Capítulo 2

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Dejo escapar un suspiro cuando vuelvo a cambiar de posición en la cama, no importa cuantas veces trate de dormir, no logro conseguirlo así sea cambiando de posición.

Además,la ensangrentada morena aparecía una y otra en mi cabeza como una mala broma. Estiró mis dedos adoloridos, tratando de no prestar atención al olor a detergente que se había adueñado de mis manos. Había sido una día agotador y con más trabajo de lo normal.

Luego que observaramos a la morena irse con pasos de borracho, nos encargamos de limpiar cada rastro de sangre. En la entrada, en las escaleras, en la paredes hasta incluso en muebles de los alrededores de la sala de estar. La mansión simplemente parecía como si la hubiéramos empezado a decorar Halloween.

Su cuerpo delgado no dejaba de temblar y sus lágrimas cada vez revoloteaban por mis oídos. Pero esto no era la única cosa que me estaba atormentado la cabeza, también estaban las palabras de Grace que me dejó por mensaje tan solo unas horas.

"Fui a casa de tus padres"

"No estaban"

"Le pregunté a unos vecinos por ellos y me contaron que no los han visto desde hace un mes"

Vuelvo a suspirar y cambiar de posición, ahora mi cabeza estaba enterrada a la almohada tratando de comprender todas las preguntas que se me formulaban al mismo tiempo. Sin embargo, cuando la imagen de la morena vuelve a pararse, mi manos se van a cada lado de mi cuerpo, impulsandome y así quedar sentada en forma de indio.

Comienzo a restregar mis ojos y explicándome por qué a estas alturas tenía insomnio. Tardó unos segundos en levantarme de la cama, mis músculos adoloridos no dejaban de rechinar para quedarse más tiempo tumbados en la cama.

No importa cuantas veces buscará una explicación lógica para todo esto, simpre volvía a lo mismo. Dejarle este asunto a Brian, por otra parte, sería extraño.

Digo, apenas hemos dejado la fase de conocernos a comenzar a agarranos cariño.

Camino con los pies descalzos por toda la habitación,  mirando de reojo el gran reloj marcando las tres y media de la mañana. Vuelvo a extirar mis músculos mientras elijo que colocarme.

Justo ahora, estaba complementa loca si realmente pensaba ir a correr a estas horas por el terreno del pelirubio. Pero si no lo hago ahorita, eso significaba que debía de quedarme dos horas más esperando. Suspiró de frustración, pasando los pantalones entre mis piernas, honestamente no era la típica chica que hacía ejercicio. De hecho, era tan floja que Brian me tiraba encima más de dos cubetas de agua fría para poder despertarme.

Se perfectamente que hacer ejercicio es bueno, pero también el cuerpo necesitaba flojear de ves en cuando.

Me amarro las trenzas de los zapatos con fuerza, volviendo a mirar el reloj, chasqueo la lengua, de todas formas me encontraré con mis primos en la casa del árbol dentro un rato. Bajo las escaleras en dos en dos, pasando por la cocina y salir por la puerta trasera.

A medida que iba caminando, más agarraba impulso adentrando cada vez al bosque. Escucho como las aves canturrean y el sonido del agua del lago que sin darme cuenta me ayudan a tranquilizarme.

Mis piernas comienzan a gritar que me detenga, ardían tan fuerte como si el fuego las estuvieran consumiendo. No obstante, mi cara se estira y mis orejas se mueven para acomodarse a mi sonrisa. Por primera vez llegaba a la casa del árbol sin ninguna ayuda.

THE SANDFORD || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora