Capítulo 4

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Era sábado y Peter había salido con los de la banda, hace un tiempo que no se veían y me preguntó si podía salir y le dije que obvio, porque no me gustaba que se quedara aquí siempre, tiene que hacer su vida también con sus amigos. Los mellizos estuvieron tranquilos, tomaron la mamadera antes de dormir y los acosté en mi cama, jugamos un rato hasta que se durmieron, los llevé a sus cunitas y cuando fui a apoyar a Santi, estalló en un llanto que me llevó a alsarlo e irme con él a mi habitación para que no despertara a Oli. Lo acurruqué entre mis brazos y no tuve respuesta positiva, por lo que decidí darle pecho, lo puse contra él y dejé a su disposición uno de mis pechos, se prendió y comenzó a succionar, me miraba y con su manito buscaba mi pelo para agarrar por mientras, se había tranquilizado un poco y entre sollozos y profundos suspiros tomaba de mi pecho. Succionaba con sus ojitos abiertos, yo me senté en la cama mientras acariciaba una de sus mejillas, mi bebito necesitaba unos mimos, por lo que cuando dejó de tomar, me arregle la remera, le di unos besitos por toda la cara y lo senté sobre la cama a mi lado.

- Que pasó Bebé? Papá ya va a llegar y mañana vas a estar con él - desde el primer viaje de Peter a otras locaciones por las tantas prácticas de sus cursos, Santi se ponía histérico porque no lo veía por casa- Papá no está de viaje, salió con sus amigos nada más - Tomé una de sus manitos- Cerrá los ojitos y dormite mi amor, cuando despiertes papá ya va a estar acá en casa - me quedó mirando y noté por su carita que no se sentía muy bien. Toqué su cabeza y no tenía fiebre, puse mi mano en su panza y le empecé a hacer unos masajes suavecitos en la panza, lo que provocó que hiciera un puchero terrible y nuevamente estallara en llanto- Santi que te pasa? - Lo tomé nuevamente y lo puse contra mi pecho-

Creo que estuvo media hora llorando, lo que me llevó a tomar la decisión de ir a la guardia de la clínica donde estábamos inscritos con Peter, el cual era el mismo donde habían nacido los chicos. Llamé a Peter, pero no me contestó, así que abrigué a Santi y luego a Olivia, llamé a mamá para que sepa que iba a ir al hospital con Santi y que se quedara con Olivia. Envolví a Santi en su manta, mientras el pobre lloraba, ya me estaba desesperando, envolví a Oli en su manta, los puse en el auto y partí a la casa de mamá.  Cuando llegué la llamé y vino a buscar a Oli al auto, la tomó y se la llevó adentro, yo seguí en el auto rumbo a la clínica. Cuando llegué acaricié su cabecita, estaba sollozando pero ya no lloraba. Entré y anoté su nombre, acariciaba su cabeza mientras esperábamos a que nos llamaran. Cuando el doctor nos llamó, entramos y le expliqué un poco lo que había visto como síntomas en Santi.

- Cólicos - me dijo el doctor sonriendo- Le da a los bebés a las noches, les duele mucho el estómago porque acumulan aire dentro de ellos. Tenes que esperar a que se le pase, va a llorar y le tenes que hacer masajitos en la zona cercana al ombligo para abajo, con eso se le va a pasar

- Bueno, estaba muy preocupada por Santi, no dejaba de llorar

- Si, es doloroso, se hinchan y lloran mucho, no te preocupes, tenes que intentar que cuando tome la mamadera no la suelte mucho, porque entra el aire. Si lo queres calmar tenes que buscar la forma que más le acomode a él. Podes salir en auto dar una vuelta quizás eso lo tranquiliza, o ponele el ruido del secador de pelos o movelo con vos, él necesita sentir cosas que sentía adentro tuyo, hablale, se va a sentir seguro.

- Bueno gracias

- Denada, no te preocupes que no es una enfermedad crónica o algo grave, me parece raro en un bebé tan grande pero hay casos a esa edad, hace que duerma que de seguro ya se le pasará

- Gracias - me despedí del doctor,  alcé a Santi y lo llevé al auto, lo puse en su sillita y lo tapé con su manta- Dormi mi vida - besé su cabecita y me subí al auto, ahí marqué para llamar a Peter, lo puse en alta voz-

Lo que toda Laliter deseaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora