La castaña estaba casi segura un noventa por ciento que todo se trataba de un sueño, su mente como un espejismo abrupto jugó con ella en ese momento. Tenía que estar dormida, todo a su alrededor era perfecto.
Su madre con un vestido de satín negro, con el cabello hecho nudo en forma de dona, le sonrió para que la menor se sentara. Su cuerpo poseía voluntad propia, a pesar que todo lo que le gritaba su cerebro ella simplemente se sentó.
—¡Es un hermoso día! — anuncia su padre acongojado observando el rostro de Evelyn, este tenía un traje elegante con un sombreo cubriendo su cabellera.
—Cariño, pásame los vasos. — replico la mujer en tono dulce.
Anna se los coloca entre las manos, y después se levanta sonriendo.
—Eso no es real. — dice débilmente. Por más que ella quisiera que ese cuadro estuviera presente en su vida, no estaba... nunca estuvo.
—Anna, solo disfruta este tiempo en familia. —la acusa su padre frunciendo el entre cejo.
— "¡Eso si lo recuerdo!" — se dice a si misma ante la expresión del señor, comienza a moverse al corazón del bosque. Observa una vez más por el rabillo del ojo aquella escena alentadora. Sus dos padres compartiendo un día de picnic, acompañados por el sol radiante y vestidos como una familia feliz. —Imposible. — expresa ella y sigue su camino.
Quizás había fumado demasiada hierba, o estaba en el limbo y había muerto. Pero por más que retrocedía para recordar que había pasado con ella, no podía.
Mientras más caminaba, más profundo se hacia el bosque. Sus piernas comenzaron a arder por el cansancio, sentía que llevaba caminando horas tras horas sin llegar a un punto conocido.
Finalmente, su cuerpo aturdido le ganó la batalla y lo único que pudo hacer; es dejar que la gravedad actué por si sola. Se tumba al suelo y cierra los ojos esperando que algo la despierte, de ese mal sueño...
—¿Cómo esta ella? — dice su madre acariciando su cabello, una y otra vez.
—Sufrió una contusión cerebral. —la voz aguda del médico capto la atención de la menor, ¿Por qué escuchaba todo a su alrededor? Se preguntó luchando con el cansancio. — las otras heridas son leves, realmente su hija tuvo suerte señora Martin.
—¿Por qué no despierta? — exhibe la mujer alterando la poca paciencia que tenía Anna.
— "¿Por qué diablos no me dejan descansar?" — pensó ella, mientras su cuerpo se amoldaba a la camilla.
—Ella necesita descansar. — expresa el hombre, fulminando a la señora con la mirada. — solo es cuestión de tiempo para que despierte. — sonríe regresando su compostura. — Despreocúpese señora, su hija estará bien.
El sonido de la puerta marcó la salida del médico, Evelyn acaricio dos veces el cuero cabelludo de la enferma, besó su frente y salió.
Anna no sabía cuánto tiempo permaneció en aquella camilla, aún estaba muy cansada como para abrir los ojos.
La habitación permanecía oscura, hasta que ella despertara. Fueron las indicaciones del médico. Por lo que descansar era más que una ley para ella.
Media hora después sus sueños se volvieron violentos, se encontraba en una habitación vacía. Simplemente con ecos a su espalda gritando su nombre. Quiso correr y escapar de sus perseguidores, pero parecía que estaba atrapada en una especie de cámara lenta, la cual la absorbía regresándola al punto de inicio. Se giró bruscamente armándose del único valor que le quedaba. Apretó las manos hasta convertirlas en puños. Justo en ese momento se encontraba en frente de un espejo (uno viviente). Traga su propia bilis y su reflejo la tantea con repugnancia.
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Ángel "Un beso silencioso"
FantasiaPara Anna la importancia de su vida es poca, pasa noches en fiestas y siempre está en problemas, todo esto para evadir sus sentimientos acerca de la separación de sus padres, las estimulaciones para no sentir la llevan a un accidente el cual ocasion...