Doncella de Hierro.

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Ailana se acomodó en sus brazos mientras el corría. De repente se empezaron a escuchar gritos cada vez mas fuertes hasta que una oleada de silbidos, gritos, y mucho bullicio de emoción se amontonaban alrededor.

El la bajó de sus brazos y entonces la tomo de la mano y la estiro hacia la gente.

—¿Cómo se supone que ingresaré? Yo no tengo entrada.

—Ah...pues yo tampoco — dijo Emmanuel con serenidad.

—¿Y entonces?

—Shh...

Seguido de eso volvió a sacar su bolígrafo y comenzó a quemar las vallas disimuladamente.

—¿¡Pero que diablos es ese bolígrafo!?

No pudo terminar de quejarse. Ya estaban adentro y los guardias no los detenían. se adentraron mas y más hasta llegar al sector de "ricos", donde el costo de las entradas subían a precios altísimos.

— Aquí esta bien.

Ailana estaba asustada. Vio tanta gente a su alrededor y el bullicio de gritos era impresionante. El lugar estaba oscuro, solo habían algunos farolillos que indicaban los caminos de los sectores.

Después de un rato la gente gritaba mas y mas. Entonces se encendió una luz blanca y apareció una banda de tres integrantes. Ailana no reconocía la banda pero era obvio que esos eran los teloneros ya que el público no enloquecía demasiado.

Aun así los gritos no se ausentaron y la banda empezó a tocar.

Luego de un rato aquella banda se retiró y las luces se apagaron de nuevo.

Emmanuel estaba atento a todo lo que pasara y cuando Ailana lo miro se dio cuenta que parpadeaba mucho con un lado de su ojo.

—¿Te pasa algo en el ojo?

—¿Que? No nada. — dijo y dejo de parpadear.

Seguido de eso se escuchaban desde los parlantes de todo el lugar, algo parecido a latidos de un corazón. Y la gente comenzó a emocionarse.

Emmanuel tenia los ojos brillantes y no sacaba los ojos de donde estaba el escenario, anteriormente con la banda telonera poco y nada se podía apreciar del escenario ya que pusieron poca luz.

De repente se escucharon risas como de demonios provenientes de los parlantes y Ailana se inquieto, se amarró al brazo de su profesor, quien en ese momento no era mas que un joven más, que disfrutaria ese concierto como nadie mas en ese lugar, se lo veía en sus ojos. Ese brillo era increíble.

Apenas terminaron las risas extrañas se encendieron todas las luces del lugar y la gente comenzaba a gritar alocadamente, una calavera gigante adornaba el escenario y luces azules, blancas y rojas resplandecían, todos se empujaban y saltaban de emocion. Ailana estaba desesperada. Miró hacia Emmanuel y este solo gritaba mientras miraba el escenario lleno de luces, y levantando su puño con el dedo índice y anular arriba como todos en el lugar.

Sonaba la parte instrumental de la canción y era una musica pesadísima para el gusto de la chica, ella se sentía asustada, además incomoda por estar con su uniforme de colegio y además mojada por la lluvia. —Que bueno acostumbro a usar shorts bajo la falda siempre— pensaba Lana.

—¿Qué es todo el ruido éste Emmanuel? ¡Esto no es musica!— le gritaba Ailana entre el bullicio.

—¡La canción se llama Powerslave y solo diré que este es el mejor día de mi vida!

El joven de verdad se veía muy feliz.

A como mitad del concierto la gente gritaba y saltaba, hacia movimientos con la cabeza y tomaban cerveza como si no hubiese mañana.

De repente sonaba una música muy pesada y movida, Ailana se dirigió a su profesor.

—¡Despues de este concierto necesitare un exorcista! ¡Sácame de aquí!— le gritaba.

Él la ignoro por completo y saltaba con tanto animo mientras cantaba de memoria la letra de la canción que tocaban. Luego la miró y la tomó de la cintura haciendo que ella saltase con el, primero se negó rotundamente pero después comenzó a saltar y luego de unos minutos ya estaba gritando con el puño levantado con el dedo índice y anular arriba.

En la siguiente canción Emmanuel enloqueció, en el escenario aparecían personas vestidas de soldados con banderas de Inglaterra y las movían al son de la canción.

El profesor tiro su portafolios a un lado y se quito la remera de Iron Maiden que llevaba y comenzó a agitarla por los aires mientras saltaba y cantaba a gritos la canción. Ailana se quedo observandolo atónita, tenia el cuerpo mas esculpido que un dios griego, no lo habia notado antes.

El no era el único emocionado, al parecer era la canción que mas gustaba a la mayoría ya que el desastre que se armó era impresionante. Mas empujones y gritos que en todo el concierto, además de que la mayoría se sabía la letra.

La chica como pudo rescato el portafolios del suelo y se lo paso a Emmanuel quien en vez de agarrar solo el portafolios la agarro a ella completa.

— ¡Nonononono....! ¡Bájame!— le gritaba Ailana pero ya era tarde, ella estaba ubicada en los hombros de el mientras saltaba.

Tenia tanto miedo de caerse, después se fijó en el escenario. De verdad era impresionante, a ella no le gustaba en absoluto el grupo ni mucho menos el estilo pero debía admitir que el concierto estaba bueno.

Emmanuel le pasó su remera a Ailana para que lo guardase en el portafolios, ella iba guardarlo pero luego cambió de idea, no sabia por qué, pero se lo puso.

Ya sonando las canciones finales se pasó otra canción movida y el joven comenzó a saltar, Ailana perdió equilibrio y en un grito cayó hacia atrás, pero en vez de tocar el suelo lo único que sintió fueron manos.

La llevaban hacia el escenario mientras la hacían saltar. Ella no paraba degritar, ya no veía a su profesor, decía que la bajen pero ella ya llegó al escenario.

El vocalista posó junto a la chica y el guitarrista le paso la púa de su guitarra.

El publico no dejaba de gritar y ella solo quería que le tragase la tierra. Ella ni siquiera era fan, lo que daría alguien de verdad fanático por estar en su lugar.

El vocalista le preguntó su nombre y ella le respondió tímida. Seguido de eso levantó su brazo junto al de ella y gritó al público.

—¡¡He aqui la doncella de hierro de esta noche!!— decía el vocalista en español, con su acento extranjero.

No se si estar agradecida o no de haberme puesto la remera del grupo. Tal vez así se me odie menos. — pensaba ella.

Apenas pudo darse cuenta cuando volvió a los brazos del público, quienes la llevaron de vuelta a su sitio. Ella le dio su remera a su profesor y este se le puso sonriendo.

Tocaban ya la canción final, era una lenta y todos movían sus brazos de un lado a otro lentamente. Ailana tenía las manos juntas con Emmanuel y por ende el hacia que ella las moviese también.

Al final la noche no fue tan mala...

Cuando terminó el concierto el joven hizo una llamada y en poco rato llegó un auto, ese auto Lana lo había visto ya pero no sabia dónde.

—Te llevo a tu casa — le dijo a ella.

Ella tenía sus dudas, recordaba para sus adentros que no debía subir a autos de desconocidos pero... Ya se había expuesto a demonios esa noche, según ella.

El conductor era un muchacho, estaba medio dormido por como se le veía.
No hablaba mucho, solo preguntó donde debía llevar a la chica y que tal estuvo el concierto.

Ella pidió que la bajase una cuadra antes de su casa ya que no quería llegar en un auto y que su madre le interrogase mil años. Conociendo a su madre ignoraria su desaparición solo para interrogarla sobre con quien había llegado en el auto desconocido.

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Gracias por leer!

Dos igual a uno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora