Sonó de nuevo la campanilla de entrada y las amigas volvieron a encontrarse frente a los casilleros.
- ¿La ultima clase la compartimos, no?- preguntó Lía acomodándose los anteojos.
Lía era una chica ni delgada ni rellena, de pelo lacio con corte V, era bonita, ojos miel y la tez trigueña, con buena delantera y trasera. Sería clara envidia de muchas chicas si no fuese por unos detalles en la cara, su nariz lucia una escalera muy pronunciada y para colmo era bizca, aunque eso no se notaba tanto con los anteojos.
Ailana siempre se pregunto como es que veían los bizcos... Es que uno se imagina ¿no? Uno al ponerse bizco un momento ve
horrores, ¿sera que así veia su amiga siempre? Que molesto...- Así es... - contestó Ailana con una sonrisa - Me alegra que mi estadía por hoy aquí haya terminado. Aunque luego de esto tengo clases de clarinete... -
lo último lo dijo a susurros como hablando consigo misma nada más. A ella ni siquiera le gustaba ese instrumento pero su madre le llenaba la agenda de
muchas cosas, toda su vida habia sido así. Y lo odiaba.Tomaron sus cosas y se dirigieron al laboratorio de química. Ahora conocerían al suplente del profesor Marcos, se rumoreaba que seria profesor/a definitivo/a en Falkenhorse, y estaban preocupadas por eso. ¿Y si era como la profesora Nancy de matemáticas?.
Entraron juntas al laboratorio y se encontraron a la maestra borrando el pizarron y saludando con simpatía a cada alumno que le hablase. Lia observo a la profesora, era la misma que anteriormente había entrado al baño de
hombres por error.Terminó de borrar y miro hacia los alumnos.
Era muy risueña, de seguro estaba emocionada. Se veía joven, probablemente era su primer día ejerciendo esa profesión como maestra. Pensó Ailana.
-Buenos días, mi nombre es Jennifer Gizeh Trebastoni. Es un placer conocerlos, espero estén estusiasmados al igual que yo. Desde hoy seré su maestro...- tosió y prosiguió - e-es decir, su maestra, su maestra de química.
-Buenos días Señorita Trebastoni.- saludaron al unísono los alumnos.
Eso era raro, penso Lia, usualmente no saludaban así a los profesores...
Bueno quizá a ella sí por ser nueva y muy risueña.Se oyó la puerta abrirse y seguido de aquello un 'Permiso', la profesora lo miro con el ceño fruncido pero lo dejó entrar.
El chico raro de todas las clases había llegado.
A Lía le brillaron los ojos; Ailana tenia la cara de enfado, de verdad la actitud de ese muchacho la fastidiaba mucho. Para colmo se ubico detrás de ella, lo que la molesto aun mas, rogaba que no le hablase, no lo conocía pero ya lo detestaba. Después lo pensó un poco, se sintió bien por dentro cuando humilló a la suplente en matemática, normalmente reprobaría totalmente esa conducta, pero esa señora casi le hizo llorar y se consoló un poco cuando el muchacho le cerro la boca con su actuación.
- Me gustaría comenzar con una prueba diagnostica, quiero saber en que circunstancias se encuentran para poder arrancar con el programa de estudio- indico con una voz muy dulce.
Los alumnos asintieron.
Ailana sintió que le estiraban ligeramente de uno de sus delicados bucles.
Miró hacia atrás para encontrarse con el chico. Furiosa le saco el cabello que tomo con su mano.
- ¿Cual es tu problema? - preguntó irritada.
- Lana, ¿Me prestas algo para escribir?
Ailana lo miró con enojo y le respondió
- Para empezar, para ti soy Ailana, no Lana. Y no, no te prestare nada, además de maleducado y desinteresado, ¡Sos un irresponsable!- dicho esto se volteó y lo ignoró.
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Dos igual a uno.
Teen FictionSantiago quedo a solas con Jennifer dentro del salón de clases. Lía afuera esperando secretamente a Santiago, tenia que hablar con este chico; dentro del salón de clases Santiago se lanza en el asiento y explota en carcajada, mira atentamente a Jenn...