Peligrosa Obsesión (Remake) EDITANDO

Capítulo 10

Cuando llegamos a la Universidad ella me mira extrañada. No puedo decirle que estamos allí para ver a Amanda, porque simplemente será capaz de matarme. La agarro de la mano para caminar hacia el campus en dónde está la habitación de Amanda, antes de que diga algo.

—¿Qué hacemos aquí, Caden? Deja de hacerte el misterioso.

—Ya lo verás.

Ella se queja mientras camina a mi lado, y el tener su mano entrelazada con la mía es bastante reconfortante. Varias personas nos miran con curiosidad al vernos allí un sábado, y de la mano, pero los ignoro por completo. Me detengo frente a la puerta de Amanda y respiro profundamente antes de golpear. Un segundo después la puerta se abre y la rubia esboza una sonrisa de oreja a oreja.

—Pensé que no vendrías —dice contenta.

La mano de Gwen, que todavía no fue vista por Amanda, ya que mi cuerpo la tapa, se aprieta a la mía. Con un simple movimiento la traigo al frente. La sonrisa de Amanda se desvanece al instante.

—Lamento haber tardado, tenía que recoger a Gwen.

—No me dijiste que traerías compañía —dice con una mirada llena de rencor hacia mi compañera.

—Se me pasó —digo encogiéndome de hombros.

Su mirada vuela a la mía y noto la rabia creciendo allí. Por primera vez me doy cuenta de que ella no está vestida como para hacer un trabajo.

—Entren —dice mientras se hace a un lado. Empujo a Gwen para que camine delante de mí y la puerta se cierra con fuerza detrás —Iré a buscar las cosas para el trabajo.

Una vez que estamos solos se gira a verme y me golpea en medio del pecho. Finjo dolor y desconcierto.

—¿Estás completamente loco? —me pregunta entre dientes —¿Por qué me trajiste aquí? ¿Acaso quieres vengarte de mí porque fui a lo de Matt?

—No, no es eso —la miro fijo a los ojos. Debo ser cauteloso porque se ve realmente enojada —Te necesito como escudo anti-amanda. Tengo que hacer un trabajo con ella, y lo había olvidado. Si me ve contigo, me dejará en paz de una vez.

—No puedo creer que estés haciendo esto conmigo, Caden. Eres de lo peor.

—No te preocupes, carita-linda —intento tocar su mejilla, pero ella golpea mi mano evitándolo —No dejaré que te haga nada.

Nos damos la vuelta para ir hacia la pequeña improvisada sala de estar que la habitación posee. Ambos miramos con sorpresa que la mesa está preparada para tener una cena.

—No creo que haya tenido intenciones de hacer algo relacionado con la Universidad —dice Gwen, y estoy de acuerdo con ella.

—Menos mal que te traje conmigo. Eres un ángel, te lo juro —la acerco a mí para darle un brazo e intenta escapar, pero no la dejo. Dándose por vencida, me devuelve el brazo colocando sus brazos alrededor de mi cintura.

—Me debes una, idiota.

—Haré lo que quieras —ella se aleja y me mira con esperanza. Veo las intenciones en aquella mirada, sé lo que pedirá. Abre la boca, pero hablo primero —Menos renunciar al trabajo que tu madre me dio.

Amanda vuelve y deja caer con fuerza los libros sobre la mesa de café que está frente a Gwen. Nos sentamos en el sillón para dos que hay allí y la mantengo pegada a mí mientras Amanda gruñe entre dientes.

—Comencemos —digo.

Amanda y yo nos ponemos en ello. Los minutos pasan y comienzo a perder la paciencia. Ella realmente no puede ser más exasperante.