Capítulo 9

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Cuenta Peter:

Volver a la rutina fue algo agotador, por mi parte las clases fueron muy intensas y cada vez tenía más reuniones. Por parte de Lali, ella grababa todos los días, estaba en la recta final de las grabaciones pero salía de una escena y entraba en otro instantáneamente, a los chicos yo por las mañanas los llevaba a la casa de mi vieja y por la tarde los pasaba a buscar, como Lali no tenía un minutos en los estudios preferimos no llevarlos para que no estén solos o para que no jodan a las chicas de maquillaje, porque la verdad, se acercaba el final y estaban a full. Los chicos, desde que volvimos que no dejan de intentar hablar y formular palabras que no entendíamos, pasábamos las mañanas juntos tomando desayuno y hablaban entre ellos y nosotros no entendíamos nada, pero nos reíamos por lo tiernos que son, las noches por lo general son tranquilas, yo llego con los chicos antes que Lali llegue a casa, jugamos un poco y preparo la comida mientras que los chicos juegan en la cocina bajo mi vigilancia. Cuando llega Lali, se vuelven locos, la buscan todo el tiempo y se nota que la han extrañado durante el día, comemos todos juntos, limpiamos el desastre que hacen los chicos al comer las cosas sólidas como a Lali le gusta que hagan, los bañamos juntos y los dormimos, no lloran durante la noche por suerte ya pasamos esa etapa, pero hay veces que se despiertan y tenemos que darles la mamadera para que vuelvan a dormirse. Con Lali estamos más que bien, yo sigo insistiendo en que busquemos otro bebé, pero ella no quiere, porque dice que los mellizos son muy chiquitos aún. Hoy Lali tenía día libre y se iba a quedar con los chicos en casa, y yo por mi parte iba a salir más temprano y no tendría reuniones para estar con mi familia, porque ya extrañábamos un poco el tema de estar juntos, nos habíamos unido tanto en el viaje que extrañábamos los momentos que pasábamos los cuatro juntos.

Cuenta Lali:

Me dispuse a levantarme, luego de que Peter se fuera me acosté a dormir unas horas al lado de mis pequeños demonios. Como tenía libre me podía quedar con mis bebitos haciéndoles mimitos y relajados en casa. Abrí mis ojos, vi a los chicos que seguían durmiendo, revisé mi celular por las notificaciones, contesté un par de mensajes en whatsapp y me paré de la cama. Elegí mi ropa y la puse sobre la cama, luego alcé a los chicos y los llevé a sus cunas, como ya estaban gateando, son un verdadero peligro y la verdad es que no quería dejarlos solos por las dudas de que algo les pasara, es por eso que últimamente, cuando los dejo solos por unos minutos, los estoy dejando sobre sus cunas, para que cuando despierten no puedan salir gateando por cualquier lado. Entré en el baño para darme una ducha rápida, y en este caso, vuelvo al mismo tema de las cunas, pero va a mis hijos, se enojan cuando los dejo mucho tiempo solos y comienzan a gritan como locos, por lo tanto mis duchan se han estado acortando cada vez más, porque con el paso del tiempo se vuelven menos tolerantes estos dos demonios lindos que tengo. Cuando salí de ducharme, me vestí y fui a ver a los chicos, de lejos se podía escuchar a Olivia gritando y haciendo ruidos para que la fuera a sacar de la cuna, cuando entré me llevé una gran sorpresa, mi bebita estaba parada sola sobre su cuna, estaba afirmada de la baranda pero lo había logrado sola, le saqué una foto y se la mandé a Peter, a mi vieja y a Clau, los cuatro morimos de ternura con la foto, emocionada y feliz los alcé a los dos, que por cierto Santi se despertó por los gritos de su hermana. Bajé con ellos a la cocina y los senté en sus sillas de comer, mirando a donde yo estaba. Como habíamos desayunado con Peter en la mañana bien temprano, iban a tener hambre mis dos remolinos, por lo que me dispuse a cocinar.

- Chicos vamos a comer albóndigas hoy – dije mirándolos y aplaudiendo para que se rían un poco, lo que recibí respuesta de ambos, aplaudieron conmigo felices-

Comencé a sacar las cosas para preparar todo y que quede rico, quería preparar para el almuerzo y para la comida, así cuando llegue Peter a la noche comemos los dos juntos y no hay drama de cocinarnos para nosotros y solo tenemos que encargarnos bien de los chicos. Empecé por hacer las bolitas de carne con la ayuda de las pequeñas manitos de mis hijos, lo hacían atentos y riendo, me encantó verlos así de felices. Luego puse en el sartén aceite y las albóndigas para cocinarlas, cuando ya estaban preparadas les puse salsa de tomates como a los chicos les gusta y lo revolví todo. Tomé unas papás, las lavé y las pelé, para ya cortarlas en pequeños trozos y mezclarlos con las albóndigas, para darles más gusto con la salsa de tomates, el olor era increíble, que hasta a mi me daban ganas de comer enseguida, pero como mi método de alimentación con los chicos es, primero darles la leche y luego la comida sólida, deje reposando la comida y me los llevé al living para darles el pecho, hace varios días que solo venía dándoles en las noches, porque me iba temprano a grabar y no veía a los chicos durante el día, entonces ahí les daban las mamaderas, pero como ahora estoy en casa con ellos, decidí mimarlos un poco y darles la teta, para vivir ese momento especial que tanto disfruto con ellos. Comencé con Olivia, ya que es la más inquieta y cuando ve que Santi va primero comienza a gritar, entonces como ya la conozco perfectamente, empecé por ella, la puse cerca de mi pecho y comenzó a tomar, sabía perfectamente que hacer, me vuelve loca cada gesto que hace cuando toma la leche de mi cuerpo, siento que la conexión que tenemos se hace más fuerte en ese momento y a ella le encanta porque sabe ese momento es en el que tiene a su mamá pendiente de cada movimiento o sonido que haga. Mientras ella tomaba, yo le hacía cariño a Santi en su panza para que no sintiera que lo estaba dejando de lado a mi bebito grande. Cuando ya Oli dejó de succionar la saqué y me acomodé la ropa para darle el otro pecho a Santi, el mismo proceso que su hermana, solo que mucho más tranquilo y delicado que ella, me miraba a los ojos y tomaba mi mechón de pelo que tanto le gusta buscar cuando toma de mi pecho, desde que nació que tiene aquella manía que causa ternura en mi cada vez que lo hace. Terminó

Lo que toda Laliter deseaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora