—¡Estoy bien! — chilló por tercera vez la castaña, se encontraba furiosa con la enfermera de cabellos dorados que le limpiaba la herida; con la sutileza de un marinero.
Y no era que ella hubiera salido ilesa de aquel accidente, sus costillas le dolían, justo en su cabeza recibió tres puntos, mientras que ella visualizaba los raspones de su brazo izquierdo, su mente divagó en David.
Ver como varios doctores se lo llevaban al área de emergencias; le estrujaba el corazón de todas las formas posibles.
—Quédese quieta— ordenó la mujer frunciendo el entre cejo. Pero por más que ella quería no podía evitar retorcerse en el mismo lugar por la desesperación.
—¡No puedo! — chilló ella dos tonos más alto. —necesito saber cómo está mi amigo. — expuso furiosa, no supo porque no le dijo que era su novio, quizás para aquella era lo último que necesitaba saber su cuidadora.
Aparece de golpe el moreno, con el rostro agachado. Aquello le dio la respuesta a la chica, cuyos ojos se cristalizaron.
—Está muy grave—canta Steven mientras se encogía de hombros, y metía sus manos en los bolsillos de sus vaqueros negros, parecía tan real que por un segundo olvidó que se trataba de un espíritu.
—¿Y Vladimir? — preguntó ella recordando el escalofrío de su extraña presencia, sobre todo lo que aquel ser significaba en su vida, Steven hizo un gesto de negación para indicar; que no sabía el paradero del recién nombrado.
La enfermera algo preocupada, comenzó a examinar a la joven que mantenía su vista clavada a la pared, Anna aparta su mano saltando de la camilla, escuchó un regaño a la distancia y avanzó detrás de su espíritu amigo.
No quería pensar en cómo las advertencias del interpelado cobraron vida, ¿Porque todo le tenía que salir tan mal? Muchos de sus amigos hicieron la vuelta sin percance alguno, y ella las dos únicas veces que lo intentó; fue a parar a emergencias. Ahora las cosas eran sumamente diferentes, sobre todo por David quien nunca (antes de conocerla) había participado en esas cosas.
Su pecho le dolía de forma inexplicable, no era por las abolladuras en su cuerpo, ni por los gritos que aún resonaban durante el accidente, lo que más le dolía era que sabía que podía cambiar este presente, y no quiso hacerlo.
"Un ser humano cayendo dos veces en la misma piedra" pensó la castaña, se coloca en la puerta de la habitación de David, sabía que tenía que entrar antes que los doctores la encontraran como fugitiva en la sala de cuidados intensivos. Pero por alguna razón sus pies se encontraban clavados en el suelo, aquellos como dos pesados y dolorosos bloques de concreto.
—¿Quieres hacerlo? — duda su compañero al ver el rostro pálido de la menor, ella se traga su propia bilis, y al dar el primer paso; se encontró con el cuerpo de David conectado con cientos de tubos, sus ojos se cristalizaron, mientras su pecho subía y bajaba por los nervios, el sonido de una máquina; reflejaba el cansado corazón de su novio...
—David...—sollozo ella sintiendo como todo era su culpa.
El chico tenía un aspecto pálido, a simple vista parecía estar durmiendo, Anna solo recordaba las palabras hemorragia interna, y otros términos que no recordó, pero el simple hecho de que aquel permaneciera inmóvil le dolía en lo más profundo de su pecho.
—Anna, tenemos que irnos— propone el moreno, ella le frunce el ceño; aniquilándolo con la mirada, apenas iba llegando. —somos fugitivos, ¡Recuerdas!
La voz pastosa de Steven le recordó cuál era su estado actual para aquella sociedad, traga una boconada de aire llenado sus pulmones.
—No quiero dejarlo. — dice débilmente.
—No podemos hacer nada...— indica su compañero bajando sus hombros, comienza a avanzar hasta la salida seguido de la menor, mientras abandonaba todas las esperanzas por tratar de ayudar en algo, por un momento sintió como todo su cuerpo se contraía arrastrándola de regreso a la habitación, ella se gira como si un hilo invisible tirará de su columna vertebral.
—Esto es tu culpa— chilla un joven de cabello castaño oscuro, sus ojos negros de la furia observaban a Anna con desdén. —todo iba bien, hasta que apareciste.
No supo que la impulsó, pero sin importar que aquella aparición la culpaba, lo único que sintió la susodicha fue rabia.
—¿Quién diablos eres tú? — preguntó con el enojo enredado en sus dientes.
—Anthony. — cantó Steven con los ojos abiertos como platos.
—Él tenía futuro y lo sabes. — canta el recién nombrado señalando a David, para después amenazar con el dedo a Steven. —Todo iba bien, hasta que regresaste. — chilla señalando a la castaña.
—Lo siento. — gimotea ella, su ira había desaparecido, de la misma forma que su orgullo. Por lo que no pudo contener una lágrima más. — es mi culpa, arruino todo lo que toco.
Deja caer su cuerpo al suelo sintiendo como todo el peso de sus propias palabras eran cientos de ladrillos con los que no podía cargar más.
—Le arruinaste la vida desde que apareciste. — gritó tan fuerte que ella se protegió sus oídos con las manos.
—¡BASTA! — gritó Steven colocándose en medio de Anna y Anthony. —No te permito que le hables así...
Los ojos verdes parecían estar fundidos en ácido, señaló con el dedo índice para que aquel retrocediera.
—Sabes muy bien, que ella lo estropeo todo— expresa avanzado hasta la menor quien aún sollozaba, Steven colocó una mano para frenar el paso del otro espíritu.
—Detente. — advierte el moreno, aquel lo mira de forma amenazante. —Voy a patear tu angelical culo sino retrocedes. — La voy gruesa e intimidante llamó la atención de la joven que de levantaba para empujar las lágrimas de sus mejillas con la manga de su chaqueta.
—Steven...—grazna ella, este la observa con ojos de cachorro. —Él tiene razón, es mi culpa...
—Todos escogemos el camino, no lo obligaste a nada. —expone en tono victorioso.
—Excepto cuando se está enamorado. — dice Anthony con el gesto apaleado, observa a David con los ojos vidriosos. —No hay peor droga que el amor, para está el único antídoto es la decepción...
Los pies de Anna se mueven por si solos, se sienta en el filo de la camilla; como si le tocara correr en cualquier segundo, acaricia la mejilla a su novio como si trataba de dibujar su rostro en su memoria.
—Perdóname David. — dice suavemente...
—¿Porque? Por fingir que lo amabas, por arrástralo a cualquier estupidez. — brama él castaño, Steven lo fulminó con la mirada. —por hacer que se apartara de sus amigos, por conducirlo hasta el vicio...
—¡Anthony! — gritó el moreno, contándole el parlamento...
—Lo siento, no podía evitarlo. — se disculpa sin apartar la mirada del joven...
—Por todo. — coincide ella con el otro. — Él no merece estar en este lugar en este momento. —traga el aire que puede, dándose valor a si misma continúa. —Está es la última vez que me acercaré a él, no me volverás a ver. —afirma observando fijamente al acompañante, este le hace un gesto de aprobación.
—¿Eso es lo que realmente quieres? —pregunta el moreno.
—si. —suspira. —es lo que quiero...
—Concedido. — canta Vladimir mostrando sus blancos dientes, todos lo observan poniendo los ojos en blanco, sabían lo que estaba a punto de pasar...
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Ángel "Un beso silencioso"
FantasíaPara Anna la importancia de su vida es poca, pasa noches en fiestas y siempre está en problemas, todo esto para evadir sus sentimientos acerca de la separación de sus padres, las estimulaciones para no sentir la llevan a un accidente el cual ocasion...