Capítulo 21

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CAPITULO 21

Dejó escapar leves suspiros mientras observo a los gemelos hacer figuras sin sentido en una hoja de papel y al mismo tiempo mirar de reojo al más pequeño jugar dentro del corral con su peluche de oso, actuando como si nada hubiese pasado, volviéndose cada vez más una tortura que me ha estado asfixiando hasta el punto de arrebatarme todo lo que forma parte de mi ser.

Además, soy consciente que solamente ha pasado una semana. Una semana que puede indicar que tan mal está la situación que nos encontramos y que tan cerca estamos de él.

Pero de igual forma, los días se nos han hecho cada vez más agobiantes que el día anterior.

Brian, mi primo y el gran jefe del hogar se encerró en su mundo, dejando atrás lo que le rodeaba y concentradose en cavar varios agüeros que no lo conducirían a Nivair. Y por desgracia, la única persona que puede entrar a cavar con el, es su esposa.

En cambio, Leonardo paso gran parte de su tiempo conmigo, empezando la rutina de defensa personal junto con la pelirroja. Sin embargo, a pesar que actuará todo valiente y fuerte delante de todos, lo había pillado en la habitación del pelinegro, llorando y lamentándose por algo que no tiene la culpa.

Y yo.

Y yo finjo que todo a mi alrededor está bien, que lo que nos está pasando solo fue una pesadilla que debo de pisar y seguir adelante como si fuera un simple obstáculo que se cruzó en mi camino.

Pero, solo quiero seguir respirando.

-Nana - canturrea Camila, mirandome con ternura. Su cabello estaba recogido en una perfecta trenza que fue hecha por Annie hace rato y una larga camisa de princesa con mangas cortas cubrían su cuerpo como si fuera una pequeña muñeca de porcelana - ¿El tío dinosaurio regresará algún día de su viaje ? - susurra, acercándose más a mi - Extraño jugar con el.

Y allí está mi única razón por la cual no estoy en mi cama, ocultandome debajo de las sábanas y olvidando lo tanto que quiero liberarme de esta pesadilla. Después de todo, todavía tenía que ponerme detrás de los niños.

-Volvera pronto - anuncio, absorbiendo las lágrimas que están apunto de escaparse. Mirando por encima de su cabecita el reloj colgando en la pared - Creo que es hora de dormirse - me excuso, causando que los niños voltearan a ver la hora y se pusieran de pie a guardar sus cosas en los gabinetes respectivos.

En serio creo que ya no pueda seguir fingiendo que vivo en una burbuja.

Me despido de los niños, luego de arroparlos a cada uno y dormir a Chris entre mis brazos, observando como el pequeño va cerrando los ojos poco a poco hasta formar su boquita de pato. Sintiendo por primera vez que una sensación de paz tratando de entrar en mi cuerpo pero aún asi, sigo sintiendo el miedo apoderarse de mi cuerpo.

Tengo tanto miedo que hasta incluso le pedí a la pelirroja que me ayudará a meter a los niños en una sola habitación, la que se encontrará más cerca de la mía en caso que tuviera que encerrarme aquí y huir con ellos.

Pero sabía que eran muy pocas las probabilidades que pasara eso y solo eran paranoias mías.

No obstante, con pasos apresurados me encaminó hacia mi habitación, luego de dejar al bebé en su corral y dejar la puerta de la habitación entre abierta, tirando mi cuerpo contra mis frías sábanas y ocultando gran parte de mi cara entre las almohadas. Evitando así a qué mi llanto fuera escuchado por las paredes de la habitación.

Esto es una verdadera pesadilla. Una verdad que me negaba aceptar.

Y lo peor de todo, ni siquiera podía pedirle consuelo a Grace, mi mejor amiga que tanto he ignorado desde que apareció la mujer de las botas y no lo hago por gusto, si no, todavía no hallo las palabras necesarias para explicarle todo o al menos lo necesario.

THE SANDFORD || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora