La misión.

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Killyam oprimió el gatillo y su extraña arma comenzó a emitir luz, esto tomo un par de segundos suficientes para que Albrecht reaccionara y se lanzara por su hermano, aun así, el disparo rozó la mejilla de Ailana quien en el impacto cayó de costado entre las raices.

—¡¿Pero que es lo que te pasa estúpido?!— le grito Albrecht mientras iba hacia la chica y se agachaba. —¡Teniendo suficientes problemas y tu buscas mas! — prosiguió el y se arrodillo junto a Lana.

—Te dejo aquí. ¡Voy a ver que tanto hecho a perder tu estúpida novia! — dicho esto se alejó de ahí.

Albrecht tomo en brazos a Lana quien clavaba sus ojos con una mirada perdida.
—Ailana... ¿Estas bien?

Ella solo lo miraba atónita. Lentamente llevó su mano instintivamente a su mejilla. Se sentía una cortada y sangre recorriendo su mejilla. Entonces sus ojos cristalizaron y sin ningún sollozo lágrimas brotaron de sus ojos.

—¿Que tipo de monstruos son...? — preguntó con la voz quebrada.

—Ailana no tenias que venir... Si cerraste la entrada del teletransportador no se cuando podamos volver.

—El... Iba matarme... — prosiguió Lana ignorando lo que había dicho Albrecht.

—Es que... Han pasado cosas Lana... La misión se desvía mucho con tu presencia. No es en absoluto tu culpa... Solo que...

—¿¡Que mierda es su misión!? ¡¿Ser asesinos?!

—Tranquilizate Lana... Por favor...

Killyam apareció de nuevo.
—Estamos jodidos. — dirigió su mirada a Lana. — Tú, la del lago de los cisnes. Deja de llorar. Levantense. Hay que buscar donde pasar la noche sin morir comidos por insectos, culebras, jabalíes, panteras, si es que aun existen...

—¿La del lago de los cisnes? — fue lo único que dijo Lana al incorporarse mientras se secaba las lágrimas.

—Pues no se, tu, súper normal aquí en la jungla o como se llame, con un tutú rosa y puntas de bailarina...  —decia Killyam con un tono de enfado.

Luego Ailana se incorporó de golpe.
—¿¡Como que pasaremos la noche aquí!? ¡¡No puedo quedarme aquí!! ¡Mi madre va asesinarme!

—Tu madre es la preocupación menos primordial en este momento, chiquitita.— susurró Kill mientras pasaba al lado de Lana.

—No me llames así.

Kill se alejó riendo como en burla y Albrecht sacó un paño y lo acercó a la mejilla de Lana, le limpió los rastros de sangre.
—¿Te duele?

—No...— susurro y luego levanto la vista. — ¿Que era esa arma?

—Es algo parecido a un rayo láser... Es sumamente mortal pero su defecto es que se toma unos segundos en activarse...

Ella no respondió. Lo único que pensaba en ese momento era que ese "defecto" hizo que no muriese.

Caminaron como una hora en casi silencio. Los hermanos hablaban de cosas inentendibles para Ailana y ella no comentaba nada por prudencia. Ya bastante mal había hecho esa tarde.

Iba oscureciendo y entonces encontraron algo parecido a una cueva. Era un espacio donde cabían los tres, estaba sucio, lleno de insectos.
Los dos muchachos comenzaron a limpiar un poco y bajaron sus cosas.
Albrecht comenzó a poner las conocidas cintas de aislacion alrededor de la entrada de la cueva.
Kill sacó su baingpop e inmediatamente lo encendió, en la proyección el joven tocaba puntos rayas y cosas que parecían botones, Lana sólo miraba desde el lugar donde estaba sentada. Antes de oprimir el ultimo botón Killyam se dirigió a Ailana.

Dos igual a uno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora