Capítulo 11.

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Narra Ari.

Sigo caminando por las calles de Los Ángeles a la vez que me pregunto por qué nunca consigo ser feliz. ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Primero lo de mi ex, y ahora lo de Eric. ¿Por qué no quieren verme feliz?

Camino, pero debo volver a casa, si no lo hago será peor y eso es lo último que quiero, empeorar las cosas con Eric.

(...)

Llego a casa, voy a meter la llave en la cerradura pero no me da tiempo, porque alguien coge del brazo arrastrándome para adentro de una forma bastante brusca.

Ari: Suéltame, me estás haciendo daño -intento soltarme pero fue en vano.

Empiezo odiar esa frase, últimamente es la que más uso.

Eric: No tendría que hacer estas cosas si no fueses mala conmigo -pasa sus dedos por mis mejillas, bajando hasta mis labios. ¿Dónde has estado en todo este tiempo?

Ari: ¿Qué, ahora te importa lo que hago o dejo de hacer? -digo casi sin pensar en las consecuencias que me puede traer haberle dicho eso.

Intento soltarme de él, pero es imposible.

Eric: Pues mira sí, me importa, porque aunque no quieras sigues siendo mi novia, y aún me importa cada cosa que haces. Todavía te queda tiempo de aguantarme.

Ari: Si sigues así, no lo seré por mucho tiempo y dejaré de aguantarte cuanto antes. ¿En qué te has convertido Eric? -sollozo. ¿Por qué no eres el mismo chico dulce del que me enamoré?

Flashback.


En todos estos meses no he vivido una mañana tan aburrida como la de hoy.

María coloca algún disco por los estantes, mientras que Noelia y yo estamos detrás del mostrador.

De repente entra uno de los chicos más guapos que he visto nunca; alto, pelo castaño con algún rizo y unos ojos verdes que realmente enamora.

Ha sido entrar él y mi corazón ha dado un vuelco.

Al cabo de unos 20 minutos llega al mostrador con un CD.

Ari: ¿David Guetta? Buena elección -sonrío.

xx: Sí, me encanta David -me devuelve la sonrisa.

Ay Dios, tiene una de las sonrisas más bonitas.

Ari: Tienes buen gusto entonces -río.

xx: Gracias -dice pagándome.

Ari: De nada, por cierto, ¿te llamas...?

No quiero parecer muy lanzada, pero es que ese chico me gusta realmente, tiene algo que me atrae y que me encanta.

Eric: Eric, me llamo Eric, ¿y tú? -me sonríe.

Ari: Ariadna, pero llámame Ari -le tiendo la mano.

Eric: Está bien, como quieras -ríe y se lanza a darme dos besos.

La verdad, es que me alegra saber que no soy la única lanzada en este momento.

Eric: Esto... Verás... No quiero que suene un poco descarado pero... ¿te parecería venir a cenar esta noche conmigo?

Vaya, el chico más guapo que ha entrado por esa puerta en los últimos días, ¿me está pidiendo una cita? Me ha dejado un poco atónita, no quiero ver mi cara en este momento.

Ari: Guau, ¿me estás pidiendo una cita? -me ruborizo un poco.

Eric: No, bueno... A ver... No . Déjalo ha sido un poco descarado por mi parte, olvídalo -dice yéndose.

Ari: Hey, espera -le cojo de su musculoso brazo. No te he dicho que no -le sonrío.

Me mira y sonríe.

Eric: Entones... ¿vendrás? -dice sin parar de sonreír.

Ari: Claro, iré. ¿Dónde, a qué hora? -río.

Eric: ¿Te parece si paso a buscarte esta noche a las 21:00?

Ari: Claro, ten, mi dirección y mi número -le doy un papel con mi dirección y mi número.

Eric: Gracias, esta noche te veo, entonces -me da dos besos y se va.

Ari: Claro, nos vemos -sonrío.

Al verle irse suspiro, es el chico más guapo que había entrado en la tienda la última semana, y me había pedido una cita, no me lo puedo creérmelo, tal vez las cosas empiecen a cambiar, para mejor.

Liberas Mis Alas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora