CAPITULO 24
Nick
A estas alturas no se quien es el que está girando, si la habitación o soy yo el que está esposado en una rueda que a medida que va girando, va aumentando la velocidad de vueltas, causando que mis ganas de vomitar se hicieran más notables y terminará de perder la poca voluntad que me queda, dejándome en claro que lo que sufrí hace un par de minutos o tal vez unas cuantas horas, no fue una simple pesadilla.
Pero aún así, anelo con todas mis fuerzas salir de este infierno de una vez por todas.
No obstante, a pesar de tanto dolor, muevo mi cuerpo bruscamente, haciendo que las heridas se contrajeran y gritan pidiendo ayuda, causando que respirara con dificultad y exalara con fuerza, mirando a mi alrededor con un solo ojo ya que por una extraña razón, no podía abrir el ojo derecho.
Pero mi intento por saber en dónde me encuentro no dura mucho, pues mi cabeza vuelve a irse de lado y mi cuerpo le sigue después, cayendo bruscamente de la silla en la cual estoy sentado y pegando mi mejilla al suelo, botando la sangre que tengo acumulada en alguna herida interna dentro de mi boca.
Realmente quiero esto acabe.
El olor de mi sangre, la humedad y la putrefacción que sale de mi cuerpo, todo se mezcla en un solo olor desagradable que termina de marearme y nuquear lo que sea que quede de mi conciencia.
¿En dónde coño estoy?
Mis ojos comienzan a cerrarse poco a poco y una extraña sensación de sudor frío baja por mi cabellera, recorriendo mi espalda desnuda hasta chocar con el piso hirviendo de la habitación.
No quiero morir así, por favor, no quiero morir así.
-Nicky - dice una voz retumbando por mi cabeza - Nicky~Nicky - cantaturrea con voz suave - Realmente quiero hacer esto - confiesa, sentándose en mis piernas mientras acaricia mi cabello con sus delgados dedos - Será una experiencia que nos ayudará a desestrezarnos un poco.
-Lo se - respondo, pasando mis manos por todo su cuerpo hasta llegar a su trasero, acomandola en una mejor posición y sus piernas quedarán a cada lado de las mías - Pero mi querida Hime - murmuró subiendo mis manos hasta su rostro -Ambos sabemos que no puedo irme de aquí sin sentir ningún removimiento.
Mis palabras hacen que Evolet detenga sus acaricias y frunciera el ceño, arrugando la nariz mientras dice cosas aleatorias en su idioma nativo, probablemente maldiciendo mi disciplina y mi sentimiento de obligación por quedarme en mi hogar. Pero realmente no tengo la culpa, simplemente el miedo me come lentamente hasta llegar a mi cerebro y controlar parte de él, haciéndolo repetir algo una y otra vez, tenía más control en mi que yo mismo.
"Si sales, algo malo pasará y será tu culpa. Así como paso en el secuestro de Wyatt.
No estuviste y se lo llevaron"
Y realmente no quiero que sea mi culpa, más, si a penas Brian acaba de tener a los gemelos y otro bebé viniendo en camino.
-No te molestes, cariño - pido, besando su nariz, mejillas, barbilla y no paro hasta llegar a su cuello y detenerme en su clavícula, justo cuando deja salir un pequeño gemido, dando un paso involuntario hacia adelante que causa que terminara dejando escapar uno también.
Creo que fue mala idea que justo hoy llevará una camiseta mía de Adidas sin manga y que se resultará que nadie estuviera en la mansión aparte de nosotros, encerrados en mí habitación y que ahora estuviera sentado en el escritorio.
Realmente esto es una tortura.
Arrecuesto mi espalda en el respaldar de la silla, alejándome un poco del fruto prohibido que no dejaba de mirarme con molestia pero a la misma vez con cierto deseo.
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THE SANDFORD || TERMINADA
Science FictionMaría fue enviada a vivir a Orlando con sus primos luego de la muerte trágica de su hermano mayor. Todo parecía una vida normal hasta que aparece un cadáver afueras de la mansión y desata unos de los crimenes más complicados del FBI y terminan mezcl...