Capítulo #46

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Narra Heather



Caminé deprisa, haciendo que mis pasos resonarán en las paredes de los pasillos. Mi corazón estaba palpitando demasiado rápido y mis manos sudaban casi a mares. Volví a mirar detrás de mi espalda, con el temor de que alguien me estuviera siguiendo. Con cada paso que daba, cada palabra que había escuchado se repetía en mi cabeza, trayendo consigo una ola de nervios e ira. Toqué la puerta dos veces al llegar al pasillo correcto, y a pesar de que estaba segura en ese lugar permanecí en alerta, lista para defenderme si era necesario. La puerta se abrió finalmente, dejándome ver su rostro llevo de sorpresa.

—¿Qué haces aquí? —preguntó, mirándome de pies a cabeza. Al ver mi atuendo con más detenimiento, asomó su cabeza por el umbral y se aseguró que no hubiera nadie. —¿Nadie te siguió?

Negué. —No lo creo.

Se hizo a un lado, dejándome pasar al departamento. Seguí siendo el mismo desde la última vez que había venido aquí; los muebles, los cuadros, las fotografías... todo seguía estando en el mismo lugar.

Cerró la puerta con llave. —No creí que vinieras. Si me hubieras avisado...

—No podía, ¿si? —interrumpí mientras me bajaba la capucha. —Todo es un desastre, no podía comunicarme contigo sin pasar desapercibida.

—¿Kamille sabe que estás aquí? —preguntó cruzándose de brazos.

—No, y no puede saber. —dije con seriedad. —Si supiera lo que estoy haciendo...

—Ya no querrá que estés en el asunto, lo sé. —suspiró. —Aún pienso que deberías decirle.

—Si se entera sobre lo que llevo haciendo desde hace años me quitara el poder. —dije. -Le dirá al General que me saque.

—Pero si no le dices se sentirá traicionada. —mencionó. —Sabes que ella...

—Ella está haciendo esto por el bien de todos, en especial por el mío. —dije, repitiendo la misma frase de siempre. —Ya lo sé.

—¿Entonces que haces aquí? —preguntó.

—Tratando de salvarla. —dije con obviedad. —Sabes lo mismo que yo, sus sentimientos siempre se interponen en sus decisiones. —saqué los papeles que llevaba dentro de la sudadera. —No dejaré que esto arruine el plan.

Le entregué los documentos, los cuales observó con sorpresa.

—¿Qué harás cuando se entere sobre lo que estás haciendo?

Suspiré. —No lo sé.

Salió de la habitación, a lo que supuse era su oficina. Mientras hacía lo suyo me senté en el sofá, tratando de alejar los nervios que me carcomían por dentro. Cuando regresó, me entregó los papeles, pero esta vez con algo más.

—Dáselo cuando todo vaya a ocurrir, la dejara en un sueño profundo que durará lo suficiente para que todo salga a lo planeado. —dijo con mucha precisión. —No dejes que nadie más tomé, esto solo está hecho para ella. Si alguien más toma... los efectos pueden ser graves.

Asentí. —Gracias.

Estaba dispuesta a irme cuando me tomó de la muñeca.

—¿Si?

—¿Estás bien? —preguntó. —No te ves concentrada, llegaste muy... alerta. ¿Debería saber algo más?

Revenge © |B#3|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora