Dos igual a uno.

El odioso.

Ailana abrió la puerta mientras se secaba las lágrimas.

—¿Que haces aquí? — preguntó con voz ronca.

Él solo la abrazó.

—Tu madre se pasa...

—Callate... No tienes por que resaltar esas cosas.

Ella se acomodó en su pecho ignorando por un momento su odio hacia el.

—¿Puedo pasar?

—Estas loco. Te vas de aquí ahora mismo.

—¿Mi Julieta me odia?

—No soy tu Julieta ni de nadie. Vete.

—¿Por que eres así conmigo?

—Mira, nose que te traes, como si no supieras que mi mejor amiga esta enamorada de ti. No voy a traicionarla, no voy a lastimarla con algo tan bajo como un chico como tu.

—Uf... Se que estas de malas pero no te descargues conmigo.

Ailana comenzó a empujar a Santiago fuera.

—Eres hermosa cuando te enojas.

—Pues me veras mas hermosa aun como no desaparezcas de aquí.

—Solo quiero conocerte.

—Pues no haces buen trabajo.

—Sal conmigo.

—Ya te dije que no. Y doblemente no por Lía.

Ailana consiguió librarse del muchacho.

El lunes volviendo a clase tenia su examen de matemática a primera hora.
Estaba muy nerviosa.

Emmanuel pasaba por el salón repartiendo los exámenes, cuando pasaba por el lugar de Ailana buscó entre los papeles y saco uno específico. Se lo tendió a la muchacha y esta vio un pequeño papel plegado a la hoja.

"Atiende los signos en el ejercicio 4 :) "

Que ternura.

Terminó el examen, y si, ella había rendido de memoria.

Durante el transcurso de clases se topó con Santiago varias veces. Este la invitaba a salir constantemente y ella lo ignoraba. Le pedía una vez mas y le rompía la nariz.

Y así pasó. En la hora de química le rompió la nariz frente a Lía, quien salio corriendo cabizbaja.  Había escuchado cuando Santiago invito a Ailana. Se sentía traicionada.

—¡Eres un imbécil! — dicho esto le dio una palmada en la cara y siguió buscando a su amiga.

Sonó el timbre de salida.

Santiago y Killyam estaban en el laboratorio todavía.
—¡Santiago! ¿Como es eso de que invitas a salir chicas? Ella tendrá como 6 años en edad nuestra.

—Eres un exagerado, y ella es muy inteligente para ser de esta epoca.

—Bueno, ¿Que tienes para hacer ahora?

—Es cierto... Debo irme...

**
Ailana caminaba a su clase de clarinete de nuevo a ese horario.
Ya a como una cuadra escucha a alguien acercándosele.

—Lana...

Ella se voltea.

—Profesor...

—Tengo entendido de que las clases particulares acabaron... ¿Verdad?