Epílogo

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EPÍLOGO.

Mis ojos se abren de golpe, sintiendo un extraño dolor en mi pecho que me hace respirar con dificultad. Trato de ponerme de pie, clavando los codos en el duro colchón. Sin embargo, como siempre, no duro ni un segundo intentándolo ha que lo único que logró es empeorar el dolor que no había sentido antes del abdomen.

Todo mi cuerpo ardía en llamas hasta incluso la garganta la tengo tan reseca que las palabras se atoraba en ella, reusandose a salir.

¿En dónde estoy?

¿Por qué no logro recordar nada antes despertar?

No obstante, la puerta de la habitación se abre con lentitud, haciendome estremecerme y tratará de mirar de quien se trataba, pero los movimientos metálicos y el gritó que emite tan pronto nota que estoy despierta, me dan la idea es donde me encuentro.

En un hospital.

Más pasos resuenan entre las paredes, alertando a enfermeros y al médico, atormentando a mi cabeza de tal punto que los sonidos comienzam a mezclarse, cerrando los ojos a penas comienzo a ver borroso.

Dios que dolor.

-Eh, eh - susurra, acomodando mechones detrás de mi oreja, animandome a mirarle - Eso es - sonríe con ojos llorosos - Hola princesa, es bueno tenerte de vuelta.

Y de repente, todo lo que creía a ver olvidado, regresa de un solo golpe, dejándome complementamente noqueada. Lágrimas recorren por mis ojos, causando que Brian dejara de mirarme y se apartará de golpe de mi.

-Nick - susurro - ¿Dónde está Nick? - pregunto con el pecho subiendo y bajando constantemente.

Por favor, tenía que decirme que todo es mentira.

-Lo siento, María.

Pero ya lo había entendido todo, absolutamente todo.

Habían pasado tres semanas desde que trataron de matarnos en la mansión, desde entonces, los demás miembros de la familia hasta el mundo entero creía que había muerto al lado del pelinegro a penas me encontraron inconsciente. Pero lo cierto es que, mientras creían a ver tenido un funeral mío, realmente estaba siendo sometida a una cirugía de la bala que estaba incrustada en mi abdomen.

-¿Qué se supone que haga ahora? - hipo, buscando los ángulos suficiente para mirarle a la cara, pero lo único que logró visualizar es su espalda ancha.

Literalmente estaba muerta.

¿Cómo se supone que .

-Tu nombre es Isabella Williams - responde con la voz más gruesa que había escuchado de el - Eres una simple estudiante de Inglaterra..

No, no.

No me jodas.

-¿Pero que es lo que me estás diciendo? - interrumpo, alzando la voz, obligando a mi cuerpo ponerse de pie - ¿Quieres...

-María, por favor - cierra los ojos - En serio ahorita no tenemos tiempo para esto - suspira, acercándose de nuevo y tomando mi mano - Debes confiar en mí - asegura - Estás en peligro y esto es lo que puede ayudarte.

De un momento a otro, Brian desplaza una carpeta sobrea camilla, luego de asegurarse que nadie más escuchará.

-Viviras con Carlos -cuenta - Solo tienes que fingir que es una nueva - niega con la cabeza - Haz amigos, vive como una estudiante y recupera tu vida.

Dejó escapar leves suspiros, abriendo la carpeta y verificando una por una las cosas que estaban adentro, repitiendome que tal vez, solo que tal vez, no debo pelear en esta guerra, a pesar que era mi propia familia.

-¿Cuándo volveré a verte? - pregunto, al leer la vida perfecta de Isabella.

-Prometo que lo más pronto posible - susurra, poniendose de pie, dejando un beso en mi frente.

Ni siquiera pude despedirme de los demás.

Ni siquiera pude despedirme de Nick.

Y ni siquiera, pude voltear por un momento a mirarle aquella mañana cuando nos vimos por última vez.

Tenía miedo, tanto que me recordaban constantemente que esto era lo mejor que podíamos hacer.

CONTINUARÁ

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THE SANDFORD || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora