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Un día te reirás tanto que te olvidarás de que tienes cicatrices.
                 - Benjamin Griss-

El último de día.

-sabes que me vengarse cierto- quite un mechón mojado de mi vista. A Dionisio se le borro la sonrisa y paso la mano por su cabeza que apenas había comenzado a creer el cabello.

- Jason cuida tu cabello, llegue a estar así por que ella me lo corto mientras dormía- Jason como autoreflejo tocó su cabello.

- no te preocupes esa no será mi venganza, me gusta su cabello- dije encogiendome de hombros y nadando más profundo.

- el mio no te gustaba?- pregunto Dionisio siguiendome.

- bueno era lindo pero parecía un nido de aves, aparte tu me obligaste a cortar el mio y yo lo amaba.

- se lo mandaste a cortar?- pregunto esta vez Jason.

- sí y mi cabello era hermoso no parecía un nido de aves- me detuve y quede flotando frente a los dos.

- cierto, no lo parecía eso seria un insulto al nido.

- dejando aparte el tema del cabello- dijo rodando los ojos- que deseas hacer está tarde, recorrer el hotel y probar algunas actividades de las que nos ofrecen ó salir a ver algunos lugares en honolulu?

- me gustaría bucear la verdad- los dos asintieron y me mantuve flotando con los ojos cerrados durante un par de minutos. Ninguno hablo pero si sentía sus miradas en mi cuerpo.

Me enderece y nade hasta la orilla, cuando estaba saliendo arregle mi bikini y la parte del sostén.

- Ele ten consideración- mire confundida a Jason.

- Qué quieres decir?

- no hagas eso de arreglarte el bikini o no se, ponte algo más cubierto- extrañada por las palabras de Dionisio los observé bien y entendí por que lo decían, sus pantalones eran tiendas de acampar exageradamente grandes.

- okay, eh creo que necesitan solucionar ese problema, si es que quieren que hagamos un par de actividades.

- volveremos en unos minutos- cuando estaban por irse me di cuenta que todas las mujeres en la playa incluyendo las que tenían pareja los estaban observando y no precisamente a su cara o cuerpo si no a la tienda de acampar.

- esperen haí- los dos se detuvieron, busque en mi bolso de playa y saque un pintalabios rojo. Me acerqué a ellos y escribí en sus pechos. No Lo Miren Tanto Es Mio. Att: la administración.

- porqué la administración?- pregunto Dionisio con una mueca cómica. Me reí y le dije.

- soy la administradora de sus bienes y servicios- dije señalando sus cuerpos. Cuando termine mi obra de arte. Me puse a su lado y viendo a las "mujeres" señale sus abdominales con mi caligrafía- ahora si pueden irse.

Los observé alejarse, me senté en mi silla y seque mi cabello con una toalla. Cerré el pintalabios, lo puse en su estuche y busque el libro que había puesto horas atrás.

Besando a un ángel.

Faith como la romántica empedernida de las dos me lo había regalado para que me hundiera en el mundo del romance literario. Cosa que dudaba pero era la tercera vez que lo leía y lo amaba. Hubo una frase que leí y decía.

—Ya no te amo —susurró ella.—No te amo en absoluto.

A él se le puso un nudo en la garganta.

—No importa, cariño. Yo tengo amor suficiente por los dos.

Esa simple y única frase me unió a este libro para siempre. Comencé a leer y cuando ellos llegaron mucho más calmados, pregunté.

- ¿Cómo estuvo manola?

- ¿Quién?- preguntaron a la vez. Hice señas con mi mano de una masturbada- estuvo bien, pero no tanto como hubiera querido.

- que lastima- dije con un puchero y un tono de falsa tristeza. Me levante de la silla y con ellos fuimos a ver lo del buceo.

El ver las profundidades del mar y estar tan cerca de esas bellezas acuáticas fue impresionante. Si pudiera me gustaría vivir dentro del mar.

- Dionisio, no tienes un tío que vive en el agua?- pregunté cuando salía del baño ya bañada.

- dices Poseidon?- yo asentí- sí porqué?

- nada me dio curiosidad.

- te gustaría vivir en el mar cierto?- pregunto riendo.

- fue hermoso esos peces miniaturas, los corales y esa profunda paz y silencio. Lo ame- los tres reímos.

El timbre sonó y Jason fue a abrir, el carrito de la comida había llegado. Comimos entre planes para el día de mañana, los de esta noche ya lo teníamos iríamos a una discoteca y nos emborracharemos hasta que nos quieran sacar.

-bien ustedes bañence- ellos asintieron, el primero en entrar fue Jason y cuando esté salió Dionisio entró. Por último lo hice yo para cambiarme.

Me coloque un vestido negro con detalles y en partes estratégicas una pequeña transparencia. Me alacie el cabello viendo que de esta manera se veía más largo. Me difumine los ojos de negro y un color rosado oscuros en los labios. Me observé en el espejo entero que poseía la parte posterior de la puerta y me gustó como había quedado.

Me coloque los altos zapatos de color negro y salí del baño, los dos ya estaban listos y por todo los santo que si no fueran tan gilipollas o no me hubieran obligado a casarme con ellos, me los tiraría.

- wuao- los ojos de Dionisio se ampliaron cuando me vio y Jason no se quedo atrás.

-te vez hermosa- dijo.

- eso lo se- y hai voy yo y lo daño todo. Amo hacer esto la verdad. Los dos salieron de su trance y rieron. Caminamos por los pasillos agarrados de la mano y ya en el primer piso un carrito de golf nos esperaba para llevarnos hacia la discoteca.

Cuando llegamos todos hacían fila para entrar y dos gorilas custodiaban la entrada.

- odio hacer fila- le dije a la montaña. Los dos rieron y comprendieron por que cuando vieron como movía los pies incómoda. Tacones eso sucede, jodidos y altos tacones para aunque sea alcanzar sus pectorales.

- no haremos fila- dijo Jason, se acercó al guardia, intercambio algunas palabras, el reviso la lista y asintió- vengan- nos acercamos y nos dejaron entrar.

-¿Cómo hicieron eso?

- contactos- dijo sonriendo.

Tengo su sello ¤Laberinto de Secretos¤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora