¿Lo resolviste?

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Ailana lo miraba confundida.

-Cuentame todo, por favor.

Albrecht suspiró.
-Mira, tantas cosas han pasado, yo no se como no habéis deducido ya todo.

El tomo la mano de ella y la miro a los ojos, era un momento tan intimo, el no sabia que decirle, como decírselo, era una mirada tan perfecta la de ella, tan delicada, no quería estropearla con lágrimas, no quería que ella llorase.

-Lana... - prosiguió el, pero de repente un grito ensordecedor proviniente de la cueva, un grito de alarma.

-¡¡¡¡¡¡Corran!!!!!! - gritaba desesperado Killyam y entonces el lo divisó, en el árbol, corriendo hacia ellos, ya muy aproximado, una preciosa pantera, enorme, Ailana comenzó a gritar y juntos vieron al animal abalanzarse por ellos con las garras a la vista, y en un acto de instinto, Albrecht tomo a Lana y se tiró con ella al río.

Mala idea.

Ailana veía todo negro, de repente se soltó de la mano de Albrecht y se desesperaba, solo sentía hundirse, no tocaba nada con las piernas y sentía un montón de cosas rozarla, y entonces veía como se le escapaba el aire, sintió su espalda chocar contra algo, una roca quizá, se resbaló, en ese momento se dio cuenta de la fuerza de la corriente, gritó, gritó estúpidamente sin recordar que estaba bajo el agua, y entonces volvió a chocar con algo, esta vez se lastimo mas, se aferro a esta roca con mucho dolor, y la corriente la golpeaba, sintió resbalarse de nuevo, y ya no luchaba, comenzó a perder la conciencia. -¿Asi es como voy a morir?- se preguntaba y de reía de su propia muerte aproximada. Y entonces, antes de quedar completamente inconsciente y ya sin fuerzas para sostenerse escuchó a alguien gritar su nombre.

Albrecht llego hasta ella muy difícilmente, nadar hasta su roca fue un esfuerzo enorme, pero la alcanzó, ella se había soltado y el la tomo, al fin hacia algo bien, por unos momentos se dejo arrastrar por la corriente junto con Ailana hasta llegar a una orilla, el la subió y se dio cuenta que no respiraba, entonces comenzó a darle respiración de boca a boca. En ese momento no pensaba en lo raro que era, solo lo hacia, quería salvarla, y ella despertó, expulso todo el agua y comenzó a respirar fuertemente y desesperada.
El lo miraba bantante shockeado aun, y ahí pensó varias cosas, primero le dio mucha pena que haya tragado ella el agua esa, después que casi había muerto por su culpa, y luego la veía despierta, frente a el, tan delicada, solo quería protegerla.

Que desastre.

Ella lo miró asustada y el no entendía por que.

-¡Santiago! - le gritó y señalo el brazo de el muy asustada, y entonces ella comenzó a gritar.

Albrecht tenia los brazos con sanguijuelas, también el cuello y en las piernas bajo el pantalón, Ailana comenzó a gritar cuando se dio cuenta que ella también estaba minada de esas cosas.

Y comenzaron a gritar juntos.

Killyam apareció junto a ellos con el baingpop iluminando, era como un foco encendido en su mano, de una luz celeste, muy extraña.

-¡Oh! ¡Gracias a Dios que están bien!- decía con un tono de alivio.- miro hacia ellos con mas detenimiento y se llevo las manos a la boca ahogando un grito. -¿Que... Que son esas cosas...? - decía con una vocecilla chillona mientras señalaba las sanguijuelas.

-Se llaman sanguijuelas, se alimentan de sangre. - decía Ailana ya mas tranquila.

-Ahh... Si, allá también hay, pero no muchas, se van extinguiendo. Se convirtió en un plato muy tradicional en china desde algún año. No sabía que fuesen tan feas vivas. - decía Kill mientras se aproximaba a quitarle una a Albrecht.

Llegaron de nuevo a su pequeña cueva, ya sin sanguijuelas pero si empapados, titiritando, y muy sucios.

-Saquense la ropa, no pueden estar así, voy a ponerlas alrededor del fuego.

Ailana miro a sus alrededores sin ver mínima llama, tampoco vio leña para hacer una fogata. Pero antes que pudiese preguntar, Kill puso en el suelo algo parecido a una maceta muy pequeña, dentro de ella comenzó a salir fuego.

Albrecht se quitó la camiseta y los pantalones quedando solo en ropa interior. Ailana miro otro lado muy avergonzada, Kill coloco unos troncos cerca del fuego y puso ahí las ropas mojadas. Ailana no quería sacarse las suyas.

-Hey, la del tutú rosa, te vas a enfermar si te quedas así. - le dijo Killyam.

-Es malla, se usa tambien para baño, no me voy a enfermar, me pondré cerca del fuego y se secará bien. - dicho esto se sentó en el tronco frente a las llamas.

-El tutú no es de malla. Deja que se seque. - le insistía Gizeh.

-¿Por que te importa tanto eh?

-Okay, si te enfermas, te aviso no hay nada para ponerte bien, y en serio, no se cuanto nos quedaremos aquí, cualquier cosa puede pasar, gripa de la jungla asesina... Que se yo.

Ailana rodó los ojos y aproximo las manos al fuego para calentarse. Se sentia muy bien.

Kill entro a la cueva y comenzó a sacar algunas cosas de su mochila. Y entonces vio a Santiago aproximarse a ella, con el torso desnudo, también las piernas pero cintura para abajo ella ya no quería mirar, ¿Y si el se daba cuenta y la tomaba por pervertida? Se sentía extraña. Ese torso... Esa mirada seria...

No puede ser...

El se aproximo a ella con una tela en mano.

-¿Podriamos compartirla? - le preguntó Albrecht. -No voy a mentirte para quedar como un 'machito', admito que tengo frío. Y quiero taparme también.

Ella asintió incomoda, y entonces lo vio... Era el... Era muy similar... Todo concordaba. ¿Seria posible?

El se sentó a su lado, ella dirigió la mirada a la cueva, no se veía nada mas, era como si nada estuviese ahí, ademas de un hueco, esas cintas aislantes, aisladoras, eran increíbles.
De repente sentia el manto tibio cubriéndola, miro las heridas en el, y en ella, -que rocas tan salvajes -pensó.
Y se sentía cansada, tan cansada, le dolía todo, y entonces miro el cielo. No podía creer como algo podía ser tan hermoso, tantas estrellas, el sonido de la naturaleza prácticamente pura, si no fuera porque estaba a millones de kilómetros de su casa sin que su madre sepa, si no fuera porque la atacó una pantera momentos atrás, si no fuera porque cayo al amazonas y se llenó de heridas y sanguijuelas, sin contar las asquerosidades que seguro había tragado con el agua, si no fuera porque estaba en malla, con un muchacho semidesnudo a su lado en silencio, si no fuera por todo eso, quizá el momento hubiese sido perfecto, y entonces sintió su cabeza caer hacia el, se sorprendio a si misma, si que estaba cansada. Y se dejó caer, el la sostuvo en brazos y la apoyo por su pecho.

Quizá el momento si sea perfecto después de todo...

El la miro a los ojos, esos ojos azules tan penetrantes, incluso en la oscuridad se notaban, a la luz de las llamas naranjas, se veía igual de perfecto.

-¿Perfecto?¿ Perfecto el? ¿Que estas diciendo Ailana? - pensó y sacudió la cabeza.

-A=B ... - le dijo Albrecht en un sonido casi inaudible.

A Ailana se le heló el corazón, había escuchado bien, pero tenia que volverlo a escuchar.
-¿Que...?

El suspiró y miro al cielo, cerro los ojos y volvió a susurrar.
-A igual a B... ¿Lo resolviste?

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Cha.. Mas de un mes y vuelvo a actualizar

Dos igual a uno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora