Capitulo 9: Promesas

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Holly:

Estaba sentada en la pequeñisima sala de mi departamento, con las piernas estiradas y entre ellas estaba Simba jugando con una bola de lana que por alguna extraña razon tenia en mi casa.

Tal vez fuera el destino.

Me sentia muy feliz porque tenia alguien o más bien algo que me hiciera compañia y yo también le haria compañia a él.

Todo estaba muy tranquilo ya que era tarde en la noche.

Solo se escuchaba el sonido de Simba y sus uñas chocando en el suelo, pero en un momento dejaron de sonar y mire alarmada pensando que algo le habia pasado.

Estaba sentado mirandome a los ojos y empezo a maullar.

-¿Te lastimaste?- le pregunte preocupada.

Él solo seguia maullando.

-¿Qué es?- ¿Acaso se habia lastimado, estaba aburrido, tenia sueño?

En estos momentos me gustaria poder hablar con los animales.

Pero pronto descubri la respuesta gracias a que mi estomago también gruño por el hambre.

-Ah tienes hambre ¿verdad?-le sonrei mientras me tocaba la panzita y él me maullaba-Yo también. Chocalas.

Levante mi mano para chocarlas y creo que Simba me entendio o fue pura coincidencia y también levanto su garrita y choco su pata conmigo.

Sonrei embobada por su ternura y lo felicite.

-A veces siento que en serio me entiendes.

Me puse de pie, me coloque los zapatos, tome algo de dinero y cargue a Simba.

-Vamos a conseguir algo de comer.

Tome por ultimo las llaves y baje hasta llegar a la calle.

Cargue a Simba de tal forma que me pudiera mirar a los ojos.

-Simba quiero que recuerdes el camino para llegar a casa, nunca olvides donde es tu hogar. Si algún día quieres irte lo puedes hacer pero nunca olvides como regresar.

Él me maullo de nuevo y lo deje en el suelo.

Camine hasta una gasolineria que habia a tres cuadras de mi departamento y Simba me seguia el paso con sus cortas patas.

Entre en la tienda de la gasolineria y tome solo lo suficiente para cenar y desayunar que no fuera de mucha preparación porque no tenia muchas ollas, y que se conservara el tiempo suficiente.

Compre unos espaguetis, cereales, atún y leche.

Cuando ibamos saliendo de la tienda llego una moto y se estaciono para ponerle gasolina.
Su conductor se bajo, le puso la gasolina y se subio a su moto listo para irse pero él señor de la tienda salio y comenzo a gritarle.

-¡Hey debes pagar por ella!

El conductor le saco el dedo del medio.

-¡Si muy bonita tu mano pero quiero que me pagues la maldita gasolina!- el hombre entro por un momento a la tienda y cuando salio llevaba consigo una escopeta.

Simba salio corriendo hacia un lado de la tienda y yo lo segui asustada por la escopeta, y me escondi tras un bote de basura.

El conductor de la moto se bajo y se acerco al hombre pero no para pagarle precisamente.

Formo un puño con su mano, tomo impulso y lo estampo el la nariz del vendedor, de la cual al momento salieron unas gotas de sangre salpicando en suelo, su camisa y la mano del conductor.

Mi Timida ChicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora