THE SANDFORD || TERMINADA

Capítulo 12

CAPÍTULO 12

-Espera espera - interrumpe Leo, mostrando la palma de su mano - No entiendo - confiesa - ¿Qué tenemos exactamente adentro de nuestro cuerpo?

-Dispotivos - repetí el rubio - Básicamente micro dispositivos que fueron insertados dentro de ustedes cuando los hirieron - suspira - La doctora Roberts todavía sigue investigando como extraerle esto pero como dije antes - apoya sus codos en el escritorio - Hay pocas posibilidades de hacerlo, ya que estos se han unido a usted como si fuera una segunda piel.

-Estamos jodido - susurra Nick a mi lado.

Bien, creo que ya empiezo a entender varias cosas. La primera que ahora tenemos una algo que ha pegado en nuestra piel como algo que forma parte de nuestro ser.

-¿Han tenido algunos síntomas? - pregunta Brian, sacando una libreta y bolígrafo.

Miro a mis dos primos con inseguridad. Pues, todos los presentes en la habitación, exceptuando por el mayor,  teniamos en claro que no estamos en ninguna investigación policíaca como para que sacará una libreta e hiciera anotaciones.

Y eso me hacía sentír indignada.

-¿Podemos confiar en la doctora Roberts? - pregunta Eric, curiosando los libros de la biblioteca. 

-Si - contesta Brian - ¿Por qué no habría de hacerlo?

-Por que - aclaro, despegando un poco la espalda de la silla y estar más cerca - Creo que está vez deberías dejar las anotaciones y escucharnos.

El rubio cierra su libreta de un solo golpe, mirándonos como si nos hubiera salido varias cabezas a cada uno. No obstante,  Erick toma uno de los bolígrafos del portavasos, luego, se voltea a mirarnos, disculpándose por lo que está apunto de hacer.

Sin precionar el botón del bolígrafo, este clava el objeto en el brazo del pelinegro, creando una herida superficial y pequeña. Segundos después, vuelve a pasar lo mismo de esta mañana.

-¡Aish! - exclamó, dando un pequeño salto. A penas se le había formado la herida a Leo y hasta el propio Nivair.

¿Por qué a me arde tanto?

El amigo de Bigfoot toma la servilleta del bolsillo de mi primo con brusquedad. El sonido del bolígrafo cayendo al suelo retumban en mis oídos y la sangre que ha comenzado a salir a motón hace que me retuerce en la silla. No obstante, a pesar que el pelinegro y el de gafas hacen todo lo posible para ayudarme, un escándaloso ruido llamaba nuestra atención.

Su pecho se movía constantemente y con sus ojos abiertos nos dejaban en claro que estás comenzando a perder la cabeza.

-¿Que... que..  - señala con el dedo mi brazo - ¿Desde cuando pasó esto?

-Tu que crees - responde Nick, envolviendo la tela con cuidado - No es nada grave

Asiento con la cabeza, mirándolos hasta que vuelven a sus puestos anteriores. Esperamos a que el mayor asimilara la situación y su mente maquinara una respuesta válida para nosotros.

Y honestamente, pensaba que iba a reaccionar peor.

El olor a sangre llega a mis fosas nasales, mareandome hasta el punto de quererme ir a la cama.