Cuando mi compañero de celda consideró oportuno hacer una pausa y recobrar el aliento, el ímpetu de sus palabras embistió mis emociones como romancero de fuego. El eco de su voz, de tono grave y endulzado de pena, repicó por las paredes de nuestro cautiverio a modo de parquedad.
El mensaje era claro: aquí solo hay lugar para el infortunio. Nada más.
A pesar de que mis ojos, después de un rato, lograron acostumbrarse a la malévola oscuridad de la mazmorra, todavía era incapaz de divisar, nítidamente, un solo rasgo del rostro de Federico. Supongo que, tal vez, la trágica historia de su abuelo abrió viejas heridas dentro de él y lo mejor que podía hacer en este caso era seguir callado y esperar a que se recompusiese de su mal trago emocional.
En el medio tiempo, traté de distraerme tironeando de las argollas que sujetaban mis muñecas y adormecían mis tobillos. Como la cadena de estos grilletes era demasiado corta en longitud, mis ataduras me impedían ponerme de pie. Era incomodo estar sentado en el piso; la piedra mal corrompida del suelo y la pared me hacían daño, cosa que incrementaba mi mal estado de ánimo.
Dispersé la mirada en dirección a la bandeja de comida pateada. No pude evitar sentir un odio potente hacia los centauros y un hambre voraz por la falta de comida. La toxina reventada, ese grosero veneno mortífero, era divisible a pesar de la penumbra. El hecho de pensar que ese liquido burbujeante era el causante de que el antecesor de mi némesis hubiese perdido sus dones de filitcio...me generaba nauseas. Nunca pensé que la villanía de esos potros salvajes pudiese llegar tan lejos. Merecían morir por lo que habían hecho. Merecían ser castigados, exterminados...
Nuestra especie merece ganar este último encuentro. Me pregunto como andarán las cosas en el campo de batalla. ¿Qué especie irá ganando?
La almendra que era mi desnutrido estomago rugió a modo de protesta. No doy más. La falta de nutrientes en mis células me agotaba pero, lo mas insufrible de todo aquello era la sed. Dios...mataría por tomar un vaso de agua de fría, literalmente. La garganta me ardía por la sequedad y la lengua se me había vuelto pastosa. Ni si quiera recuerdo cuando fue la última vez que tomé agua; de lo que si estaba seguro era que paso mucho tiempo desde entonces.
Deshidratado y famélico. Mala combinación.
Quizá, si me arrastraba un poco, posiblemente tendría la oportunidad de alcanzar la bandeja de comida desparramada y así me alimentaria. Estiré mi cuerpo hacia adelante y luego hice lo mismo con mi brazo. Mis dedos rozaron uno de los borden de la bandeja de plata, la cual estaba fría, y con facilidad pude atraerla hacia mí. Aunque solo era un poco de pan y queso, me los devoré sin importar lo poco que era. Una vez que ingerí los carbohidratos, agarré el cáliz del veneno y terminé de desparramar el contenido que había quedado en reposo. Cuando me disponía a rellenar la copa vacía con un poco de agua que yo mismo me proponía a producir (utilizando Nejlarguut en el idioma de los dragones), Federico me detuvo:
–Yo que vos no lo haría. Ésta cárcel está encantada y si usas cualquiera de tus poderes solo conseguirás que la poca energía activa que te queda se vuelva en tu contra. Te aconsejo que esperes y repongas fuerzas porque, cuando llegue el momento en que el Monarca de Guymena te haga llamar, créeme, vas a necesitar toda la fuerza que puedas ahorrar.
–No le tengo miedo a ese puto cagón de mierda.
–Eso decís ahora, pero vas a ver que cuando tengas que hacerle frente, ese "puto cagón de mierda" se convertirá en la peor de tus pesadillas. Es muy poderoso y vos no representas una amenaza real para él. No tenés la resistencia suficiente para soportar ninguno de sus ataques. Te doblegará sin dificultad. Estas condenado, Pablo, igual que yo.

ESTÁS LEYENDO
Búsqueda en el Infierno
AdventureLa profética Batalla Final entre los centauros y los filitcios ha comenzado y con ella la última dinastía sobrenatural. Luchando por la libertad y la supervivencia de su estirpe, las dos razas se enfrentan por última vez en un combate sangriento y d...