Capítulo #9

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—¿Cassandra? ¿Qué mierda haces aquí a esta hora? —preguntó frotándose los ojos.

—Lo siento, pero necesitaba hablar contigo. —respondí entrando a la habitación.

—A las 2 de la mañana —dijo con ironía.

—Lo siento, ¿sí? Pero es que me encontré con Carol y ya no sé qué hacer. Sé que apenas hemos hablado y ya te estoy tratando como si fuéramos a magos de la vida pero en serio necesito...

—Hey, tranquila. —interrumpió. —Respira, mujer. Dime qué pasa.

Suspiré. —Las chicas, las tres chicas que estaban en la reunión de ayer.

—Nos las conozco muy bien, pero sé que una de ellas es prima de Nelson. —dijo. —¿Qué pasa con ellas?

Sus palabras me dejaron sorprendida. ¿Prima? ¿Quién era su prima?

—¿Prima? ¿Quién es su prima? —pregunté.

—No recuerdo su nombre. —respondió frunciendo el ceño.

—Así no ayudas, Tyler. —murmuré. —Como sea. Te decía que necesito hablar contigo.

—Y yo te decía que ¿por qué? —dijo.

—No se quehacer. —dije sentándome en su cama. —Ellas, las chicas eran mis... amigas. Y que las volviera a ver me deja muy...mal.

—¿Por qué?

—¿Cómo qué porque?

Se sentó a mi lado. —¿Por qué de pone muy "mal"? Deberías estar... alegre. Son tus amigas.

—No lo entiendes, pasamos un momento complicado y no volvimos a tener contacto. —dije.

—¿Y? Las cosas se arreglan, Cassandra. ¿O no?

—Pero es complicado, Lany. Ellas no sabían nada de lo que era y yo tampoco. Y el simple hecho de verlas ahora en este momento tan... complicado para mí me deja en una situación incómoda y complicada con ellas.

—Nada es complicado, tú lo haces complicado. —dijo Lany con una media sonrisa.

—Que filosófico eres. —dije con ironía. —Pero en serio, no ayudas. Necesito saber qué hacer.

—Haz lo que creas que debes hacer. No me preguntes, ¿yo en que te puedo ayudar? En nada, yo no tengo nada que hacer en tu pequeña vida, Cass.

Sonreí de lado. —En serio nunca pensé ver este lado tuyo, Lany.

—Te sorprenderías que más puede hayar. —dijo con una sonrisa pícara.

Solté una carcajada. —Lo que digas.

Me levanté de la cama y me dirigí a la puerta. Pero antes, Lany mi detuvo tomándome de la muñeca.

—¿Qué? —pregunté mirándolo a los ojos.

Negó con la cabeza. —Nada...sólo... duerme bien.

—Tú igual. —murmuré confundida.

Salí de la habitación de Lany con una pregunta. ¿Qué era lo que quería decirme? Porque algo quería decirme, sino ¿por qué me detuvo?

(...)

10:00 a.m

Mis piernas dolían, mi pecho y mis pies igual.

Llevaba corriendo al menos 4 horas desde que me había despertado, pero no quería detenerme. Necesitaba hacer algo que me distrajera al menos un momento de todo lo que había pasado ayer, pero no había pasado no 40 minutos cuando los pensamientos de esas dos moches empezó a rondar por mi cabeza.

Revenge © |B#3|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora