Capítulo 19

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CAPITULO 19

Leo

Actualidad

Mis silbidos y los movimientos constantes de las llaves entre mis manos, retumban por las paredes de la habitación a medida que me voy adentrando a ella, creando un melodía para nada rítmica y con falta de ética.

Tan solo había pasado un día desde que el doctor me dijo que mis costillas se encontraba totalmente curadas pero aún así, tengo que mantener una estricto repuso hasta que pudiera moverme como antes. Sin embargo, me negaba a quedarme en la mansión sin hacer nada y mirar el techo hasta que crea que algo fascinante iba a salir de allí.

Así que se mejor idea no se me pudo ocurrir que pasar tiempo en el club y hacer los ejercicios terapéuticos con el entrenador del equipo.

Además, soy completamente consciente que no iba a poder regresar al final de esta temporada y a principios de la otra. Y eso es algo de lo que no me quejo en lo absoluto, ya que lo único que ocupa mi mente en estos días son las cosas extrañas que suceden en la mansión.

Simplemente, estoy tan consumido en lo que pasaba en mi hogar que hasta incluso soy incapaz de mantener los ojos cerrados, pensado que tengo que buscar algún artefacto o algo fuera de su lugar de cada rincón de mi cuarto para poder calmar mis nervios y volver a la realidad que debo de afrontar.

Que me estoy volviendo paranoico, sabiendo que nunca voy a encontrar.

No obstante, introduzco la llave dentro del cerrojo, abriéndo el casillero de un solo golpe y permitiendome ver la mochila de deporte, en el mismo estado que la deje después de cambiarme. Tomo cada lado de las cuerdas,impulsandola hacia mi y metiendo la toalla que acabo de usar y las llaves del casillero mientras cierro la puerta con el codo y me encaminó hacia la salida.

Sin embargo, antes de poner un pie afuera del club, mi celular comienza a sonar, haciendo que detuviera mi caminar y buscará el artefacto entre mi ropa sucia. Pero cuando doy con él, mi corazón se detiene de golpe y un extraño sentimiento de querer esconderme debajo de una roca recorre todo mi cuerpo hasta crear un electrocutazo que hace que mantenga mi espalda recta como si me hubieran pillado comiendo caramelos a escondidas.

20 llamadas perdidas de Diana de Temiscira

Realmente estoy muerto.

-¿En dónde estás? - pregunta tan pronto atiendo la llamada - ¡Más te vale que no estés jugando fútbol o te juro que voy a arrastrarte por el suelo y encerrarte hasta que cumplas veinticinco!

-¿Veinticinco? - dejó escapar una risa - Antes solías decirme que seria hasta que cumpliera veinte.

-¡Es que serás ... - deja escapar un suspiro - Solo, regresa a la mansión antes que me de un ataque de nervios.

-Si señora - respondo, comenzando a caminar - Pero antes haré unos recaudos.

Antes, solía desconfianzar de Sthefannie cuando era niño. Tanto, que estaba complementamente seguro que un día agarraria sus cosas, se las llevaría lejos y nos dejaría.

Tal vez solo tenía miedo de que nos abandonará como hizo mamá.

Pero nunca fue así.

Simplemente la juzgue mal que hubo un tiempo que no podía verle a la cara de lo avergonzado que estaba cuando solo se había convertido una mujer maravillosa para nosotros.

Dejó escapar leves suspiros a medida que voy leyendo la lista de los pedidos desde mi celular mientras empujó el carrito de la compra y voy metiendo las cosas una por una, pensando cada una de las cosas que nos han estado pasado desde hace tres años hasta ahora.

THE SANDFORD || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora