Hogar amargo hogar.

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Al día siguiente la señora Florencia se había dado cuenta que su hija había vuelto, estaba bastante feliz y decidió hacerle el desayuno, de repente ve al vendedor de periódicos dejarle las noticias en el patio. Ella sale y toma el periódico. Lo estruja, y en su cara figura una sonrisa macabra.

Ailana ve entrar a su madre con la bandeja de desayuno en mano. Se sorprende un poco por el recibimiento, hace tanto no sentía ese tipo de muestras de afecto.
Ella sonríe.

-Buenos días - saluda a su hija.

-Buen día mamá, volví.

-Si, que bueno.

Le tiende el desayuno y Ailana toma el vaso de jugo mientras extiende el periódico del día.

Queda en shock.

Recibe enseguida un manotazo en la cara y derrama todo el jugo. El vaso cae y se rompe, su madre comenzó a golpearla a puños.

-¡¿¡Que es lo que te pasa Ailana!?! ¡Tanto esfuerzo hago por ti para que me pagues de esa manera!- le gritaba mientras comenzaba a estrangularla.

-Ma-ma... Ma... Pue-do explicarlo... - decia Ailana apenas pudiendo hablar y con las lágrimas brotándole como cascadas.

-¡¿A ver?! ¡Explicate!
Comenzó a jalarla de los cabellos hasta tirarla al piso, donde quedaban los restos de vidrio, algunos pedazos se inscrustraron en ella haciéndola llorar de dolor.
- ¡Explicate! ¡maldita seas! - le gritaba su madre comenzando a patearla.

Quedó totalmente golpeada en el piso, llorando, no podía creerlo, su fotografia estaba en primera plana, "Ailana, la doncella de hierro" junto con el vocalista de la banda, además de mas fotografías suyas en la pagina 30 de espectáculos, una entre el publico con la remera de Emmanuel puesta y haciendo cuernitos con las manos. Tuvo un poco de suerte que no se viese la cara de su profesor de tantos brazos levantados, aun así, los golpes de su madre no se hicieron esperar.

Esa misma tarde Lía fue a casa de Ailana, pero no fue bien recibida, su madre no le cedió el paso, tenía encerrada a su hija bastante lastimada y si alguien lo supiese ella estaría en problemas.

Finalmente, Florencia fue a su puesto de trabajo y Lía se escabulló en la casa con la ayuda de Cristianno, el marido de Florencia, quien sentía lástima por la muchacha, le cedió la visita pero sin poder abrir la puerta de la habitación de su hijastra, ya que su mujer la había encerrado escondiendo la llave.

-¿Lana? - preguntó Lía al otro lado de la puerta mientras daba golpecitos.

-¿Lia...? ¿Eres tu...? - se escuchó a Lana con la voz quebrada.
Suavemente se aproximó a la puerta hasta tocarla.

-Soy yo... Estaba tan preocupada por ti.

Se escucharon sollozos del otro lado de la puerta. Entonces Lía siguió hablando.

-¿Donde has estado? Sé que fuiste a ese concierto... Pero no estuviste ahí dos días sin contestar el celular... Se que pasó algo mas... Por favor cuentame amiga...

Ailana le contó todo entrecortadamente desde su habitación.

-¿¡Que!? ¡Ailana, denuncialas! Eso fue secuestro e intento de homicidio.

-Estas equivocada... No fue secuestro ya que no pidieron nada a cambio por mi libertad, y tampoco homicidio porque no me trataron de matar.

-Pero fue privación de libertad y eso es un delito, y ese edificio fue demolido esta mañana y si seguías dentro moririas. Entonces casi te mataron.

Ailana quedó en silencio.

-Denuncialas. O lo hago yo.

Llego la noche y Lía se había ido, Lana quedo muy pensativa con lo de la denuncia, debía hacerlo, lo que paso fue grave.
Seguía encerrada en su habitación y tenía mucha hambre. Su madre probablemente no la sacaría hasta el día siguiente. O hasta que muriera...

Dos igual a uno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora