Capítulo 28

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CAPITULO 28

Tuve un agradable sueño, uno donde volvía a caminar sobre la arena mojada y sostenía su mano con demasiada fuerza, tanto que una parte de mi, tenía miedo a que le hiciera daño.

Por que después de todo, sostenía la mano de mi hermano mayor.

Sin embargo, por una extraña razón algo se apodera alrededor de mi pecho, causando que una gran pelota de miedo se formar en mi garganta, observando como mi hermano se aleja mí bruscamente, hasta el punto de mirarme sobre su hombro, revelandome un rostro indignado y decepcionado. Causando que la sonrisa de mi rostro desapareciera y la incomodidad en mi pecho aumentará.

¿Qué está sucediendo?

¿Porque me mira así?

-¿Realmente no te acuerdas de nada? - pregunta irónico, deteniendo sus pasos - No me des excusas, María. Esta vez no me las creeré.

Pero,¿En que momento las cosas se volvieron tan complicadas?

-¿De que estás hablando? - digo, con lágrimas en los ojos - No entiendo lo que estás dici...

-La mataste - interrumpe, con su voz acelerada, subiendo el tono de voz - ¡Tú la asesinaste!

Mis ojos se abren de golpe, despegando la espalda del colchón, mirando a mi alrededor con el pecho subiendo y bajando constantemente, repitiendome una y otra vez que esto no fue lo que sucedió ese día.

¿Qué es lo que acabo de soñar?

¿Por qué de repente un agradable recuerdo se volvió algo tan escalofriante?

-Eh, - dicen, tocando mi hombro con cariño, causando que me sobresaltara y retrocediera.

¿Qué hace él aquí?

- Estás bien, María - cantaturrea, mirándome con cariño - Estás en casa, solo fue una pesadilla.

Dejó escapar un leve suspiro al detallar más la habitación con la poca luz que alumbra la lámpara de la mesita. Volteó a mirar a Eric con más detenimiento, notando como un mechón de cabello caía en su frente, casi rozando una de sus cejas, mirandome con tanta preocupación que hasta incluso notó lo que sostiene entre sus piernas, una toalla y un pequeño bol lleno de agua.

Ha estado cuidando.

-Te desmayaste por el estrés - carraspea, apartándose de mi - Estabas bajo presión y tu cuerpo no pudo llevar ese peso así que se apagó como si fuera un computador - explica, pasando las manos por su cabellera - O al menos eso fue lo que dijo el doctor.

Bueno, eso era algo obvio.

Dirijo mi vista hacia mis delgados dedos, viendo como las mismas tiemblan a pesar que hace unos minutos fui capaz de controlar mi respiración y la sensación de desesperación, pero ahora no sé que es lo qué me atormenta tanto, si mi pesadilla o el que se repente unas palabras aparecieron en mis cabeza como si la estuvieran martillando con un clavo extramente grueso.

"Están todos muertos, James Griffin los matará"

-¿Dónde está Brian? - pregunto, incorporándome de la cama, peinando mi cabello con los dedos. Tratando de ignorar la voz del pandillero antes que me dé un ataque a mi corazón.

-Investigando al bar luna llena - se encoje de hombros - Hace rato estuvo aquí contigo pero realmente tuvo que irse - explica, aún cuando le doy la espalda mientras buscó un sweter.

-Está bien - murmuró, volteando a mirarle - Gracias por quedarte conmigo mientras Brian está afuera.

-No hay de que - se enconje de hombros, sonriendome.

THE SANDFORD || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora