Capítulo Cuatro

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Los últimos rayos de sol de la tarde se colaban por la ventana de la habitación del pelinegro. Él se encontraba en su escritorio ideando planes de venganza en contra de TaeMin, porque sí, era una guerra no declarada.


El sonido que anunciaba que alguien llamaba a KyungSoo a su celular se hizo presente, pero por veinteava vez, lo ignoró. Era viernes por la tarde y seguramente alguno de sus amigos lo estuvo llamando para organizar alguna salida de última hora, pero KyungSoo no podía perder más tiempo.


Desde el día que se la pasó consolando a MinSeok no había podido concentrarse en sus planes. Al día siguiente tuvo mucha tarea, al siguiente también, el siguiente del siguiente estudió para su examen y el siguiente del siguiente del siguiente fue el cumpleaños de su abuela, por lo que tuvo que ir a visitarla y así sucesivamente, una semana se le fue en deberes, compromisos y exámenes, le urgía hacerle algo a TaeMin y no podía aceptar más distracciones.


- KyungSoo, necesito que vayas a la tienda por harina y mantequilla –le ordenó su madre mientras entraba a su habitación. KyungSoo exhaló con frustración, ¿acaso tenía que encerrarse en el baño para que lo dejaran en paz?


Más sin embargo puso la mejor cara que tenía y se giró hacia su madre con una sonrisa bien fingida.


- Claro madre, en este mismo instante voy –dijo con algo de sarcasmo pero aun así se levantó de su silla y caminó hasta la salida, sus planes tendrían que esperan una hora más.


Caminar hasta la tienda más cercana fue su única opción cuando notó que tenía el dinero contado para el encargo de su madre, su tiempo se duplicaría.


Ir a las 7 de la noche por las calles de su ciudad no era tan peligroso, así que sacó su celular, abrió la aplicación de notas y mientras seguía su camino comenzó a escribir en ella.


"Planes magníficos, brillantes, dolorosos, ingeniosos y majestuosos para vengarme de Lee TaeMin por haberme hecho avergonzar frente al papi rico de Kim JongIn, dueño de mis futuras quincenas cuando termine mi carrera de Arquitecto y lo pueda mantener, para nunca jamás en la vida dejarlo salir de nuestro enorme y lujosos departamento, donde viviremos felizmente casados y con 3 perros, porque a mí me encantan los perros, en especial si son pequeños y tiernos, porque me recuerdan de nuevo al hombre de mi vida, Kim JongIn y por esto es que debo eliminar a Lee TaeMin, para que no se interponga el día de mi boda." Y con esto se acabó todos los caracteres permitidos en la nota de su celular, cosa que lo hizo suspirar.


- Bien, tendré que hacer la continuación en otra nota –dijo para sí mismo mientras sus dedos se deslizaban por la pantalla, de repente sintió como chocaba con algo muy duro y después se iba de nalgas al suelo.

Al caer todo su dinero salió volando y a pesar de que se arrastró para buscarlo, debido a la oscuridad de la noche no pudo encontrar nada. ¡Rayos! Sólo a su madre se le ocurría darle monedas y no billetes.


Estaba tan metido en su búsqueda que no se dio cuenta de la mirada que estaba posada sobre su cuerpo, ni siquiera se inmutó en ver contra qué chocó.

- ¿Buscas algo? –oyó a una gruesa voz dirigirse hacia él.

- Mi dinero... perdí mi dinero –alzó la vista y se encontró con esos ojos negros que tanto lo hacían suspirar, se quedó sin aliento, había chocado con la amplia espalda de Kim JongIn y apenas lo notaba.

Ya no odio a TaeMin. [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora