Después de dejar a Cris en su casa y haber estado un buen rato besándola, Lucas llega a su casa. Aparca la moto en el parking y entra. Lo que ve a continuación se le quedará grabado, como la última vez.
-Menos mal que has llegado, Lucas. Estamos a punto de irnos. -Dice su padre con dos grandes maletas en las manos.
-¿Te vas?-Dice Lucas sin ninguna expresión en la cara.
-Es lo mejor para todos, hijo. No te preocupes, vendré a visitarte siempre que me sea posible.
Lucas se recompone un poco.
-Da igual, no hace falta que vengas. Has hecho bastante.
Carlos suspira.
-María vendrá a limpiar y algún día a hacerte la comida. El técnico de la piscina vendrá una vez al mes. Yo te ingresaré dinero.-Se acerca más a su hijo.- Cuida de la casa, Lucas. No hagas fiestas descontroladas y no rompas nada. Me ha costado mucho instalar esta casa para ti. Estudia y no dejes las cosas para lo último.
-No hace falta que me des un sermón. Estos meses han sido como si no hubieras estado. Sé cómo vivir solo.
Y escuchando esto, Carlos se dirige con su novia hacia la puerta.
-Adiós Lucas, pásalo bien.-Dice Sandra y sale de la casa.
Carlos se queda mirándolo un momento.
-Hijo.-Lucas le mira.-Adiós.
Y ahí Lucas vuelve a ver cómo le abandona su padre. Igual que hace un tiempo, cuando él tenía cuatro años. Se tapa la cara con las manos y empieza a llorar sentándose en el sillón.
Su padre se ha ido, y él no ha podido hacer nada...
++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
¡Cómo le fastidia llegar tarde a la facultad! De nada le sirve prepararse si luego tiene que echarse a correr como si eso fuese una maratón. Cuando por fin llega a clase, todos posan la mirada en Cristina y esto provoca una gran incomodidad en ella. Sin pensarlo y después de que la profesora la invitara entrar, se sienta al lado de Elena que esta, como de costumbre, tiene una sonrisa enorme en la cara. Seguro que su mejor amiga querrá que le de todos los detalles de su gran cita ayer con Lucas. Lo que ella no sabe es que ella estaba informada de casi todo lo que iban a hacer. Menos de ese lugar secreto de Lucas. Ese solo lo sabe Cristina, algo que lo hace muy especial.
-Hola, Cristinita.-Le saluda Ana que está un sitio al lado donde se sienta ella. Entre Ana y su mejor amiga.
Cristina le devuelve el saludo.
-¿Qué tal el paseo en moto con Lucas? ¿Eh?-Le susurra Elena
-¿Sabías lo de la moto?
-Si
-¿Por qué siempre te enteras de todo?
-No lo sé, pero me encanta enterarme de todo.
Cristina ríe con ironía.
-Vale, tú ganas. No tiene tanto mérito porque me lo dijo él.
-Lo suponía.
-No lo suponías, no seas mentirosa.
Toda esta conversación intentan mantenerla en silencio para no molestar la clase y para que ni Ana, ni nadie, se entere de esto.
-¿Has visto a los chicos esta mañana?
ESTÁS LEYENDO
Juguemos a ser del mismo mundo
Roman d'amourY todo empezó una mañana en Madrid. Cristina. Simpática, alegre, divertida, educada y sincera. Para él es mandona, grosera, salvaje, pobre y envidiosa. Lucas. Soñador, protector, sincero, optimista y cariñoso. Para ella es mujeriego, pijo, mimado, m...