Capítulo 44: Steven

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—¡MIERDA! — sus palabras salen por si solas, parecían atoradas en su garganta desde que logro ver como aquella supuesta líder azotaba a su pupila. No podía soportarlo más.

"Observar y anotar"

"Observar y anotar"

"Observar y anotar"

No creía en aquellas cosas ahora, quería ser aquel ángel que protegía con sus propias manos a Anna, no solo vivir era necesario ahora, después de todo aquello era como si desatara una guerra interna.

El fuego en su interior era una llama que nadie podía para ahora, esta noche sin importar cuantas reglas rompería, sería un ángel con una escopeta si es necesario para salvar lo único bueno que tenía.

—¿Pero que diablos? — dice el más robusto.

Todos y cada uno de ellos podían verlo, el abuelo de Anna una vez le dijo que antes de iniciar una guerra, tenía que saber porque se está peleando. Y aquella razón siempre la tuvo frente a sus ojos, adoraba aquella joven de cabellos castaños, si el amor ahora era una batalla, moriría siendo un soldado.

—¡Steven, estás loco! — chilla Vladimir a su lado. — desataras un caos ahí arriba. — dice señalando con el dedo índice.

—No me importa si el cielo no me quiere devuelta. — expresa con una sonrisa en el rostro. —A veces para ganar, hay que pecar.

Después de aquellas palabras camina directo hacia el robusto, que en su intento por defenderse lanza golpes al aire que el ángel los esquiva de forma aburrida, brinda el primer golpe en el estómago del novio de Rojo, este se inclina para tratar de recobrar el aliento.

—Eres un...— trata de decir entre jadeos. Por lo que Steven no tarda en darle el segundo golpe directo en el rostro, aquel sonido fue tan fuerte; que este cae al suelo noqueado al instante.

Su siguiente adversario es el más débil. Se lanza contra el moreno logrando dar el primer golpe en el rostro del ángel.

—¡Esa es tu fuerza! — sonríe al ni siquiera sentir el contacto, cierra su mano en puño y golpea la mandíbula del otro, la sangre comienza a salir de su nariz y labios. Antes de lograr dar otro golpe el moreno lanza una patada en las costillas. Mientras aquel se revolcaba del dolor en el suelo, Vladimir se acercaba a la pupila para ver su estado de salud, Rojo quien se encontraba en el suelo parecía paralizada ante lo que sus ojos miraban, no solo apareció alguien a defender aquella apaleada joven, sino que se consideraba invencible a lo que fuera.

—Me las vas a pagar. —expresa el joven sosteniendo su nariz ensangrentada.

—¡Duerme! — exclama el ángel y golpe de nuevo su rostro; esta vez con la fuerza necesaria para noquearlo.

—¿Qué eres? — pregunta Rojo colocándose de pie.

¿Qué era? Se preguntó el mismo en ese momento, ¿Un ángel? ¿Una persona? No lo sabía, sentía sus alas arder más que nunca, era un fuego que recorría todo su cuerpo, los humanos quizás lo llamaban adrenalina, el simplemente lo llamó "plumas en fuego" sonrió de su propio chiste y siguió su camino.

—Ahora mismo; ¡Soy tu peor pesadilla! — canta.

La pequeña rival retrocede hasta estamparse en la pared, el miedo que percibía en sus ojos no lo comprendía, después de comportarse como una desquiciada asesina ahora temía por su vida, el moreno no iba a eliminar a nadie, lo único que quería era salvar a su pupila.

—¿Vas a matarme? — pregunta y nota como las lágrimas corren por sus mejillas.

La sujeta del cuello alzándola en el aire, aquella sacudía los pies tratando de palpar un piso que no podía alcanzar.

Ángel  "Un beso silencioso"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora