Corazones y cuerpos rotos al acecho.
Alto muy alto, okay extremadamente alto. Un cuerpo muy grande y fuerte. Cabello largo hasta los hombros y una cicatriz que atravesaba su perfecta cara, en la ceja y otra en la mejilla.
Su rostro giro como si se diera cuenta que alguien lo observaba. Sus ojos oscuros chocaron con los míos y me regalo una sonrió de esas rompe corazones. Él era un rompe corazones eso podía jurarlo.
- Señorita Eleanor, él señor Dionisio llamó dijo que la espera en la casa. Esta noche tienen visita y él desea verla antes- solté un suspiro a lo que Mateo me decía.
Termine de consumir lo que la camarera había dejado, pedí la cuenta y page. Me levante y salí del lugar no sin antes girarme y observar por última vez al hombre.
Al llegar a la casa no habían ruidos extraños por lo que sospeche que Dionisio había terminado de su rara sesión de sexo chihuahueño.
- Cómo te fue?- pregunto él terminando de bajar las escaleras.
- me hubiera ido mejor si no me hubieras mandado a traer- me cruce de brazos y lo observé de mal humor.
- lo se, odias estar en este casa, lastima que sea aquí donde vives. Necesito que te pongas lo más atractiva que puedas y sí lo eres, solo que te necesito más. Unos amigos míos vendrán esta noche y necesito que estés espléndida.
- suenas como si me fueras a subastar al mejor postor y desde ahora te lo aviso intentas desacerte de mi y primero te castro y luego me voy- su sonrisa desapareció y su mano se dirigió rápidamente a su entrepierna.
- deja de amenazar a mi desendencia y mejor sube a arreglarte, ellos llegarán a las siete y son las cinco. Sabemos bien que te tomas tu tiempo para arreglarte- asentí y subí las escaleras directo a mi habitación.
Deje mi cartera encima de la cama y saque un vestido rojo del closet y unos zapatos de color beige. Me quite la ropa y adentré al baño. Dure todo el tiempo que pude bajo el agua y cuando salí me seque con una toalla.
Tomé el secador y comencé a secar mi cabello, lo deje suelto con las pequeñas hondas cayendo en mis hombros. Me maquille sencilla y me puse un labial carmesí. Me coloque el vestido y por ultimo los zapatos. Me vi en el espejo y a mi parecer me veía extremadamente sexy, algo que no me gusta. Me senté en la cama y vi la hora en mi celular. Faltaban diez para las siete.
- Señorita Eleanor él señor Dionisio desea que baje- dijo una de las chicas detrás de la puerta. Me vi por última vez en el espejo y salí.
Escuchaba voces en la planta baja pero aun faltaban unos pocos minutos para las siete. Éstos griegos y su exagerada puntualidad.
- disculpa que llegáramos antes de tiempo- dijo una voz muy gruesa al que supuse era Dionisio.
- no te preocupes Jason.
- y donde esta tu prometida- dijo la voz de otro hombre.
Termine de bajar las escaleras, camine hasta la sala y me enfrente a un aproximado de ocho hombres incluyendo Dionisio y ninguna mujer.
La cena todavía no había iniciado y ya me daba muy mala espina.
- Buenas noches- dije y todos giraron sus rostros incluyendo él, él hombre que me había topado en la cafetería.
- Eleanor ven acércate- dijo Dionisio tendiendome la mano, la tome y termine estando entre los ocho pares de ojos- chicos ella es Eleanor mi futura esposa, Ele ellos son mis amigos: Diego, Jefferson, Louis, Alfredo, Oscar, Ronald y Jason- dijo señalando por último al gran espécimen.
- es un gusto conocerlos- dije tratando de dar una sonrisa lo más natural posible.
Todos besaron mi mano y me sonrieron de manera muy escalofriante incluyendo Jason. De la mano de Dionisio entre al comedor y me senté a su lado, rompiendo las normas protocolarias.
Sirvieron la comida y el trascurso de la cena estuvo normal. Yo solo le prestaba atención a mi plato mientras ellos hablaban de diversos e insignificantes temas.
- Eleanor- levante mi vista y observé a Dionisio- quieres saber el motivo de esta cena?- pregunto, yo asentí un poco precavida- he reunido a mis amigos de más confianza para esto, espero que elijas bien- estaba confundida, de que iba todo esto- en esta reunión tienes que elegir esposo.
- disculpa que quieres decir?- pregunté.
- para mi o mejor dicho se me permite no hacerle caso a eso de matrimonio monógamos. Más específicamente estoy a favor de la poligamia al igual que mi familia.
-estas tratando de decirme que no tendré un solo esposo?- él asintió y observé perpleja a todos los hombres sentados en la mesa- yo no estoy a favor de eso.
-yo sí, solo se necesita mi consentimiento no el tuyo. Lo elijes tu o lo hago yo, tú decides- dijo él sonriendo.
- pero si no conozco a ninguno- dije sin darme cuenta de que mi voz había comenzado a temblar.
- te vas a casar conmigo y no me conocías. En el proceso lo harás no te preocupes, nos casaremos en dos semanas por lo tanto tienes un poco de tiempo. Tienes un minuto para decidir Eleanor- mis ojos se aguaron y lo vi con súplica- treinta segundos- todos los hombres me miraban poniéndome aún más incómoda de lo que ya me encontraba- tres, dos...
- a él- grite señalando al que ya había visto anteriormente.
- bien, has elegido muy bien, él es mi mejor amigo. Jason mi mujer te eligió, estas de acuerdo?- pregunto él y Jason asintió viéndome a los ojos.
- no te preocupes haré que nuestro matrimonio sea muy satisfactorio- dijo sonriendo.
- puedo irme a la habitación, por favor?- Dionisio asintió y me levante de la mesa- que pasen buenas noches- dije antes de salir del comedor. Ya en las escaleras las subí corriendo y me encerré en la habitación hecha un manojo de nervioso.
Me deje caer al piso y comencé a llorar.
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Tengo su sello ¤Laberinto de Secretos¤
FantasyNací con una marca o eso quería creer. Ese símbolo decidió por mi lo que sería de mi vida. El sello que tengo grabado en mi cuerpo dice que le pertenezco a él, un ser que solo debería existir en los libros y no en la vida real. Tenía que ser entrega...