Capítulo 41

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El fin de semana llega, ha sido una semana bastante larga, aunque todavía no ha terminado del todo. Como le había prometido a mi abuela, hoy sábado, Gwen y yo iremos a verla.

Me siento algo ansioso por ir hasta Brookhaven con ella y estar allí. Siento cierto temor de que algo con respecto a Sharon salga como tema de conversación.

—Caden —mi nana llama mi atención —¿Por qué vienes de aquí para allá?

Dejo de caminar de un lado al otro y la miro.

—Lo siento —tomo asiento frente a ella —Sólo estoy algo ansioso. Quiero que Gwen llegue ya.

A pesar de que la vi esta mañana antes de salir de su casa, me siento bastante inquieto por no tenerla junto a mí. Desde el domingo pasado, ésta es la primera vez que pasamos más de cuatro horas alejados.

—La viste esta mañana —sonríe Carmen.

—Sí, pero quiero verla de nuevo ahora mismo.

—Estás loco —me asegura —La vas a asfixiar y va a dejarte. Una mujer necesita un poco de espacio.

—Ella adora que yo sea así, nana —alardeo —La tengo muerta de amor.

Nos reímos y ella vuelve su atención a lo que está cocinando para la semana. Me quedo en silencio y mis pensamientos vuelven a centrarse en lo que será la reunión en casa de mi abuela.

—¿Puedo preguntarte algo? —inquiere Carmen luego de unos minutos.

—Claro, nana, dispara.

—¿Qué le contaste a Gwen sobre tu madre?

La pregunta me toma por sorpresa. Parece que Sharon me persigue como una pesadilla, últimamente.

—No le he dicho nada —miento.

—Ella me preguntó si la conocí —me cuenta.

—¿Qué? —la miro alarmado —¿Qué le dijiste?

—Que cuando yo llegué a tu vida ella ya no estaba.

Suelto un suspiro y me relajo un poco. Eso puede ser entendido como que ha muerto.

—¿Sólo le has dicho eso? —inquiero todavía algo preocupado.

—Sólo eso —asiente pero en su mirada brilla el reproche —No deberías ocultarle la verdad.

—Es mejor que no lo sepa —le aseguro —Sharon no forma parte de mi vida.

—Aun así —continúa con el sermón —Si quieres tener una relación sana con tu novia, siempre debes ser sincero.

El portero eléctrico suena, salvándome de continuar con aquella conversación. Beso a Carmen en la frente y bajo corriendo por las escaleras. Al abrir la puerta tomo a Gwen en brazos y nos hago girar.

—¡Caden, vamos a caer! —exclama entre risas mientras sus brazos se aferran con fuerza a mi cuello.

Dejo de girar, aunque todo gira un poco a mí alrededor. Cuando logro enfocar la mirada en su lindo rostro, la beso. Me alejo, ella suspira.

—Wow, ese beso me ha mareado más que un millón de vueltas —dice y su cuerpo se apoya con confianza contra el mío.

—Mis besos son narcóticos —presumo.

Me entrega una sonrisa devastadora que me da deseos de hacer lo que sea por ella.

—Sí, y adictivos —se pone en puntas de pie y me besa cortamente —Vamos.

Peligrosa Obsesión (Remake) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora