Holly:
Estaba en la lavanderia recogiendo la ropa que se acababa de lavar mientras ponia la otra en la secadora.
Tome el montón de prendas y las metí en la canasta para subirlas a sus respectivos armarios. La levante y al hacerlo me llego el delicioso olor a lavanda que desprendian.
Mire hacia los lados para asegurarme que nadie me veria y luego aplaste mi cara entre la ropa para disfrutar su olor.
Huelen bien.
No escuche en que momento se abrio la puerta pero si escuche la voz de Aaron cuando dijo:
-¿Rodolfo?
Me helé al instante.
-¿Qué estas haciendo?
Aleje la canasta de mi cara y levante la vista despacio. Aaron tenía una ceja levantada, los brazos cruzados y estaba sonriendo.
-Ah....- no sabía que excusa invertarme. Era exactamente lo que parecia.- Me aseguraba... de que la ropa oliera bien.
Asentí felicitandome. Después de todo no era mentira.
-¿Y entonces? ¿huelen bien?- descruzo los brazos y se acercó.
-¿Eh?
Cuando estuvo a mi lado tomo una camiseta de la canasta y la olio mientras me miraba a los ojos.
De inmediato aparte la vista.
-Si.- le respondí en un susurro incómoda por su cercania.
Escuche su risa y mordi mi labio inferior. Mi nariz debia estar roja, estaba segura.
Él puso de nuevo la camiseta en la canasta y antes de darme cuenta se habia agachado para entrar en mi campo de visión.
Su cara quedo frente a la mia y yo di un paso atrás por puro reflejo.
Él me tomo del codo y me acerco de nuevo. Lo bueno era que la canasta estaba entre nuestros cuerpos y no podia acercarme más.
Mis rodillas dolieron y mi corazón se acelero.
¡¡No otra vez por favor!!
-Juega comigo.-dijo sonriendo.
-¿Eh?
No podia formar una oración completa.
¿Qué sucede contigo? Di algo inteligente. Ya. No digas solo ¿Eh?
Pero mi boca y mi cuerpo no escuchaban a mi conciencia. Estaba muy avergonzada. Nadie se habia acercado a mi como lo hizo Aaron.
-¿Lo harás? Estoy aburrido- dijo él sacandome de mis pensamientos.
-¿Quieres que.... juegue.... contigo?- murmure suavemente.
-Si. ¿Entonces lo harás?
-Tengo que terminar...- movi la cesta indicandole que estaba ocupada.
-Ah solo deja eso ahí.- me quito la cesta y la puso sobre una pequeña mesa de madera detrás mio.
-Pero...-no pude terminar de hablar porque Aaron ya me estaba halando fuera de la lavanderia y escaleras arriba.
Cuando llegamos al segundo piso entramos a la sala de juegos y él me sento sobre el gran sofá que habia frente a la pantalla y los videojuegos.
-Haré palomitas. Tu solo espera ahí.
Fue hacia la parte de atrás donde estaba la maquina de las palomitas. Oprimio unos botones y estas se empezaron a hacer.
Nunca habia visto una. Era grande y de un color rojo. Se veia costosa al igual que todo en la habitación.
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Mi Timida Chica
RomansaHolly es una callada y timida chica, que no tiene amigos, ni familia, que trabaja para pagarse la mitad de una beca y vive en barrios bajos donde a veces hay asesinatos, robos, peleas ilegales y venta de drogas, pero lo poco que gana no le permite...