14. La tormenta

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No sabía si la amargura que sentía por dentro era debido al pensamiento de Paula saltando al vacío o el sentir las primeras gotas de lluvia que daban alerta de la tormenta que nos amenazaba

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No sabía si la amargura que sentía por dentro era debido al pensamiento de Paula saltando al vacío o el sentir las primeras gotas de lluvia que daban alerta de la tormenta que nos amenazaba.

Se acababa el tiempo. La lluvia no facilitaría la búsqueda.

Un rayo iluminó el oscuro cielo cubierto de nubes.

Desde lo alto del faro deseé que Paula estuviera a salvo. Allá donde se encontrase que estuviera a resguardo de la tormenta. Y no me preocupaba sólo por eso, pues en lo más adentro rogaba que no le hubiera pasado nada malo.

La fría y húmeda noche me abofeteó en la cara. No tenía ninguna pista fiable que seguir y el tiempo pasaba.

«¿Dónde busco ahora?» pensé aferrando el metal con ambos puños intentando ver más allá de la oscuridad.

La oscuridad. Claramente no podría encontrar nada allí. Por ello debería volver a las casas.

Gracias al silencio que ofrecía la noche, el rugido de las olas rompiendo contra las rocas desveló su verdadera intención de comerse la isla.

Notaba que pronto el techo del cielo se vendría abajo y nos aplastaría con ríos de agua. En qué momento había decidido el mar jugar con la gravedad.

«Si le pasa algo será mejor que la tormenta cumpla su propósito porque mi vida no vale nada sin ella» pacté con los cielos.

Un rayo descendió hasta las profundidades del mar como firma de este tratado.

Seguidamente comenzó el diluvio. Podría haber bajado nadando del faro.

Me quedé ahí retando a los cielos, advirtiendo que nada podría detenerme hasta lograr encontrarla.

Me sentía dentro de una cascada. Esperé impaciente una oportunidad para poder desplazarme al pueblo sin tener que nadar en el barro, pero nadie cerraba el grifo.

«Estoy perdiendo un tiempo muy valioso» pensé refugiándome dentro del faro.

Apretaba con fuerza el pañuelo de Paula como si quisiera obtener fuerzas de él.

Perdí la noción del tiempo. Los minutos podrían haber sido horas. La histeria comenzaba a dominarme. La tormenta no amainaba. Quizás al amanecer podría convertirme en el único superviviente de la isla al encontrarme a esa altura. Cómo me habría gustado disfrutar de este momento con Paula a mi lado. A ella le gusta la lluvia, dice que le relaja. Habría sido un momento mágico refugiarse juntos de la lluvia ocultos en lo alto del faro.

Pero había una manera de hacer que ese sueño se hiciera realidad y era encontrarla cuanto antes y llevarla a salvo a ese lugar.

Eso me dio fuerzas para bajar trotando las escaleras, salir a la noche y retomar la búsqueda, sin saber que al alejarme de allí dejaba de lado muchas pistas que había pasado por alto.

Con dificultad, sumergido en cántaros de agua, patinando sobre asfalto de barro, me dirigí a las casas.

Sentía que la lluvia intentaba frenar mis pasos. Su fuerza aumentaba con cada metro que avanzaba. Pero visualicé la escasa luz de las farolas a unos cien metros, tomé aire como si fuese el último intento para llegar.

  «¿A qué casa debería ir?»  centraba mis pensamientos para olvidarme de la agonía que la tormenta pretendía que sufriera. «A casa de Paula. Su padre tiene que haber vuelto ya».  

Llegué a la plaza y agradecí sentir suelo firme bajo mis pies. Centré la mirada en la casa de Paula.

— ¡Ven aquí, chico!— la voz de un hombre se escuchó en la oscuridad. ¡No te quedes ahí que vas a pillar una pulmonía!

Percibí el lugar de donde provenía la voz. Era una de las casas que aun me quedaba por registrar. Una luz parecía encenderse en medio de esa tormenta, una nueva ocasión de desvelar más el misterio de la desaparición de Paula.

Y esa luz provenía de la casa cuyo dueño aparecía en una foto, trajeado, junto a Robert y Elsa. El rostro de aquel anciano no inspiraba seguridad y mis pies permanecieron quietos frente a la puerta, analizando si sería buena idea entrar en esa casa del hombre que pertenecía al triángulo de mentirosos.


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De vuelta [Terminada]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora