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No me tientes que si nos tentamos no nos podremos olvidar.
................Mario Benedetti................

-tú corazón decidirá a quien le parezca- le dije como respuesta.

Él asintió y los dos se quedaron callados jugando con sus dedos.

- papá- gire mi vista a Faith- tengo miedo por Eleanor- dijo y su voz se apago.

- te mentiría si te dijera que yo no- solté un suspiro y las lágrimas se acumularon en mis ojos- ella tiene que estar bien- dije y retuve un sollozo.

Narra Eleanor .

contuve las ganas de lanzarme encima de Dionisio y extrangularlo. Él descarado tenía posada sus manos entre mis piernas y no, no es en mi vagina.

- crees que puedes quitar las manos de haí?- pregunté incómoda.

- porqué? Así se esta bien- dijo con una tonta sonrisa. Aguanta Ele no lo mates, no lo mates- es imposible matarme, recuerdas?

- puedo hacerlo con un arma hecha por Hefesto, recuerdas?- le pregunte de la misma manera.

-que mal que no puedas tener una a tu alcance- lo mire con una ceja alzada- los únicos que tienen el alcance para utilizarlas son algunos dioses superiores del Olimpo tu morirías en el intento- dijo encogiéndose de hombros.

- pero Láquesis la utilizó- dije extrañada.

- sus padres eran Niax y Ananké, ella puede. Las Moiras son temidas y respetadas por los dioses. El mismo Zeus estaba sujeto a sus designios. En tu caso eres de una tercera línea y eres mestiza. Humana y demonio.

- a la mierda las reglas- dije fastidiada y me giré viendo hacia la ventana.

- ese vocabulario no quiero que lo utilices a donde iremos. No está permitido- dijo él de manera tranquila.

- y porqué?

- por que yo así lo decidí- contesto.

- pues no me importa.

- obtendrás un castigo cada vez que te escuche decir una palabra como esa- dijo de manera petulante.

- castigo? Cuantos años crees que tengo- dije en voz alta.

- lo suficiente para creer que aún no te han educado con toda la severidad. Tiendo a realizar fiestas y banquetes y tú como mi subordinada tienes que asistir, no permitiré una falta de ti a ninguno de mis invitados.

- pues olvídate que si un capullo se atreve a tocarme le parto la madre- dije ofuscada.

- yo no permitiré que te toque otro hombro, ten eso seguro- dijo con su vista centrada en la mía- y has dicho una palabra prohibida- lo observé confusa y pegue un chillido cuando sus manos me tomaron y pusieron boca a bajo en sus piernas. Sentí como subía mi vestido y los colores se presenciaron en mi cara- lindas bragas- dijo con voz ronca. Sentí sus manos bajar de sopetón y chocar con ellas, sobresaltandome y haciendo que exclamara cosas hilarantes.

- acaso te crees Christian Grey. Quita tus manos de mi o juro que te arrepentirás Dionisio.

- no se quien es Christian Grey pero yo hago lo que me apetezca- dijo chocando su mano de nuevo en mis nalgas.

- pero qué te pasa? Eso duele.

-por algo lo hago- dijo y su mano choco de nuevo con mi nalga derecha. Podía apostar que estaba roja carmesí- una más- dijo antes de chocarla de nuevo. Su mano bajo la tela de mi vestido y me reacomodó en el asiento, donde pegue un grito al sentir como el asiento del avión rozaba mi piel lastimada- creo que tendrás que estar acostada- dijo.

- prefiero a que me escosa el cu. Las nalgas a estar acostada en tu piernas- dije sentándome de nuevo y evitando soltar un lastimero signo de dolor. Observé por las ventanas y pude ver tierra- a dónde vamos?

- le has prestado atención a lo que a dicho la azafata- negué con la cabeza y él soltó un suspiro- vamos a Grecia, Atenas en especifico- yo asentí y volví a ver por la ventana.

No podía creer que al lugar donde siempre he querido viajar lo haga de esta manera tan insólita. Apoye mi cabeza en el cristal y no separe mi vista de haí, hasta que aterrizamos.

Salimos del avió. Yo sin ningún equipaje al igual que el petulante Dios a mi lado. Afuera nos esperaba una ostentosa limosna blanca. Ingresamos en esta y volví a apoyar mi cabeza en el cristal.

- Eleanor eres virgen?- pregunto de repente Dionisio.

- ese tema no es de tu incumbencia.

- lo es, responde- dijo y las palabras salieron de mi boca sin yo poder evitarlo.

- lo soy- gire a verlo y lo observé con gesto perplejo- Cómo.como

-cómo hice que dijeras la verdad?- asentí y él respondió- la marca no sólo sirve como algo posesivo sino que puedo hacer que me obedezcas en todo.

- eso no es gracioso- dije molesta.

- no, pero si interesante- dijo giñandome un ojo. Rodé los míos y volví mi vista hacia la ventana- es aquí- dijo y el vehículo se estacionó frente a una gran casona que parecía estar hecha de piedra. Linda la verdad- vamos- me ayudo a bajar y cuando estuve fuera me separe de él.

Observé la gran entrada que me intimidaba con su tamaño, mire alrededor y parecía más la casa de un mafioso por tanta seguridad que la de un Dios.

- hay demasiado curiosos por aquí y ellos me ayudan a mantener el orden. Ya sabes es imposible escapar de aquí y no trates de que algún empleado te ayude por que me enterare de inmediato y si tienes un comportamiento inadecuado también lo sabre.

- no pensaba escapar tampoco soy tan tonta- dije molesta.

- eso lo se- dijo sonriendo y guiandome hacia dentro del lugar. Una serie de mujeres y hombres estaban esperando al inicio de una escalera en fila y con postura recta- Buenas tardes- dijo.

- Buenos tardes señor Dionisio- dijeron todos a la vez sobresaltandome.

- como anteriormente les había avisado tenemos un nuevo miembro en la casa- dijo viéndome- ella es Eleanor mi futura esposa- lo observé con los ojos abiertos como platos- espero que la traten como es debido. Ella será la señora de la casa muy pronto.

- sí señor- dijeron todos a la vez de nuevo.

- pueden retirarse- ellos se inclinaron y retiraron.

- porqué dijiste que era tu futura esposa?- pregunté molesta y confundida.

- por que lo eres- dijo

Tengo su sello ¤Laberinto de Secretos¤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora