—Hablamos con Frank —me informa Joey —No todo está perdido. Matt sólo tiene rota la nariz y un par de contusiones. He hecho más actuación que otra cosa.

—Bueno, al menos le regalé una operación de nariz —me río entre dientes. Ellos se unen a mi risa, pero sé que están más preocupados que otra cosa —Gracias por estar aquí.

—No te dejaríamos solo por nada del mundo —Mike dice con convicción —Para esto estamos los amigos. Es ley.

—Me encanta la ley de amigos —agrega Joey. Me encuentro riéndome de nuevo, y no sé qué mierda anda mal conmigo.

—Te trajimos ropa y algo de comida —Michael levanta una bolsa de cartón —Carmen ha ido corriendo a tu departamento cuando se enteró y nos pidió que te trajéramos todo.

—Mi dulce nana —suspiro y me pongo de pie —Mierda, necesito un cigarrillo.

—Cuando salgas, espero que por lo menos nos lleves a cenar —dice Joey mientras saca de su bolsillo una caja entera de cigarrillos y me la lanza. La atrapo, sintiendo una calma inusual.

—¿Saben algo de Gwen? —pregunto entonces, sentándome de nuevo sobre la cama y sacando un cigarro. Quiero parecer despreocupado con respecto a ella, pero la verdad es que no lo estoy.

Sé que las cosas que le dije la hirieron, y me odio por ello. Porque verdaderamente no es lo que creo. Ella ha traído algo fresco a mi vida, algo que no puedo manejar.

—No mucho —Michael se encoje de hombros —Sabemos que Allie ha hablado con ella, pero nada más.

Se siente peor de lo que esperaba, y es algo conflictivo para mis inestables emociones. No quiero que ella se aparte, no quiero perderla. Que sentimiento tan de mierda.

Peligrosa Obsesión (Remake) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora