Liberas Mis Alas.

Capítulo 25.

Narra Ari.

Subo tras ella para ayudarla a vestirse mientras la música de Pablo Alborán suena de fondo y mi sobrina canta, parece mentira que con cinco años que tiene se sepa todas sus canciones, no se la escapa ni una coma.

La peino y ella baja al salón mientras me ducho, me visto y me maquillo.

A los 20 minutos salgo del baño, me visto y bajo al salón.

Ari: ¿Nos vamos pequeñaja? -digo dándola su chaqueta mientras meto el CD en su mochila.

Martina: ¡Sí! Y no me llames pequeñaja porque no lo soy -se cruza de brazos en modo enfado y yo río ante su comportamiento.

La ayudo a ponerse su chaqueta, me da la mano y salimos de casa.

(...)

Llegamos al parque y vemos a Dan y a Blanca sentados en un banco besándose. Al vernos se separan y Martina corre hacia ellos.

Martina: ¡Mamá, papá!

Blanca: ¡Mi pequeña! -se agacha a su altura, la abraza y la coge mientras la da besos.

Dan: ¡Mi vida! -Martina se va a los brazos de su padre y él la besa por toda la cara.

Yo sonrió ante la escena tan bonita que tengo delante.

Blanca: ¿Cómo se ha portado? -pregunta dándome dos besos.

Ari: Genial, ha sido súper buena.

Dan: ¡Así me gusta enana, que te portes bien! -la lanza por el aire y Martina ríe al llegar de nuevo a los brazos de su padre. Oye, ¿os apetece que luego vayamos a comer?

Martina se va a jugar al parque y mi hermano, Blanca y yo nos sentamos en un banco.

Ari: Respecto a lo de ir a comer, os iba a preguntar lo mismo. Veréis Eric ha vuelto -ambos me miran extrañados. Sí, volvió anoche, fui a por algo de ropa para Martina a la habitación y allí estaba él, durmiendo tan tranquilo como si nada. Y esta mañana me ha dicho que os dijera que fuéramos a comer, así os conocía.

Blanca: ¿Y no te ha dicho nada sobre su ausencia en estos días?

Ari: No, pero tenemos que hablar, esto no se puede quedar así. Al menos, me merezco una explicación.

Dan: Sí, tenéis que hablar y aclarar cosas. Y respecto a lo de comer, por mí bien. ¿Y tú amor? -Pregunta a Blanca mientras besa su mano.

Blanca: Por mí genial -besa a mi hermano.

Ari: Vale, pues voy a llamar a Eric.

Llamo a Eric y concretamos restaurante y hora.

Escuchar su voz me remueve todo lo que ha pasado estos días y aún estoy un poco en shock por todo lo sucedido.

Dan: ¿Nos vamos ya chicas?

Ari: Sí, en quince minutos he quedado con Eric en el restaurante que hay aquí al lado.

Blanca: Pues vamos -sonríe. ¡Martina vamos, mi amor!

Martina: Ya voy mami.

(...)

Llegamos al restaurante y a los diez minutos llega Eric.

Eric: Hola, siento haber llegado un poco tarde. Yo soy Eric -dice mientras estrecha la mano de mi hermano y le da dos besos a Blanca. Bueno Martina y a ti ya te conozco -acaricia su mejilla.

Blanca: Encantada -sonríe.

Dan: Encantado, no pasa nada todos hemos llegado tarde alguna vez, ¿no? -ríe.

Eric: Sí la verdad es que sí -dice riendo.

Ari: ¿Nos sentamos?

El ambiente está tranquilo hasta que le veo entrar por la puerta, noto como mi corazón late más fuerte que nunca, y un cosquilleo recorre mi cuerpo.

¿Por qué siento esto cuando le veo o le tengo cerca? ¿Por qué solo me pasa con él?